Cosas que jamás debes decir a una persona con un trastorno de la conducta alimentaria

La Navidad es una época delicada para las personas con trastornos de la conducta alimentaria. Abundan las comidas y cenas copiosas, las fiestas, los encuentros con familiares, amigos y compañeros de trabajo. Todos son escenarios que ponen contra las cuerdas a quien no tiene una buena relación con la comida o su imagen corporal.

Pero no solo por enfrentarse a esas celebraciones en torno a de una mesa llena de platos. Sino incluso por los comentarios que, sin ser malintencionados, hieren sus sentimientos e interfieren en su proceso de recuperación.

Aunque cada vez hay una viejo concienciación sobre la importancia de no opinar sobre los cuerpos de los demás, siempre cae algún que otro apunte por parte de ese corriente retirado. Incluso alguno más cercano y con una relación más estrecha y afectiva puede pecar de proponer poco inadecuado sin querer.

Para evitar caer en este error y ser un amigo y un apoyo para quien lucha contra un trastorno de la conducta alimentaria, conviene conocer las frases que nunca deberíamos decirles, por muy buena o inocente que sea nuestra intención.







Qué es un trastorno de la conducta alimentaria

Se proxenetismo de una enfermedad mental que interfiere en los hábitos alimenticios de la persona. Conlleva distintas conductas, en función del tipo de trastorno, entre las que pueden constar no tomar, revelar posteriormente de las comidas, obsesión con el físico, deporte excesivo, etcétera.

Aunque la anorexia y la voracidad nerviosa son los más frecuentes y conocidos, no son los únicos que existen. Además cerca de citar el trastorno por atracón, la vigorexia, la ortorexia o la diabulimia, entre otros.



Cualquiera relacionado con su aspecto físico vinculado al peso. Por ejemplo, "qué apuesto o guapa estás, has adelgazado" o "qué adecuadamente se te ve desde que vas al campo". 







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Comparaciones de su físico. "Pero de qué te preocupas si estás más delgado o flaca que yo" o "ahora estás mucho mejor que antiguamente" serían casos a evitar.







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Observaciones sobre su comestibles. "¿Te vas a tomar todo eso?" "no entiendo dónde lo metes", "¿cómo puedes seguir teniendo anhelo posteriormente de tomar tanto?".







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Incitación a que haga poco que no quiere. Véase "come un poco más que no has comido mínimo" o "cómete esto que por un día no pasa mínimo". 







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Insinuaciones de compensación. Similares a "mañana a dieta" o "posteriormente vas al campo y lo quemas". 



En definitiva, cualquier frase relativa a la comestibles y el aspecto físico no debería salir de nuestros labios. Incluso aunque la digamos con la intención de animarle, ayudarle o quitar hierro a su situación. Cada uno vive su experiencia de una guisa distinta y no debemos interferir o sentenciar, pues esa laboreo recae en la propia persona y los profesionales de la vigor mental que le acompañen en el proceso.

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