La megafonía y los paneles informativos se demostraron insuficientes para dar respuesta a los miles de personas amontonadas en el vestíbulo de la tiempo de Sants por la interrupción total del servicio de adhesión velocidad entre Madrid y Figueres pasando por Barcelona durante cinco horas. En su oficio, unos agentes de los Mossos tuvieron que armarse de un amplificador para pulsar a comprometer a los pasajeros del tren de las 7 de la mañana, cuando el cronómetro marcaba más de las 12. “Hagan un pasillo y lleven el billete en la mano, van a alucinar todos, ¡no se preocupen!”, gritaba el agente al mando del amplificador.
Los viajeros obedecían a regañadientes. Con la vana esperanza de alucinar lo antiguamente posible, nadie quería despegarse de la zona de comunicación a los andenes, totalmente colapsada. Algunos de ellos llevaban esperando desde las 6 de la mañana, cuando los primeros trenes del día ya no pudieron salir. Hasta las 11 no circuló ningún AVE, y la incertidumbre por la partida de previsión de recuperación enrareció el animación.
Miles de personas esperaron durante horas la salida de sus trenes de adhesión velocidad con destino a Madrid, pero todavía a París o Salamanca, entre otros
Algunos afectados buscaron alternativas, aunque la mayoría de ellos, de holganza, optaron por esperar
El caos con cierta tensión que se vivía a mediodía en la principal tiempo de Barcelona tenía origen en un robo de 600 metros de cableado de cobre y de fibra óptica en la vía de adhesión velocidad a la consideración de l’Arboç, en el Baix Penedès. Muy cerca de allí, en Santa Oliva, se detuvo poco luego al supuesto autor del robo, un verde de 19 abriles al que pillaron con el material robado en su transporte y que se resistió a la utilitarioridad cuando era detenido. La policía mantiene abierta la investigación por si actuó acompañado de otras personas, como es habitual en este tipo de robos, muy comunes hace siete y ocho abriles.
Por aquel entonces, llegó a acontecer bandas organizadas especializadas en arrasar con kilómetros enteros de cobre para venderlo en chatarrerías a un elevado precio. La presión policial que les complicaba colocar luego el material sustraído y el endurecimiento de las penas hicieron que pasaran a ser anecdóticos, hasta ayer, cuando un mangante puso patas hacia lo alto las holganza de miles de personas.
Un agente de los Mossos con un amplificador delante la incertidumbre de los pasajeros
Las alarmas del sistema de seguridad saltaron a las 2.30 de la amanecida, pero el destrozo en los sistemas de comunicaciones y señalización de las vías de adhesión velocidad fue tal que los técnicos del administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) tardaron varias horas en reponer las instalaciones. No fue hasta pasadas las 11 de la mañana que se recuperó poco a poco la circulación de trenes.
El número de afectados por el corte ferroviario ronda los 22.200 viajeros, de los cuales 7.200 viajaban en trenes de Renfe y 15.000 con Ouigo. Fuentes de la compañía francesa dan una emblema más elevada pese a efectuar un número inferior de trenes porque arrastraron retrasos de entre dos y tres horas durante todo el día. La situación se les volvió aún más complicada adecuado al problema que habían tenido el domingo por la tenebrosidad, con un tren que se quedó tirado durante tres horas en la población soriana de Arcos de Época. La operadora pública española, en cambio, recuperó la normalidad con anciano prontitud. Con todo, las demoras se arrastraron hasta la tenebrosidad en todas las circulaciones ya que era necesario someter la velocidad en el tramo afectado por cuestiones de seguridad.
“Hagan un pasillo, van a alucinar todos, ¡no se preocupen!”
Durante la mañana, la mayoría de los viajeros optaron por esperar, aunque algunos con compromisos inaplazables buscaron alternativas en avión o en coche de inquilinato. Es el caso de un equipo de fútbol tierno que iba a Madrid en AVE para coger en Barajas un revoloteo internacional. O en sentido contrario, un reunión de viajeros dispuestos a coger un crucero en el puerto de Barcelona que venían desde la tiempo de Atocha.
Historias había tantas como viajeros se agolpaban frente a la zona de emboscada de la tiempo de Sants, donde Alba prefería humillar la comienzo y suceder el rato viendo paisajes idílicos que desfilaban por Instagram para hacer más soportable la demora. Unos metros más allá, un hombre hojeaba la timonel Lonely Planet de París revisando los sitios turísticos que iba a dejar de ver en el primer día de sus holganza que ya daba por perdido. “A partir de ahora solo puede ir a mejor”, bromeaba una mama mientras su hijo adolescente se amodorraba apoyado en una columna, enfadado porque el madrugón no había servido para cero.
“Es el país que tenemos, señora”, respondía un reducido trabajador de Renfe a las impetuosas quejas de una viajera de Cornellà que se iba al pueblo a suceder las holganza conexo a su marido y su perro. Mientras soplaban resignados, un aplauso colectivo en el centro del vestíbulo respondía a las felicitaciones del mosso d’esquadra al mando del amplificador, que consiguió reconducir la crispación a la par que los trenes empezaban a salir y la crisis de Sants quedaba para muchos como una sucedido más de las holganza.
Renfe va preparando el circunscripción para la gratuidad del servicio de Rodalies y media distancia a partir del 1 de septiembre. Para evitar que el sistema colapse el primer día, los billetes gratuitos se podrán mercar a partir del miércoles 24 de agosto previo suscripción de una fianza de diez euros que se devolverá luego a todos aquellos que realicen al menos 16 viajes hasta el 31 de diciembre. Como paso previo, desde esta semana se invita a realizar en la web de Renfe.com o la aplicación móvil de Cercanías (no confundir con la de Rodalies, que solo tiene utilidad informativa y no permite la negocio de billetes). El trámite preliminar es innecesario para todas aquellas personas que han comprado billetes a través de la web de la compañía en los últimos abriles y ya tienen un adjudicatario activo en la pulvínulo de datos de Renfe.
Publicar un comentario