Cómo debe ser un padre consciente: 10 reglas imprescindibles

La maternidad o paternidad siempre será un camino difícil, sujeto a todo tipo de variables y múltiples circunstancias que impiden seguir una hoja de ruta marcada. No existe el manual consumado de los buenos padres. Es por ello, así como a causa de la costumbre, que se tiende a la improvisación, a repetir patrones recibidos en la propia infancia —o lo que viene inculcado por la sociedad— y, a menudo, a activar el modo automotriz. Pero la crianza consciente, sin fijar un plan inalienable, propone un nuevo sistema basado en un punto de sagacidad desigual.

La crianza consciente consiste en valorar los pertenencias de las acciones y reflexionar acerca de cómo se quiere desempeñar la crianza de los hijos. Es proponer, tratar, departir y aconsejar a los menores no dejándose sobrellevar por los impulsos, sino por unos preceptos educativos previamente analizados. Para ser una hermana o padre consciente hay que tener en cuenta ciertas formas de comportarse.







¿Cómo debe ser un padre consciente?

Los padres que buscan implementar una educación consciente muchas veces no saben qué tipo de técnicas pueden gastar para lograrlo. O incluso puede que se encuentren en pleno proceso de establecer este sistema de crianza y que no estén seguros de si lo están haciendo acertadamente o no. Para resolver todas estas cuestiones solo hay que tener en cuenta una serie de preceptos que una hermana o padre consciente empleará en su día a día.



Aceptar a los niños tal y como son y guiarlos bajo este respeto.







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Valorarse a uno mismo, incluso en el papel de padre.







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No condenar a los hijos a pender de la aprobación paterna.







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Fomentar la autoestima de los niños de forma saludable.







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Dejar a un flanco los estereotipos de lo que es un buen padre, cada comunidad y cada peque es un mundo.







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Halagar y alentar a los menores cuando proceda como refuerzo positivo.







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Establecer límites responsables y realista con la aprobación —a través de una mediación basada en el entendimiento— de los menores.







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El ego es uno de los peores enemigos de la paternidad, no siempre se sabe todo ni se tiene la respuesta perfecta. Y no pasa carencia por ello.







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Analizar las reacciones y comportamientos propios durante la relación con los hijos.







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Procurar una comunicación efectiva y respetuosa.



Una serie de normas que, una vez se interioricen, asentarán un vínculo entre padres e hijos basado en la crianza consciente. Por lo que uno de los aspectos más importantes para que todo esto surta sorpresa es el papel de los padres, es proponer, su ejemplo. Estos deben figurar como un maniquí a seguir que cumple por su propio flanco los títulos, reglas y preceptos que se pretenden inculcar a los niños.

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