Cómo evitar que tu perro ladre cada vez que suena la puerta de casa

Uno de los más graves problemas a los que nos podemos confrontar cuando tenemos una mascota es que esta se ponga a alborotar de forma frenética cuando nos vamos de casa o cuando suena el timbre de la puerta de entrada. Sobre todo, por la molestia que ello suele suponer para los vecinos y la convivencia diaria con ellos. ¿Qué trucos podemos arrostrar a lengua para que nuestro perro no ladre cuando suena la puerta? Veamos algunos consejos que podremos arrostrar a la destreza de forma sencilla.







¿Por qué razón mi perro ladra cuando suena el timbre?

Esta pregunta tiene una respuesta muy sencilla, y seguro que te la habrás imaginado ya. Los perros son animales muy territoriales (y esto se acentúa en determinadas razas, como los pasteles alemanes, los boxer o los dóberman) y su gruñido no es sino una sobresalto que nos avisa de que poco no va como es conveniente. El timbre no deja de ser un sonido musculoso que enturbia su paz y que, por ende, puede igualmente interferir en los otros miembros de la manada, es opinar, nosotros.







¿Cómo hago para que mi perro deje de ladrarle a la puerta?



Haz que el timbre sea un sonido con el que se familiarice. Para ello, pídele a algún miembro de tu grupo (o incluso tú mismo) que haga sonar el timbre repetidas veces dejando un pequeño tiempo entre toques. Estando a su banda y tranquilizándolo convertirá ese sonido en poco natural y periódico.







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Lleva a tu perro a su sitio de seguridad. Cuando alguno llame y tu perro comience a alborotar, envía a tu mascota a su camita o al empleo donde suela estar tranquilo. Una vez allí, dale alguna croqueta como premio. Cuando asocie el timbre con ir a la cama, dejará de alborotar.







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No regañes o grites a tu perro cuando se ponga a alborotar. Esto solo podría producir el impacto contrario al deseado.







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En el momento en que tu perro ya no ladre cuando llamen a la puerta, prémialo con una deliciosa croqueta. El refuerzo positivo es una de las técnicas que más funcionan a la hora de educar a nuestra mascota.



Has de tener en cuenta que esto puede llevarte un tiempo considerable. No olvides anotar en un diario o cartilla todos los progresos que vayas consiguiendo, apuntando el tiempo que se lleva ladrando y comprobando si con el tiempo van a más o a menos. Al obtener que deje de alborotar estaremos no solo evitando conflictos vecinales sino, igualmente, aportando al perro seguridad y reduciendo su nivel de ansiedad.

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