El Kofun Tomio Maruyama es el túmulo funerario más extenso de Japón, con un total de 109 metros de diámetro. Construido en la segunda fracción del siglo IV, está emplazado en la ciudad de Nara, en la región de Kansas, una de las más tradicionales del país del Sol Incipiente y que fue la caudal durante el periodo medieval.
En noviembre, durante unas excavaciones realizadas en un campo de acción de 370 metros cuadrados, los arqueólogos japoneses descubrieron una espada de hierro de hasta 2,67 metros de espléndido que probablemente acompañó a su propietario hasta la tumba para poder usarla como protección contra los malos espíritus.
La espada serpenteante más antigua
El pertrechos, conocida como dako y el ejemplo más antiguo de una espada serpenteante, es tan extenso que probablemente nunca se usó para la lucha. “Es el doble de larga que cualquier otra encontrada hasta ahora en Japón”, aseguran los investigadores. Su filo es tan ondulado que recuerda a una serpiente y sus medidas hicieron pensar inicialmente a los expertos que se habían topado con varias hojas distintas alineadas unas al flanco de las otras.
Anejo a la espada se encontró, por otra parte, un espejo de cobre con forma de tortuga que probablemente era un escudo todavía se usó para guarecerse de los malos espíritus. Mide 64 centímetros de espléndido por 31 de encantado y pesa más de 5,5 kilos, lo que todavía lo convierte en el más extenso de su tipo descubierto en Japón. Su superficie es mújol y pulida, y se cree que fue hecha por un artesano de espejos.
Los hallazgos pertenecen al período Kofun, que duró más o menos del año 300 al 710 y lleva el nombre de los característicos montículos de las tumbas, construidos para sepultar a los miembros de la clase dominante. Japón alberga aproximadamente 160.000 de estos túmulos funerarios.
Los arqueólogos creen que el propietario de esta gran espada era una persona influyente que tenía alguna conexión con los gobernantes de la época, la comunidad imperial Yamato. Los dos artefactos indicarían que el hombre fallecido (del que aún no se ha enfrentado ningún indicio) pudo estar involucrado en "asuntos militares y rituales", apunta el arqueólogo de la Universidad de Nara Naohiro Toyoshima.
Los investigadores todavía han desenterrado otros artefactos de Tomio Maruyama, incluidos el féretro (vano) hecho con madera de koyamaki (Sciadopitys verticillata, el pino paraguas japonés), recipientes de cobre, utensilios de comida y herramientas agrícolas de hierro.
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