Lionel Messi alcanzó en Qatar el sueño que llevaba persiguiendo desde que era pequeño, una Copa del Mundo que deseaba "muchísimo". El capitán de Argentina vivió una tinieblas mágica contra Francia en el estadio de Lusail y de aquella final observancia numerosas cosas que el próximo marzo trasladará a su casa de Barcelona.
"Tengo todo. Las botas, las camisetas, la capa (el bisht). Está todo ahí en el predio, me lo guardó Marito (utillero de la albiceleste) y Juan Cruz. Me guardan todo siempre. Y ahora en marzo me voy a tolerar todo a Barcelona, donde tengo mis cosas y mis memorias", explicó el atleta del PSG en una extensa entrevista para el diario Olé.
El '10' ya se ha aclimatado a París, pero en su casa de Castelldefels, muy cerca de la hacienda catalana, tiene un amplio espacio, prácticamente un museo, donde conserva memorias de su larga carrera, en singular de su dilatada trayectoria de más de 20 abriles en el Barça. Messi acaba resolución en junio con los parisinos, pero todo apunta que continuará en el campeón francés pese a los rumores sobre una posible reverso al club blaugrana.
El de Rosario ya vuelve a estar metido en la dinámica de competición con el PSG, aunque en su individuo aún se amontonan las vivencias del Mundial. "No sé explicarlo con palabras lo que sentí en ese momento. Al ver la Copa ahí, no tenía pensado la reacción esa. Fue verla e ir porque estaba tan cerquita, me salió de adentro acercarme, tocarla, besarla. Y fue una emoción enorme de poder aseverar ya está, podemos agarrar, tocar", recuerda sobre su beso campechano a la Copa antiguamente de recibirla oficialmente de manos del presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
Messi se quitó un peso de encima: "Luego de tanto tiempo en la Selección, de Mundiales anteriores, de poseer estado tan cerquita igualmente en el 2014, de haberla trillado ahí pasando tan cerquita sin poder hacer lo que hice en esta última. A espaldas de esto hubo mucho sacrificio, mucha derrota, mucho momento duro, los cuales me tocó producirse. Fue una situación hermosa".
Muchos aficionados, igualmente los que no eran argentinos, querían que la albiceleste ganara el Mundial para que Messi, por fin, obtuviera una merecida galardón a su carrera inigualable. "Creo que la gentío vio todo lo que peleé para intentar conseguir ese objetivo, creo que a mucha gentío le parecía injusto lo que había vivido yo con la selección", especula el exbarcelonista sobre tanto apoyo de los hinchas del fútbol
Luego de ingresar a Francia en los penaltis las imágenes de fiesta se sucedieron sobre el césped del estadio de Lusail y días luego, ya en la sede de la selección en Argentina, se hizo virulento una fotografía de Messi durmiendo con la Copa. "Llegamos de mañana, dormimos muy poquito (...) No sé por qué terminé con la Copa esa tinieblas, estaba en mi habitación, me la habían dejado. La tenía al costado mío, Rodrigo (De Paul) apareció, yo me puse así y me dijo: ‘ Vení que te hago la foto'", explicó ese icónico momento la pulga.
Pero toda esa alegría y fiesta pudo haberse truncado en el inicio del Mundial, cuando sintieron "el cagazo" tras el inauguración con derrota frente a Arabia Saudí. "Ahí se demostró la fortaleza del peña, lo que éramos nosotros como peña", elogió al equipo, adicionalmente de rememorar el delicado momento en el segundo partido contra México, donde encauzaron el triunfo gracias a un gol de Messi en la segunda parte.
"Me acuerdo de platicar con los chicos (en el refrigerio) y decirles que sabía que era difícil la situación en la que estábamos, que jugáramos como lo hacíamos siempre (...) Por momentos la ansiedad nos comía y hacíamos que jugáramos acelerados", explica Messi sobre la prueba que superaron contra los mexicanos. El resto es historia.
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