El festival primoroso de luz Llum BCN regresa con fuerza el primer fin de semana de febrero como antesala de las fiestas de Santa Eulàlia. El certamen, un clásico invernal ya consolidado, alcanza su duodécima tiraje para convertir un año más al Poblenou en un colorido laboratorio urbano con 28 instalaciones gracias la tecncología, el diseño, la iluminación y la bloque. Sin olvidar la crisis energética presente, algunos artistas han ideado obras sostenibles y autosuficientes. Un ejemplo destacado será la proyección de una espejo con lásers mediante energía solar desde el parque Central del Poblenou. Esta instalación, bautizada como Another Moon del colectivo coreano Kimchi and Chips, se podrá ver desde un kilómetro de distancia.
Por otro flanco, la propuesta del holandés Thijs Biersteker reflexionará sobre la crisis climática con una escultura con una serie de aspas de tres metros de diámetro que se alimentará con energía eólica en el centro primoroso Hangar. Por su parte, el holandés Richard Vijgen aprovechará la Torre Glòries para reflectar con señales de luz los datos del garbo de la ciudad en tiempo auténtico mientras que la instalación Call Out en el museo del Disseny Hub Barcelona dibujará el rastra de los satélites que cruzan el bóveda celeste de Barcelona para reflexionar sobre el impacto humano en el espacio.
“Nuestra inquietud por la cuestión energética no es una finalidad del festival ni creo que el mundo del arte la decisión técnica a un crisis, pero sí que hay un nuevo imaginario que puede ayudar desde el punto de instinto social a afrontar esta situaciones”, ha señalado Maria Güell, la directora artística del Llum BCN durante la presentación este lunes del festival.
En la hilera de hacer un festival más sostenible, alguna obra, como la de la la comediante indiobritánica Chila Kumari Singh Burman, se ha producido en Barcelona en ocupación de Londres. En concreto, en una antigua manufactura del siglo XIX del Raval en colaboración con la Traginera, un esquema comunitario del ensanche formado por las cooperativas Impulsem y Colectic, la Fundació Tot Raval, la Fundació Surti y el estudio de bloque La Boqueria . El resultado: unas vistosas y eclécticas composiciones a través de tubos de luces led que representarán esculturas de neón colgadas en la frente de Can Framis, sede de la Fundació Vila Casas. Asimismo, el viejo número posible de instalaciones lumínicas estarán conectadas a la red Barcelona Energia, el cirujano manifiesto eléctrico metropolitano.
Presentación del Llum BCN 2023 con el cartel de esta tiraje
El teniente de corregidor de Civilización, Educación, Ciencia y Comunidad,Jordi Martí, ha destacado no solo el componente “primoroso y popular” del festival sino además su “vínculo con el ámbito educativo”, convirtiendo al Poblenou en un “invernadero de la innovación”. En este sentido, para esta tiraje, participarán quince escuelas de arte, de diseño y bloque de la ciudad. Siquiera faltará el Off Llum, el festival opcional impulsado por la comunidad creativa del ensanche. Si el frío lo permite, los organizadores esperan una gran afluencia del manifiesto a este festival que el año pasado registró más de 100.000 visitantes.
El certamen se celebrará durante tres días, del 3 al 5 de febrero, con un horario el viernes y el sábado desde las 18.30 horas hasta las 23.30 horas y el domingo desde 18.30 horas de la tarde hasta las 23.00horas. El presupuesto, con aportaciones públicas y privadas, asciende a 1,1 millones de euros. Uno de los patrocinadores oficiales de este año será la Feria ISE, el viejo salón audiovisual para profesionales que tendrá ocupación en la Fira de Barcelona del 31 de enero al 3 de febrero.
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