Desde que Imperio Argentina interpretó La falsa moneda en la película Morena Clara (en el caso que nos ocupa, Clara es rubia) hasta el single que publicó Shakira ayer han transcurrido 87 abriles. En ese etapa de tiempo, el despecho ha sido semilla de docenas de canciones, poemas, novelas y filmes. Si preferimos escoger la venganza como motor creativo, la emblema resulta inabarcable: a fin de cuentas, la perífrasis 'cobrarse venganza' suena más digna, más trascendente, que la de 'mostrar despecho' por motivado, comprensible y justificado que sea este.
BZRP Music Sessions #53 pasará a la historia de la música pop no tanto por su calidad sino por el desnudo integral que su autora e intérprete –aquí el DJ argentino Bizarrap se antoja comparsa necesaria– comparte con sus fans y, en suma, con todo aquel que conozca de su ruptura sentimental simplemente por disponer de luceros y oídos. Quien no estuviese al tanto de los detalles y ahora transija en dejarse aguantar por la memorándum social o el morbo, puede hacer click aquí y unirse a los casi 30 millones de personas que ya han escuchado la canción.
Entre la entrevista que Shakira concedió a ELLE en septiembre pasado y el texto de BZRP Music Sessions #53 poco ha sucedido en su interior. Solo así se explica que haya desatado de asalto, como Zeus liberó al Kraken, la enojo acumulada desde el 4 de junio de 2022 . Está en su derecho pero… Así no, Shakira, así no.
Por supuesto que la comediante tiene todo el derecho a componer e interpretar la canción que le plazca, solo faltaba, pero cubo que no tratamos de un diario íntimo o de esbozos filtrados sino de un producto comercial cubierto con una exitosa campaña internacional, el derecho se desdobla en doble y el de opinión está recogido en el Art. 20.1.a, sección 1ª, capítulo 2, título I de nuestra Constitución. Un indiscutible visado para hacer las siguientes apreciaciones.
Un comediante es expedito de escoger el modo en que decide advenir cuenta: puede cantar Lo mejor de tu vida con los luceros entornados mientras se acaricia el diafragma o puede cantar #53 con mucho aspaviento y golpeándose la testa. Puede permanecer casi paralizado vistiendo camisa celeste y pantalón blanco fiándolo todo a una voz única o hacer indumentaria de una sensualidad incontestable en ropa interior púrpura. Pero aquí no hablamos de estética –Elvis no dejó de ser ‘el rey’ en un ocaso fondón y de trajes imposibles– sino del contenido, de la grafema, del mensaje. Y en ese sentido y solo ese, se puede ser Julio Iglesias o Shakira. Se puede ser elegante o no.
Duras invectivas contra su padre
Quizá nublada por la enojo, Shakira no haya recapacitado en las consecuencias que esta canción pueda desempeñar sobre sus hijos, Milan y Sasha
Quizá nublada por la enojo, Shakira no haya recapacitado en las consecuencias que esta canción, convocatoria a ser uno de sus mayores éxitos, pueda desempeñar sobre sus hijos, Milan y Sasha. Ya no hay revés antes: los niños deberán deliberar con una mamá que ha despellejado a su padre y su abuela frente a una audiencia potencial de 8.000 millones de personas. Descerebrado, interesado, pueril, indigno de ella. Esto es así.
Y si con el tiempo Clara Chía se convierte en poco más que la zagal novia de Piqué y se deseo el cariño de uno y otro, ¿cómo compaginar tal sentimiento con el desprecio por ella que su mamá hizo manifiesto? Para Shakira nunca dejará de ser un Twingo, un Casio. Está dicho, está cantado. Y este objeto colateral de la proyectil nuclear que anoche dejó caer Shakira, cómo sus hijos asimilarán tanta enojo, es mucho más importante que el número de visitas en YouTube.
La frase “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan” alberga distintas posibilidades, pero atendiendo al fuego a discreción que abre a posteriori, nos inclinamos por creer que acusa a Clara Chía de trepa, advenediza, interesada o sacacuartos. Existen epítetos más groseros que obviaremos. ¿Era necesario involucrar a la zagal en una ruptura que atañe solamente a dos personas? Si una pareja rompe adecuado a causa de un tercer actor, el problema sigue siendo exclusivamente de la (ahora) expareja, sea el tercero un torbellino eventual o efímero como una borrachera o aceptablemente cualquiera que te hace retornar a creer en el acto sexual tanto como para mandarlo todo al carajo.
Clasista y cosificadora
Usar una metáfora tan burda está más cerca de pelea de instituto que de un hit de la talla internacional de Shakira
Atendiendo al Art. 20.1.a de la CE, nos atrevemos a señalar que usar una metáfora tan burda como yo soy un Ferrari y la otra un Twingo, yo soy un Rolex y la otra un Casio, está más cerca de pelea de instituto que de un hit de la talla internacional de Shakira. Y más reprobable aún es el trasfondo clasista y absolutamente cosificador de la comparación.
Por lo demás, existen sonoras contradicciones en su mensaje: desde la obviedad de ese “Cero rencor bebé” a la más sutil “Aquí no vuelvo, no quiero otra desengaño” frente a “Yo contigo ya no regreso ni que me llores ni me supliques”. ¿Debemos colegir que Gerard Piqué y ella nunca volverán a estar juntos no tanto porque haya dejado de amarle sino porque no se fía? Lógicamente, insistimos, esta es una apreciación expedito. Tal vez sea cosa de la rima. La segunda frase podría pronunciarla quien tras escuchar de su pareja la devastadora frase “cariño, lo siento pero he conocido a cualquiera” replica “¿Eh? ¡Cómo! Pues rompo contigo”. Más, cuando el exfutbolista no se ha planteado ni por un nanosegundo en el metaverso tratar de remendar su relación con la cantante.
La historia se ha trillado
La contradicción más profunda nos la ofrece su propia hazañas. Cuando Shakira conoció a Gerard Piqué, mantenía una relación con Antonio de la Rúa
Pero la contradicción más profunda nos la ofrece su propia hazañas. Cuando Shakira conoció a Gerard Piqué, mantenía una relación con Antonio de la Rúa, hijo del expresidente de Argentina. Sin hijos pero tan longeva como la que ahora se ha roto. La cantante conoció al futbolista en un concierto en junio de 2010 y se prendó de él en un verano del acto sexual –el del Mundial de Sudáfrica 2010– que nos regaló todavía el beso de Iker Casillas a Sara Carbonero.
En los meses siguientes, la prensa se puso a trabajar para examinar si Shakira y Piqué ya vivían juntos en algún circunstancia secreto de la provincia Barcelona y en noviembre, ella seguía calificando de “waka-rumor” lo que era un secreto a voces. No fue hasta enero del año futuro cuando emitió un comunicado oficializando su ruptura con De la Rúa. Ni entonces ni a lo prolongado de los doce abriles transcurridos, Antonio ha hablado mal de Shakira.
Siquiera Gerard Piqué era expedito cuando Shakira se enamoró de él. Mantenía una relación de más de tres abriles con Nuria Tomás. Ni entonces ni a lo prolongado de los doce abriles transcurridos, Nuria ha hablado nunca mal de Piqué. De hecho, ni mal ni aceptablemente: estuvo rechazando infinidad de entrevistas al respecto en aquella época y volvió a declinarlas cuando su ex y Shakira rompieron en junio pasado. Un par de abriles o tres más tarde de que Piqué la dejase por la comediante colombiana y pasado ya el dolor, quien esto firma se la encontró en el village del Trofeo Conde de Godó de tenis y le preguntó si había perdonado a su novio. “Claro, hombre. Cómo no entenderlo… Si hasta mi hermano tiene un póster de Shakira en su habitación”.
Se puede ser elegante. Desde luego que se puede.
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