Los procesados del clan de Los Kikos que han sido juzgados en la Audiencia de Madrid por regentar el decano punto de traspaso de droga de la provincia han llegado este martes a un acuerdo por el que se han rebajado las penas de gayola hasta la porción de lo que pedía inicialmente Fiscalía al rebuscar las acusaciones justificándolas por sus adicciones al marihuana, cocaína e incluso alguno a la heroína.
El acuerdo de conformidad entre el Servicio Divulgado y los diez acusados que sí han comparecido recoge penas de entre dos y ocho primaveras y medio de prisión, lo que implica una reducción de prácticamente la porción de lo que pedía Fiscalía, que solicitaba para los procesados desde cinco primaveras y medio hasta quince.
El litigio a los catorce integrantes de la ordenamiento ha quedado trillado para sentencia este martes, aunque cuatro de ellos se encuentran en rebusca y captura tras no presentarse en presencia de el tribunal.
A los procesados se les detuvo en la denominada 'operación Maíz' en la que se desarticuló en marzo de 2020 el decano punto de traspaso de drogas en la Cañada Auténtico y de toda la región, emplazado estratégicamente y completamente bunquerizado con fuertes medidas de seguridad.
Tres puertas acorazadas
El total del caudal intervenido en la totalidad de las entradas y registros practicados ascendió a 526.453,37 euros procedente de la actividad ilícita. Mientras que la sustancia droga intervenida estaba destinada a su distribución a terceros y tiene un valía en el mercado ilícito, de 1,5 millones de euros.
En el escrito de incriminación, el fiscal expone que en la parcela 20 PB F de la Cañada Auténtico, la fuerza instructora tuvo que derribar tres puertas acorazadas, para ceder al interior. En ese momento, los acusados que se encontraban interiormente provocaron un incendio a fin de evitar que los Agentes pudiesen incautar las sustancias, caudal y artículos que allí se encontraban.
Las multas además se han estrecho desde cinco millones de euros a millón y medio la más suscripción, y de 125.000 euros a 34.000 la más desvaloración.
Para el casamiento que lideraba el entramado compuesto por Francisco, seudónimo Kiko, y Yolanda, la condena ha bajado de trece primaveras y medio que pedían para uno y otro a seis primaveras y medio para él y siete primaveras y medio a ella.
Kiko, según ha ratificado un agente que participó en la operación de desmantelamiento, era el que dirigía la ordenamiento pero "en la sombra", mientras que Yolanda era la persona que "llevaba principalmente la operatividad, organizaba turnos, recaudaba el caudal y lo repartía entre las personas que trabajaban para ellas".
El dibujado al que se le solicitaba una decano pena de gayola es al supuesto tercer cabecilla, César Arenas, cuya condena ha bajado de quince primaveras a ocho y medio. Según otro agente, César era el que "suministraba" y "manipulaba" las sustancias que luego se vendían.
Respecto a Jesús Heredia, que, según el policía que ha comparecido "trasladaba en coche a Yolanda desde su domicilio en Alcalá de Henares a la Cañada Auténtico", se ha estrecho su pena desde los diez primaveras a los seis y medio.
Para otros, el Servicio Fiscal ha considerado que no han tenido una décimo tan activa como aquellos a los que el fiscal considera líderes, y sus penas se han estrecho de entre nueve y siete primaveras a entre cinco y dos.
Relata la Fiscalía que Los Kikos estaban instalados en el poblado de la Cañada Auténtico de Madrid, en una "ubicación privilegiada", desde la que al menos desde julio de 2019 "suministraban directamente o a través de terceros de confianza, sustancia droga a cambio de un precio".
Y lo hacían, subrayan, "las veinticuatro horas del día (...), siendo constante el trasiego de vehículos que aparcaban en el descampado yuxtapuesto a la parcela" del clan.
Era tal su actividad, que según los cálculos policiales, llegaban a suministrar cerca de 200 dosis diarias de estupefacientes desde "un complicado completamente 'bunkerizado' de la Cañada Auténtico", según informó en su día la Policía al desmantelar la estructura en 2020.
Los investigadores declararon que la grupo regentaba el decano punto de suministro de droga en Madrid, que, adicionalmente, funcionaba como un supermercado, con carteles llamativos en los que anunciaban los productos, precios y los horarios de los autobuses.
Los agentes desarticularon esta bandada en octubre de 2020 en la operación Maíz, en la que se intervinieron 520.000 euros en efectivo, 19 kilos de cocaína, casi tres kilos de otras sustancias -hachís y heroína-, 18 armas de fuego, así como maquinaria para tratar la droga, joyas, relojes de riqueza y merienda vehículos, algunos de ellos de suscripción escala.
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