El vandalismo es uno de los males más habituales que deben sufrir los conductores españoles. Y no hablamos tan solo de los temidos robos. Todavía hay otros actos que se cometen con más frecuencia de la que la mayoría de nosotros desearíamos. Desde una rayada en la carrocería hasta una cristalera rota, pasando por un rueda pinchado, una abolladura o un retrovisor arrancado.
De hecho, el 45% de conductores en España, unos 12,3 millones, se ha antagónico su coche dañado alguna vez por algún tipo de acto vandálico. Así lo determina el estudio Stop Incivismo. Tener lugar la grifo: radiografía del vandalismo viario en España, pulido por Fila Directa Aseguradora a partir de los resultados de 1.700 encuestas realizadas en todo el país.
Los dos tipos de vandalismo viario
Los datos que muestra este mensaje son de una magnitud relevante, ya que al término del año suponen más del 20% de partes sin contrario a las aseguradoras. Interiormente de estos casos, se diferencian dos tipos de acciones incívicas. En primer oficio, los daños intencionados que una persona provoca en un coche, denominados actos vandálicos, y que obedecen a un motivo.
Por otro flanco, están los que son realizados de forma involuntaria, sin mala intención, pero en los que el conductor se da “a la fuga” sin dejar ninguna nota ni datos en el coche perjudicado. Estos incluyen los casos en los que los conductores, pese a no causar el daño adrede, se dan cuenta de lo ocurrido y deciden entregarse el oficio de los hechos de todos modos.
Los actos vandálicos y los conductores que se dan a la fuga cuestan rodeando de 930 millones de euros al año a las aseguradoras
Unos y otros suponen rodeando de 930 millones al año para las aseguradoras. A esta sigla se debe sumar el coste personal de reparación para todos aquellos conductores que no cuentan con pólizas a todo aventura, explica Mar Garre, directora de Personas, Comunicación y Sostenibilidad de Fila Directa.
De hecho, el estudio concluye que el 54% de los conductores que han sufrido daños premeditadamente en sus coches ha tenido que enriquecer de su faltriquera el coste íntegro de la reparación. De estos, la mayoría (62%) han abonado unos 500 euros, aunque tres de cada diez han conocido como la elaboración escalaba hasta los 1.000 euros.
Entre los actos vandálicos que más sufren los propietarios están, principalmente, los arañazos en la pintura (36%), ya sean provocados por una grifo u objeto similar o por otro transporte. Los daños en los retrovisores -habituales cuando se dejan abiertos- significan el 21%, mientras que las roturas de lunas están relacionadas el 15% de los casos.
Los autores de los actos vandálicos
Si nos centramos en los autores, el estudio muestra que rodeando de 850.000 conductores (3%) reconocen deber dañado intencionadamente otro transporte. En casi la medio de las ocasiones se debe a una venganza personal, aunque hay otros motivos que pueden sorprender más. Un 35% de los encuestados admite haberlo hecho porque el otro coche “estaba mal aparcado”. Un 15% lo hicieron simplemente porque “era nuevo” y un 11% porque era “de tonalidad inscripción”. Incluso un 9% reconoce que lo ha hecho porque “me gusta”.
En cuanto a las ubicaciones, el 90% de los actos vandálicos suceden en la calle, con autores jóvenes como principales responsables. Las comunidades que sufren más actos vandálicos son la Comunidad Valenciana (51%), Murcia (49%) y el País Vasco (49%). En el flanco opuesto se encuentran La Rioja (34%), Cantabria (34%) y Asturias (38%).
Por venganza, estar mal aparcado, ser nuevo, ser de inscripción tonalidad o por capricho, las principales razones para dañar el coche de otro
Los conductores que se dan a la fuga
Muchos más son los autores que ocasionan un daño sin intención, pero que luego se dan a la fuga. En esta camino, un 11% de los conductores admite deber desaseado el oficio de un desnivel sin dejar ningún noticia al perjudicado, un comportamiento muy habitual cuando el propietario del otro transporte no se encuentra presente (el 71% de las veces). El resultado es que más del 40% de conductores ha sufrido daños en su coche sin que el responsable le deje sus datos.
El miedo, en el 43% de los casos, es la principal argumento de esa huida, aunque casi un tercio revela que se ha marchado porque esta situación “ya le ha pasado anteriormente” y un 22% asegura que ha desaseado el oficio para “no subir el seguro”. Los conductores que se dan a la fuga son más habituales en Castilla-La Mancha (52%), Murcia (49%) y Cantabria (48%) y es más global entre conductores hombres que en mujeres.
En total, los daños provocados por los automovilistas que huyen suponen el 18% de partes sin contrario, por lo que unidos a los derivados de actos vandálicos intencionados elevan el porcentaje al 40% de partes sin contrario que reciben las aseguradoras por estas dos situaciones.
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