Capturar el dióxido de carbono que emiten algunas industrias o extraer este gas de la atmosfera y, luego, inyectarlo y almacenarlo bajo tierra, en formaciones rocosas apropiadas puede ser una forma segura para mitigar el cambio climático, según un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los resultados del estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, indica que la tecnología de almacenamiento geológico de CO2 puede comenzar a utilizarse de forma segura para mitigar el cambio climático.
“Según las simulaciones, el CO2 permanecería en las profundidades del subsuelo durante millones de abriles, incluso si las rocas suprayacentes de mengua permeabilidad se fracturaran”, explica Iman Rahimzadeh Kivi, investigador del CSIC en el Instituto de Diagnosis Ambiental y Estudios del agua (IDAEA-CSIC) y primer autor del estudio. En estudio igualmente ha participado el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-CSIC-UIB) y han colaborado el Laboratorio Franquista Lawrence Berkeley y la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Esta investigación interdisciplinar ha desarrollado una nueva metodología para calcular la probabilidad de escape del CO2, considerando miles de millones de toneladas del CO2 inyectado bajo tierra durante millones de abriles, una escalera de tamaño y tiempo mucho veterano que todo lo que se ha investigado hasta ahora.
“El objetivo del almacenamiento del CO2 es tomar este gas de impresión invernadero de industrias con dificultades para acortar emisiones e inyectarlo a gran profundidad bajo tierra. Para que el gas permanezca en la profundidad debe inyectarse en rocas con suscripción permeabilidad y porosidad, como el greda. Sin bloqueo, existe un aventura de escape del gas, cubo que el CO2 es menos denso que el agua salina que llena los poros a gran profundidad, por lo que puede flotar con destino a hacia lo alto y retornar a filtrarse con destino a la superficie”, Rahimzadeh Kivi.
Para calcular el aventura de escape del CO2, los investigadores predijeron el flujo de gas en la superficie luego de su inyección a 1.550 metros de profundidad (la habitual para acumular el gas bajo tierra), utilizando modelos numéricos de transporte en dos escenarios diferentes. “Nuestras predicciones muestran que, en el mejor círculo, cuando las propiedades de la roca subterránea permanecen intactas, el CO2 sólo subiría 200 metros luego de un millón de abriles. En el peor círculo, cuando las rocas presentan un gran número de fracturas, el CO2 subiría 300 metros”, indica Víctor Vilarrasa, investigador del IMEDEA (CSIC-UIB) y principal autor del estudio. "Esto quiere aseverar que incluso en el peor círculo posible, el CO2 se mantendría indefinidamente a 1.250 metros de profundidad durante millones de abriles", recalca Rahimzadeh Kivi.
Los autores subrayan que este estudio es relevante para aumentar la confianza en la seguridad del almacenamiento de CO2 bajo tierra, para conseguir la neutralidad de carbono y mitigar los artículos de la emergencia climática. “Los escenarios propuestos por el Especie Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) para obtener las cero emisiones, e incluso la aniquilación neta del carbono de la medio, requieren el almacenamiento geológico de CO2. Y este estudio demuestra que el almacenamiento permanente de CO2 se puede conseguir de forma segura”, concluye Vilarrasa.
Este trabajo se ha desarrollado en el situación del plan EASY GEO-CARBON (PCI2021-122077-2B) financiado por el MCIN/AEI/10.13039/501100011033 y por European Union NextGenerationEU/PRTR.
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