BlockFi, valorada en unos 4.800 millones de dólares, es una de las firmas que experimenta la presión por el colapso de FTX. Otra víctima más del sector. Esta plataforma de préstamo de cripto activos y servicios financieros, registró este lunes una solicitud para acogerse a la protección voluntaria de la suspensión de pagos bajo el Capítulo 11 en presencia de el tribunal de quiebras del distrito de Nueva Suéter. Incluyó a ochos de sus afiliadas.
En su documentación, la empresa indicó que tenía más de 100.000 acreedores, con pasivos y activos que van desde los 1.000 millones a los 10.000 millones. La compañía enumeró un préstamo irresoluto de 275 millones a FTX US, el benefactor estadounidense del imperio ahora en ruina de San Bankman-Fried.
La actividad de esta sociedad quedó suspendida y precisó que cuenta con 256,9 millones de dólares en cash, cantidad que se aplazamiento proporcione solvencia para respaldar ciertas operaciones durante el proceso de reestructuración.
Como FTX, BlockFi dispone de una subsidiaria en Bahamas. Esta subsidiaria igualmente entra en suspensión de pagos con la misma petición en EE.UU.
BlockFi está solo en el principio del proceso para dar respuesta a cómo pagará a sus clientes. Según la solicitud, solo a los diez principales acreedores les debe unos 1.200 millones. Al decano digno no asegurado de la empresa, Ankura Trust Company, le debe unos 729 millones de dólares, señala la petición. Ankura actúa como fideicomisario de las cuentas criptográficas que generan intereses de BlockFi.
Fue fundada en 2017, con cuarteles en Suéter City, por Zac Prince y Flori Marquez, y respaldada por Valar Vetures, una extensión de Thiel Haber. Otros que figuran como inversores de hacienda son los lentes Winklevoss, que en su día demandaron a Mark Zickberberg por el supuesto robo de la idea con la que se creó Facebook. Su capacidad operativa consistía en prestar caudal a los clientes utilizando activos de criptomonedas como fianza.
En esta reestructuración, la empresa se centrará en recuperar todas las obligaciones que sus contrapartes deben a BlockFi, incluida la propia FTX y otras entidades asociadas, aunque asume que, adecuado a la nuevo caída de este hércules, las recuperaciones se retrasarán.
"Con el colapso de FTX, el equipo de empresa y la reunión directiva de BlockFi tomaron medidas de inmediato para proteger a los clientes y a la compañía", dijo Mark Renzi de Berkeley Research Group, asesor financiero de BlockFi. Así expresó la confianza en que un proceso transparente logre el mejor resultado para todos los clientes y partes interesadas.
Pero esta firma admitió que tuvo “una exposición significativa” a la ahora en bancarrota FTX y Arboleda Research, su casa comercial hermana. En julio recibió una inyección financiera de FTX, en presencia de el peligro de descapitalización, y igualmente tuvo préstamos garantizados a Arboleda. BlockFi inició las conversaciones para su reestructuración a los pocos día del hundimiento de FTX.
La plataforma de compraventa fundada por Bankman-Fried, presentó el 11 de noviembre su petición de suspensión de pagos para realizar un proceso de evaluación y solvencia de activos en beneficio de los acreedores y partes interesadas. Su hundimiento se produjo en escasos tres días. Su solvencia había quedado en recelo posteriormente de que su rival Binance decidiera dar marcha detrás en su intención de personarse al rescate de FTX tras la transigencia de investigaciones por la Comisión del Mercado de Títulos y el unidad de Probidad de Estados Unidos.
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