El agujero en la capa de ozono de la Tierra, que llegó incluso a ser considerado como el peligro ambiental más temido al enfrentaba la humanidad, se cerrará por completo en gran parte del mundo interiormente de dos décadas, gracias a la obra decisiva de los gobiernos para eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono. Así lo indica una nueva evaluación de la ONU.
Esta es la conclusión del panel de expertos respaldado por la ONU, presentado en la 103ª reunión anual de la Sociedad Meteorológica Estadounidense.
La capa de ozono que protege la Tierra de las radiaciones ultravioletas –y cuya destrucción se ha oportuno a las concentraciones de los dañinos gases CFCs empleados por ciertas industrias- va camino de recuperarse totalmente.
Si se mantienen las políticas actuales, se retraso que la capa de ozono se recupere hasta alcanzar los títulos de 1980 (ayer de la aparición del agujero de ozono). Esa recuperación se daría en dirección a el 2066 sobre la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo.
El éxito de la obra sobre la capa de ozono sienta un precedente para motivar las iniciativas para combatir además el cambio climático. "Nuestro éxito en la asesinato sucesivo de los productos químicos que devoran la capa de ozono nos muestra lo que se puede y se debe hacer, con carácter de aprieto, para alejarse de los combustibles fósiles, sujetar los gases de finalidad invernadero y, por lo tanto, impedir el aumento de la temperatura”, declaró Petteri Taalas, secretario común de la Ordenamiento Meteorológica Mundial.
El mensaje de evaluación científica que se hace cada cuatro primaveras sobre el cumplimiento del Protocolo de Montreal (1989) sobre Sustancias que Agotan el Ozono confirma que se han eliminado de casi el 99 % de las sustancias que agotan el ozono, que fueron prohibidas por este pacto internacional.
Tras la intranquilizante pérdida de ozono en la término de 1980, la capa que nos protege de la radiación ultravioleta ha ido mejorando constantemente a raíz de la aplicación de este acuerdo internacional que ha ayudado a eliminar prácticamente la totalidad de los productos químicos que agotan la capa de ozono, como los clorofluorocarbonos (CFC) que fueron utilizados como disolventes y refrigerantes.
El resultado, pues, es que el Protocolo de Montreal ha conseguido preservar la capa de ozono. “El cumplimiento de este acuerdo “ha conducido a una sobresaliente recuperación de la capa de ozono en la estratosfera superior y a una disminución de la exposición humana a los dañinos rayos ultravioleta (UV) del sol”, señala el Software de las Naciones Unidas para el Medio Entorno.
No obstante, esto no significa que no se hayan registrado oscilaciones anuales en el desembarcadero de recuperación.
De hecho, las variaciones en el tamaño del agujero de ozono austral, en particular entre 2019 y 2021, se debieron en gran medida a las condiciones meteorológicas. Sin secuestro, el agujero de ozono austral ha ido mejorando lentamente en su campo de acción y profundidad desde el año 2000.
La respuesta entero unificada para hacer frente a los CFC significa que el acuerdo de Montreal debe considerarse "el tratado ambiental más exitoso de la historia y ofrece un estímulo para que los países del mundo puedan unirse y arriesgarse un resultado y ejecutar en consecuencia", según David Fahey, un irrefutable de la Suministro Doméstico Oceánica y Atmosférica que es el autor principal de la nueva evaluación.
El progreso no siempre ha sido fluido: en 2018, los científicos detectaron un aumento en el uso de CFC, que se rastreó hasta China y finalmente se remedió.
Ha sido una batalla complicada. Los productos sustitutivos de los CFC, un asociación de sustancias químicas industriales conocidas como hidrofluorocarbonos (HFC), resultaron ser gases de finalidad invernadero, lo que requirió un nuevo acuerdo internacional.
Efectivamente, el acuerdo adicional de 2016, conocido como la Mejora de Kigali al Protocolo de Montreal, requierió la reducción sucesivo de la producción y el consumo de algunos hidrofluorocarbonos (HFC). Los HFC no agotan directamente el ozono, pero son poderosos gases que modifican el clima. El panel de evaluación científica estimó que esta reparación evitará un calentamiento de 0,3 a 0,5 °C para 2100 (esto no incluye las contribuciones de las emisiones de HFC-23).
“Que la recuperación del ozono vaya por buen camino según el zaguero mensaje cuatrienal es una anuncio fantástica”, señalo Meg Seki, secretaria ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Software de las Naciones Unidas para el Medio Entorno, quien destacó la importancia que ha tenido el Protocolo de Montreal en la mitigación del cambio climático no se puede exagerar. “En los últimos 35 primaveras, el Protocolo se ha convertido en un serio defensor del medio ámbito”, dijo Meg Seki,
“Las evaluaciones y revisiones realizadas por el Panel de Evaluación Científica siguen siendo un componente cardinal del trabajo del Protocolo que ayuda a informar a los responsables de la formulación de políticas y decisiones”.
La evaluación más flamante se ha realizado sobre la pulvínulo de extensos estudios, investigaciones y datos compilados por expertos de la Ordenamiento Meteorológica Mundial (OMM), el Software de las Naciones Unidas para el Medio Entorno (PNUMA), la Suministro Doméstico Oceánica y Atmosférica de EE. UU. ( NOAA), la Suministro Doméstico de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de EE. UU. y la Comisión Europea.
Por otra parte, por primera vez, este panel de evaluación científica examinó los posesiones potenciales sobre el ozono de la complemento intencional de aerosoles a la estratosfera, conocida como inyección de vaporizador estratosférico (SAI). SAI ha sido propuesto como un método potencial para sujetar el calentamiento climático al aumentar la advertencia de la luz solary atenuar el calentamiento. Sin secuestro, el panel advierte que las consecuencias no deseadas de SAI "además podrían afectar las temperaturas estratosféricas, la circulación y las tasas de producción y destrucción de ozono y el transporte".
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