El fiscal del asalto al Capitolio cita a declarar a Pence, último y díscolo vicepresidente de Trump

El fiscal exclusivo que investiga a Donald Trump por el asalto al Capitolio y por la ocultación de papeles secretos en su residencia de Mar-a-Estanque, Jack Smith, ha citado a fallar al ex vicepresidente Mike Pence en relación con la insurrección en el Congreso y  los anteriores y ulteriores intentos de su antiguo cabecilla de anular el resultado de las presidenciales del 2020.

Pence se negó a cumplir la petición de Trump para que, ejerciendo su poder en el Congreso, anulara la sesión en la que los parlamentarios debían ratificar, proclamar y hacer oficial el triunfo de Joe Biden en las elecciones. Eso le valió al número dos la persecución de los asaltantes del Capitolio al queja de "¡Colgad a Mike Pence!". De tal guisa que el servicio secreto de la policía tuvo que evacuarle cercano a su comunidad de la estancia del Senado donde se refugiaba y veía peligrar su vida. 

Casi dos abriles posteriormente, en noviembre pasado, Trump justificaría sin ningún rubor a la turba que aquel día pidió la inicio de su principal colaborador.

Aunque el fiscal no haya detallado la finalidad de la citación, como siquiera la plazo, es obvio que Pence puede ser un informante de cargo esencia en el procedimiento contra el expresidente. Y no sólo acerca del asalto al Capitolio sino todavía, o sobre todo, con respecto a las diferentes maniobras de Trump en su incansable intento de  revertir su fracaso en las presidenciales. 

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"¡Colgad a Mike Pence!", gritaron los seguidores de Trump durante el asalto al Capitolio, y hasta construyeron un tormento simbólico en el extranjero del edificio 




ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP

Mike Pence ha regalado señales y protagonizado movimientos indicativos de que planea presentarse a las primarias republicanas para las elecciones del 2024 en competencia con el propio Trump, por ahora único candidato oficial en esa carrera.

Las investigaciones sobre el asalto al Capitolio siguen dos vías paralelas con velocidades muy dispares: la de los protagonistas directos de la insurrección, muchos de ellos ya enjuiciados y condenados, y la de sus instigadores y cómplices desde en lo alto, con Trump a la inicio, la que lleva el fiscal Smith en tajante secreto. 

El fiscal caudillo, Merrick Garland, ha recibido críticas de todos lados por su conducción del proceso. Mientras los republicanos le acusan de "instrumentalizar políticamente el cargo" para atacar al expresidente, algunos demócratas le reprochan su patente flema e indecisión para resolver si presenta cargos contra Trump por su cardinal rol en la intentona golpista.

La ya extinta comisión investigadora de aquellos hechos en el Congreso presentó testimonios y pruebas contundentes de esa decisiva intervención del expresidente en la violenta revuelta. El comité parlamentario, integrado por siete representantes demócratas y dos republicanos, instó a la Fiscalía a presentar cargos contra el exmandatario por los delitos de incitación a la insurrección, conspiración para defraudar a la nación, conspiración para formular una proclamación falsa y obstrucción de un procedimiento oficial del Congreso.

Pence se convirtió hace un par de semanas en el tercer parada cargo, posteriormente de Trump y Joe Biden, en cuya residencia han aparecido documentos clasificados que tendrían que haberse entregado a la institución de Archivos Nacionales al dejar cada uno de ellos el cargo.

El talento y las circunstancias de los hallazgos de estos papeles, que en el caso de Pence se limitan en principio a una docena, son muy diversos. Pero la mancha, decano o último, es compartida por los tres dirigentes.

En la investigación contra Trump por el asalto al Capitolio, está por ver cómo él líder republicano encaja la citación de Pence,  política y legalmente. El expresidente ha invocado una y otra voz la inmunidad presidencial para eludir toda responsabilidad en el proceso. Una inmunidad que ya no tiene. Al menos en teoría.

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