Los migrantes que llegaron al aeropuerto de Palma con un método calcado al que han usado en el Prat siguen pendientes de seso más de un año a posteriori de que se produjeran los hechos, el 5 de noviembre. La jueza decretó prisión provisional para 21 viajeros y otros cuatro se dieron a la fuga. La jueza les imputa dos delitos de sedición, por otra parte de uno de entrada ilegal en España y otro de desórdenes públicos.
Los dos delitos de sedición se basan en leyes diferentes ya que uno de ellos está referido al Código Penal y el otro, a la Ley Penal Procesal de Navegación Aérea aprobada en el año 1964. El anuncio de la modificación del delito de sedición abre la puerta a que no se les pueda aplicar este tipo penal hasta el punto de que el abogado defensor de uno de los detenidos detenidos ya ha pedido que sea descocado. En cualquier caso, se da por hecho que se pedirán penas sensiblemente inferiores a los 15 primaveras de prisión previstos para ese delito.
Los hechos ocurrieron el 5 de noviembre, cuando un avión de Air Arabia que viajaba entre Casablanca y Estambul se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en Palma por la indisposición de uno de los viajeros. Fue trasladado de emergencia a un hospital para ser atendido por una supuesta crisis diabética, pero allí se descubrió que todo había sido una falsa susto.
Mientras tanto, otros pasajeros se amotinaron en el interior del avión y utilizaron métodos violentos para que la tripulación abriera las puertas y pudieran darse a la fuga. La magistrada encargada del caso detallaba en su coche de procesamiento que empezaron a empujar a los miembros del tripulación hasta el punto de que dos de ellos sufrieron lesiones. Un total de 23 pasajeros lograron salir del artilugio incumpliendo las órdenes del comandante. La fuga movilizó a Policía, Cuidado Civil y hasta el Ejército. La cercanía de una cojín aérea marcial hizo que, por un momento, se pensara en la posibilidad de un ataque.
Los pasajeros se amotinaron y llegaron a herir a dos tripulantes
Los fugados ocuparon las pistas de Son Sant Joan, circunstancia que obligó a cerrar el aeropuerto durante más de tres horas con 81 vuelos afectados. Los hombres se dieron a la fuga en la isla y permanecieron escondidos durante varios días hasta que se les fue deteniendo poco a poco, con la excepción de cuatro de ellos de los que no se tiene comunicado. Se sospecha que pudieron tomar un barco en dirección a la península.
La jueza que lleva el caso consideró que se había producido un alzamiento "tumultuario" en un espacio muy pequeño, como era el avión, lo que lo convertía en un claro delito de sedición. "No nos encontramos en presencia de una situación de simple entrada ilegal en España, nos encontramos en presencia de el plus que exige la legislación en relación al delito de sedición", señalaba en su autor de procesamiento.
"La concierto de los pasajeros huidos y la del pasajero enfermo se considera de suficiente intensidad para considerarse sediciosa y tumultuosa, de conformidad con lo previsto en el artículo 544 del Código Penal", concluía en su escrito. Consideraba que, por otra parte del caos vaporoso, existió peligro auténtico en su conducta.
La magistrada considera que existió un plan preconcebido, hasta el punto de que poco a posteriori de este suceso se conoció la existencia de un montón de Facebook en el que se detallaba paso por paso cómo entrar de guisa abrupta en país castellano a costado de un avión y fingiendo una enfermedad, que es exactamente lo que pasó.
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