Los españoles pagaron en el 2022 más que nunca por la electricidad que consumieron. Con una media de 128,21 euros pagados cada mes, se han raído hasta 1.539 euros en el cuenta anual, según un estudio presentado este miércoles por Facua. El reseña es un 38% superior a los 1.116 euros del 2021 y queda 1.000 euros por encima de los registros de hace 20 abriles.
El 2022 todavía se lleva el mérito de contar con los tres recibos más caros de la historia, con los 176,73 euros de marzo, los 158,30 de agosto y los 142,40 de julio. Todas estas cifras parten del ambiente de un cliente medio, con un consumo mensual de 366 kWh y una potencia de 4,4 kW contratada.
Un 2022 de récords
Un año impresionado por una energía disparada
El año ha estado impresionado por el estallido de la eliminación en Ucrania, que ha provocado un terremoto en los mercados energéticos, del gas en particular. Su encarecimiento ha provocado que acabara fijando unos precios muy elevados en el mercado mayorista, en comparación al registro histórico, y ha impulsado la inflación.
A lo holgado del gimnasia el Gobierno se ha pasado obligado a ir tomando medidas para aminorar el impacto en el saquillo de los consumidores, desde rebajas impositivas al establecimiento de la excepción ibérica.
Vistas las cifras, la atención sigue puesta en nuevas medidas. Los últimos movimientos pasan por la propuesta de una reforma radical del mercado europeo, apostando por los contratos a holgado plazo y precios fijos para energías como la nuclear o la hidroeléctrica.
Desde Facua se pide ampliar el calibre del bono social, hacer más transparente el recibo de la luz -"la bollo que pagamos en la presente es difícil de comprender, poco que se ha agravado desde la implantación de los tramos horarios"- y ajustar mejor la potencia contratada al consumo auténtico de los hogares.
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