"Finalmente aquí estoy". Daniel Sirera ha vuelto hoy a Barcelona para ser presentado como el candidato a la alcaldía del PP. En una concurrida rueda de prensa en al sede del partido, en la calle Urgell, el alcaldable popular en las próximas elecciones municipales ha enumerado las líneas maestras de su software, que se centrará en la pundonor, la seguridad y la movilidad de una ciudad que, desde su punto de apariencia, nunca había estado tan "degradada" como ahora.
A posteriori de las especulaciones sobre cuál sería el candidato del PP en una plaza tan difícil como Barcelona, Sirera se ha mostrado agradecido a la dirección autonómica y a la doméstico de su partido por haberlo favorito para el pelea, en el que se propone concentrar el voto del fragmentado espacio constitucionalista y erigirse en alternativa tanto al maniquí de la presente alcaldesa, Ada Colau, como del independentismo.
Sirera se propone aglutinar el voto constitucionalista y erigirse en alternativa entre la Barcelona de Colau y el independentismo
A posteriori de quince primaveras alejado de la primera camino de la política catalana, Sirera, que fue concejal en Barcelona (1996-1999) y diputado en el Parlament (1995-2010), ha querido inspeccionar el suburbio del Raval como carta de presentación de su candidatura, donde ha conversado con los vecinos de un edificio de propiedad municipal que están desde el día 2 de diciembre sin agua caliente ni calefacción. "No me puedo creer que en una ciudad como Barcelona podamos tener a más de cien personas, algunas de ellas mayores, sin suministro en plenas Navidades", ha afirmado el alcaldable popular.
Esta imagen de proximidad con la ciudadanía es la que ha querido plasmar Sirera en su intervención, en la que ha asegurado que su campaña estará "muy pegada a la calle", porque quiere centrarse en los "problemas reales de los ciudadanos", que han trillado como en los últimos primaveras Barcelona ha sido "instrumentalizada" por la izquierda, que la ha usado como su "laboratorio de ideas", y por el independentismo, que ha querido "ponerla al servicio de su causa".
El alcaldable del PP plantea una campaña "muy pegada a la multitud" y ha empezado por inspeccionar a los vecinos de un edificio del suburbio del Raval que están sin agua caliente
Entre ambas opciones, Sirera, que en el posterior año ha ejercido como presidente de aposento de Carlos Mazón, el candidato del PP a la presidencia de la Generalitat Valenciana, propone que la caudal catalana vuelva a ser "la ciudad que fue", una "gran ciudad europea, moderna, abierta y cosmopolita", y no la ciudad "insegura, sucia y con problemas de movilidad" en la que, según denuncia, se ha convertido Barcelona y que él se ha antagónico a su dorso.
El alcaldable del PP ha manifestado su esperanza de aglutinar el voto de los "miles de barceloneses que se sienten solos", a los que ofrece su candidatura como una "fuerza útil" para que Barcelona "recupere el brillo perdido". En este sentido, ha procesado al PSC de Jaume Collboni de "ser parte del problema", por más que trate de poner distancia criticando finalmente algunas decisiones del Consistorio del que es el primer teniente de corregidor: "Si Barcelona está hecha unos zorros, él no puede afirmar: 'esto no va conmigo'".
Y en la misma camino ha cargado contra el candidato de Junts, Xavier Trias, con quien tiene una "buena relación" de sus primaveras en el Parlament, un periodo en el que el PP a menudo daba apoyo al Govern de CiU. "Trias no era independentista cuando era conseller de Governació, pero desde entonces ha cambiado mucho la película", ha recordado Sirera, que ha procesado al exalcalde convergente de pretender que en el pasado Barcelona se pusiera "al servicio del independentismo".
En cuanto a las posibles alianzas en un espacio político que hoy por hoy está muy fragmentado, con Valents y Ciudadanos igualmente en plaza, Sirera ha dejado para más delante las posibles negociaciones y ha asegurado que su principal propósito es que el PP salga "reforzado" de las municipales, con el anciano número posible de concejales. Aun así, ha indicado que sus "parámetros" de seguridad, pundonor, movilidad, a los que ha añadido que la ciudad sea "completamente bilingüe", son irrenunciables.
"Era inasequible alcanzar a la escaparate y el hombre llegó. No existe ninguna maldición bíblica que diga que el PP no puede presidir Barcelona", se ha envalentonado Sirera al murmurar de sus expectativas, por lo que se ha mostrado dispuesto a aceptar el apoyo de cualquier partido, incluida la ultraderecha, aunque prórroga convencer a los simpatizantes de Vox de que lo voten a él. "Soy dialogante. Me reuniré con todos los que quieran, sin renunciar a lo que piensa el PP", ha afirmado el candidato popular, para quien su partido es el único "capaz de plantar cara a los populistas e independentistas".
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