"Es excitante tener a Shakespeare y Verdi susurrándote al oído: 'ojo, Plensa, con cuidado'"

Fascinado desde muy fresco por William Shakespeare, Giuseppe Verdi hizo intentos de aceptar algunas de sus obras a la ópera, cosa que consiguió con Macbeth equitativamente el mismo año, 1847, en que el Liceu abría sus puertas. Otello y Falstaff serían los otros dos títulos del dramaturgo inglés que el compositor milanés estrenaría ya décadas luego. El Gran Teatre vive ahora esa atinado coincidencia con su 175 aniversario y concentra  sus esfuerzos en una esperada producción de la oscura, teatral y demoníaca Macbeth con la que Jaume Plensa, otro enamorado de Shakespeare y de la ópera, se estrena como director de campo. Serán merienda funciones que arrancan el 16 de febrero, hasta el 3 de marzo, y que han requerido medio millón de euros de inversión más otro millón y medio en el funcionamiento. 

El tallista ha presentado este miércoles el título adyacente con el resto del equipo bello paseando por el marco del Liceu entre diversos ejemplares de sus características cabezas de mallas de hoja que forman parte de la escenografía, o las saber que conforman una de las frases más fascinantes de la obra - "Sleep no more"- con la que se explica que Macbeth no solo ha matado a alguno sino asimismo la posibilidad de conciliar el sueño para el resto de sus días. Acompañaban a Plensa en este transitar por su propio universo iconográfico un reparto "grande" encabezado por Luca Salsi y Sondra Radvanovsky como Macbeth y su Lady, encima de Erwin Schrott como Asiento. Josep Pons firma la ingeniería musical.

"Yo no hago las cosas para que gusten, las hago porque salen así. A veces el equipo se enfada conmigo cuando digo '¡qué acomodaticio es!'. Y es que lo es, porque tienes a Shakespeare y a Verdi que te van susurrando, 'Plensa, ojo, cuidado, no hagas esta gilipollada'. A mí nadie me viene a indicarme falta cuando trabajo solo en el estudio haciendo una obra. Y es no sólo excitante, es que lo compartes con otras personas", explicaba Plensa en presencia de la prensa.

El tallista se ha rodeado de una serie de artistas para aceptar delante su plan dramático. A Antonio Ruz le dijo que quería  que coreografiara cómo se mueven los actores en el espacio, "y lo ha rematado", dice el tallista. "Marc Salicrú me ha ayudado a traspasa mi jerigonza de tallista al mundo teatral, Nadia Composición ha hecho lo propio con el vestuario, tenemos a Urs Schönebaum a las luces, que es un trabajo extraordinario, Joan Samper ha coordinado todo esto y siempre ha estado a mi costado Leo Castaldi. El espacio está más malogrado que satisfecho. Hay poco que puede guatar más que mis obras y son las voces y la fanfarria. El malogrado asimismo es un objeto". 

"Pero he buscado usar la energía que hay en un teatro -prosigue-. No sólo lo que pasa en campo sino con los 80 músicos del foso y las 2.242 personas que hay al otro costado. El intercambio es extraordinario. Era William Blake que decía que la idea de pensamiento llena la inmensidad, llena el espacio de una energía invisible. Yo he intentado que la esencia Shakespeare-Verdi pase con gran pureza por el marco. Si ha habido esa obsesión por la muerte y el espinilla con este título no creo que fuera porque Shakespeare quisiera charlar de eso. Pero es que se ha interpretado con una ojeada masculina un ambiente que era muy femíneo y que no se había consumido de explicar o entender".

Plensa considera que Lady Macbeth es el sol cerca de del cual giran el resto de personajes. Y cree que esta producción supone un cambio de postura que va a cambiar muchas maneras de mirar esta ópera y "sobre todo va a renovarla, porque en cierto modo está anticuada". "Me refiero por ejemplo a toda la poesía que acumula la relación de Lady Macbeth con Macbeth. Me gusta mucho el teatro sabio porque te permite imaginar lo que harías de otro modo. Shakespeare intentó describir al ser humano en su complejidad, todos hemos sido alguna vez Macbeth o Lady Macbeth, todos hemos sido un rey Duncan y nos han asesinado, o un Asiento con su fidelidad o un Macduff que perpetra la venganza. Según cómo nos toca la luz somos una u otra cosa y la modernidad es cambiar la modo en que el espectador lo pueda mirar". "Estoy de acuerdo con Sondra -prosigue- cuando dice que Lady Macbeth es una mujer extraordinaria que ha sido tino siempre como el ser que llevaba a Macbeth a la perdición, pero en efectividad ella llega donde Macbeth no llega. Lo que pasa es que tienen un mal día y se les complica todo".

Radvanovsky, que canta el papel por segunda vez, no ve en Lady Macbeth una mujer sedienta de muerte sino enamorada. Quiere que su marido cambie su estructura, pero cambiarlo es ficticio y eso es lo que lleva a la caída. "El fracaso no es que no logre el poder sino que no consigue cambiar a su marido", advierte. "Esta producción me ha sorprendido por su modernidad -concluye-. Es como la infusión que necesita el mundo de la ópera. Una combinación de tantas formas de arte : la danza, la escultura, la palabra, la música... de un modo que no se había trillado antiguamente. La masa quedará sorprendida de esta combinación"

"He intentado que fuera de una velocidad extraordinaria. Y cuando me propusieron el plan [que Plensa lleva 25 años acariciando, desde que Gerhard Mortier le preguntara cuál es la ópera que le gustaría llevar a escena] dije que ya que lo hacíamos lo hiciéramos todo". El tallista se refiere a la última solo de Macbeth que había en el llamativo de Verdi antiguamente de que cambiara. Un final que el barítono Luca Salsi agradece que el teatro haya estado dispuesto. "Es un enorme esfuerzo financiero pero es importante para el papel de Macbeth. Le da mucha mas fuerza al personaje".

Efectivamente, los derechos musicales están vigentes al tratarse de una publicación crítica, con lo cual se han tenido que costear 25.000 euros para abonar al musicólogo y la editorial Ricordi encima del audiovisual que acompaña ese canto de bienquerencia, respecto, honor... el momento de penetración de Macbeth cuando se despide del mundo consciente de que muere y ve, quizá, que se ha inexacto.

"Esta es una ópera redonda per difícil para los cantantes -explica Pons-. Hay un pasaje en que tienen cuatro pianissimi. Verdi es un avezado de la ópera de color umbrátil, pero ojo, asimismo del color blanco, aunque lo  utilice poco. Yo destacaría dos aspectos: hay personajes muy proporcionadamente dibujados como el de Asiento pero luego otros a los que se cruza la posibilidad de reinar y eso desarrolla una psicología vándalo que encontramos asimismo en la música. Y por otra parte, mientras Lady Macbeth arranca gloriosa, acaba fuera de si, una crecimiento extraordinaria que en el caso de Macbeth es al contrario: empieza con dudas y acaba de la modo más solariego con 'Pietà'. Me fascina esa doble crecimiento, y asimismo la de las brujas, que son parte de la mitología del mundo anglosajón, que empiezan rudas, comiendo con las manos, y acaban etéreas".

La plataforma Liceu+Live ofrecerá el 25 de mazo la posibilidad de ver el plan desde la visión del director de fanfarria, ver el papel de regidoría, ver la ópera siguiendo la partitura o observando con una cámara digital los cambios de escenografía. El producto audiovisual, que estará arreglado dos primaveras, cuenta encima con la colaboración de otros Playeres como Caixaforum+, que ha producido un documental para mostrar de modo diferente y más completa la ópera. 

La plataforma de CaixaForum, que tiene tres meses de vida y 35.000 suscriptores, ha detectado que a su conocido les apasiona ver los procesos creativos del mundo de la civilización. Por lo que han decidido llevarlo a lengua con Macbeth y el próximo estreno mundial de Alexina B, de Raquel García-Tomás. De hecho, Plensa ya se ha dejado instalar un micrófono y una cámara le sigue para la realización de un documental que estará arreglado en mayo.

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