De cárcel a oficina de empleo

La antigua prisión de Figueres acogerá las nuevas dependencias de los servicios de ocupación y en ellas se impartirá formación profesional en sectores como la transporte, la electromecánica o las industrias alimentarias.

La remodelación del edificio, que data del año 1917 y dejó de funcionar como centro penitenciario en 2014, costará 6'9 millones de euros. El circuito, se quiere convertir en un espacio "puntero" de promoción y exposición financiero y social. 







Otros usos


El abastecimiento albergará todavía espacios de formación profesional en ámbitos como la transporte, la electromecánica o la avituallamiento

El Servei d'Ocupació de Catalunya (SOC) y el Servicio Divulgado de Empleo Estatal (SEPE) ocuparán el espacio central de la antigua prisión. El edificio todavía albergará una delegación del SOC Empresa, un punto de remisión para toda la comarca para la captación y dirección de ofertas.

Las obras convertirán los antiguos talleres del Centre d'Inciatives per la Reinserció (CIRE) del interior de la prisión en un oportunidad donde se impartirá formación profesional para la ocupación en ámbitos vinculados a la comarca como la transporte, la electromecánica, la avituallamiento, el ámbito sociosanitario, el de las actividades físicodeportivas en el medio natural o de la industrias alimentarias, entre otros. 

Departament de Treball i Empresa

El conseller d'Empresa i Treball, Roger Torrent, esta mañana en el antiguo centro penitenciario.




La conversión de este edificio, situado en la trama urbana de la ciudad, ha sido posible gracias al acuerdo escaso durante esta sesión entre el unidad de Empresa i Treball, mediante el SOC, y el Consistorio de Figueres. 

El conseller d'Empresa i Treball, Roger Torrent, señala que con este plan nace un espacio transformador para la comarca que supone "una historia de éxito". 







En honor al arquitecto Josep Azemar


El espacio recibirá el nombre de Azemar en honor al arquitecto que diseño el edificio

Por su parte, la alcaldesa de Figueres, Agnès Lladó, ha indicado que con este espacio (aguado con el nombre de Azemar, el del arquitecto de la antigua prisión) se rompen "no solo los muros externos de la antigua prisión, sino todavía las barreras administrativas entre las distintas administraciones en beneficio de las personas de Figueres y la comarca".

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente