Ahora que Elon Musk, con su extremidad armado de Twitter, se ha convertido en el héroe de la extrema derecha chaqueta, Newt Gingrich, uno de los políticos más idolatrados por el Partido Republicano, que hizo tambalear la presidencia de Bill Clinton, ha audaz un aviso que ha descolocado a muchos de sus correligionarios.
“Dejemos de subestimar a Joe Biden”, escribió en su web, porque el presidente “está ganando la batalla”. Un detonación.
Gingrich, trumpista hasta la tuétano, marcó un vuelta en la forma de desempeñar el cargo de speaker (presidente) de la cámara víctima (1995-99) dirigiendo el impeachmen t contra Clinton por el caso sexual con la becaria Monica Lewinsky. Su estilo, traumatizado por sus violaciones éticas y su presión a sus colegas, abrió la senda para socavar las normas democráticas y potenciar la confrontación, semillar de la que creció Donald Trump.
Y, sin bloqueo, en medio de los insultos y la desconsideración alrededor de Biden, al que describen como un ascendiente gagá, la voz más inesperada salió a su merced. “El presidente Biden está librando con cuidado y cautela la combate en Ucrania sin un soldado estadounidense”, señaló. “Y acaba de tener uno de las mejores elecciones de medio término en la historia”, prosiguió.
“La hostilidad de los conservadores tiende a cegarnos sobre cuán efectivo ha sido Biden”, dice Gingrich
“Nos desagrada tanto Biden que nos enfocamos mezquinamente en sus dificultades para departir, en su comportamiento extraño a veces, sus claros lapsus de memoria y otros defectos que nos hace despreciarlo a él y los demócratas”, remarcó.
“La hostilidad de los conservadores alrededor de la suministro Biden tiende a cegarnos sobre cuán efectivo ha sido Biden en su mandato”, sorprendió Gingrich en su texto. “Ha tenido más éxito del que somos capaces de darle crédito”, remató.
Frente a esa publicidad totalmente inesperada, Ron Klain, caudillo de salita del presidente, se sintió complacido y tuiteó un enlace a la columna de Gingrich con este mensaje: “Ya no tenéis que creer en mi palabra”.
Pero su toque de atención a los republicanos causó consternación entre los comentaristas de la derecha (Gingrich es un habitual de los programas más radicales de la Fox) y muchos legisladores extremistas.
En área de esa autocrítica, el sector trumpista y pro sedición prefirió ponerse al banda de su nuevo salvador: Musk.
En plena polémica por el descrédito de Twitter desde que está bajo su mando por la proliferación de mensajes neonazis, el billonario inició una campaña de transparencia que consiste en propalar lo que ha llamado “los archivos de Hunter Biden”.
En esta operación, iniciada el viernes con la colaboración de la “monopolio” del periodista Matt Taibbi, Musk filtró una serie de documentos internos de la plataforma sobre la discusión que llevó a prohibir la difusión de informaciones del The New York Post en octubre del 2020, relativa a los documentos hallados en un supuesto ordenador de Hunter, hijo del presidente, sus negocios y la posible implicación de su padre. En principio nadie nuevo, ya que Twitter dio marcha antes y reconoció el conflicto. Pero dio atmósfera a la teoría conspirativa y Trump, que alentó un impacto de estado, pidió suspender la Constitución para anular las elecciones del 2020.
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