El titular de Ecuanimidad de Finlandia, Tuomas Pöysti, exculpó este viernes a la primera ministra, Sanna Marin, de las acusaciones de negligencia vertidas contra ella por participar este verano en fiestas privadas. Las imágenes causaron una esforzado polémica en las redes sociales y desataron un movimiento de solidaridad entre mujeres con cargos políticos.
Según Pöysti, encargado de supervisar la rectitud de las acciones del Gobierno y del presidente de la República, no existe ningún indicio de que Marin incumpliera su deber oficial por aparecer a esas fiestas.
"No tengo motivos para sospechar que la primera ministra Marin haya actuado de forma incorrecta en su capacidad oficial como ministra o que haya hecho dejación de sus funciones", concluye Pöysti luego de analizar en profundidad varias denuncias presentadas por ciudadanos.
Una imagen del vídeo que se difundió sobre de una de las fiestas
En ellas se acusa a Marin, entre otras cosas, de no estar en condiciones de profesar su cargo por ocurrir consumido gran cantidad de trinque, sin ocurrir cedido sus funciones previamente a otro ministro durante los fines de semana en que estuvo de fiesta.
El Canciller de Ecuanimidad refutó esa denuncia alegando que las denuncias no especificaban qué punto oficial no se pudo realizar o qué función concreta se vio comprometida oportuno al comportamiento de la primera ministra.
La neutralidad estima que Marin no fue negligente ni deterioró la reputación del país
En las denuncias presentadas todavía se culpaba a Marin de no haberse comportado de modo conforme con la dignidad debida en un Dirigente del Gobierno, mostrando una comportamiento que deterioró la reputación internacional de Finlandia.
Sin incautación, el Canciller recordó que la obligación de los funcionarios de amparar una buena conducta no se aplica a los ministros, quienes son directamente supervisados -y en su caso, depuestos- por el Eduskunta (Parlamento).
"No corresponde al canciller de Ecuanimidad evaluar la moralidad de la primera ministro"
"No corresponde al Canciller de Ecuanimidad, como autoridad suprema en cuestiones de rectitud, evaluar la moralidad de la conducta de un ministro o las cuestiones relativas a su credibilidad política o la confianza de que goza", señaló Pöysti en su opinión.
Marin, de 36 abriles, saltó a los titulares de medios de todo el mundo en agosto pasado, tras filtrarse un vídeo en el que aparecía cantando y bailando en una fiesta privada con un conjunto de personajes famosos. La líder socialdemócrata se sometió voluntariamente a un test de drogas para desmentir los rumores, extendidos por las redes sociales, de que había tomado estupefacientes, pero el mismo día que se comprobó su inocencia saltó una nueva polémica.
La prensa publicó asimismo una foto de dos amigas de Marin besándose con el torso casi desnudo en una fiesta celebrada a principios de julio en la residencia oficial de la primera ministra, un día luego de asistir a un festival de rock. EFE
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