Sección semanal de La Vanguardia con la colaboración de la Fundación AAA Civilización y Áfora/Focus que tiene como objetivo mostrar a jóvenes que destacan en el mundo de la civilización a pesar de las crisis económicas que ha vivido su procreación y a la que se suma la sanitaria contemporáneo.Mi procreación
Ha sido paradójicamente a raíz de la pandemia cuando el nombre de Anna Andreu han subido a un primer plano, muy justo por otra parte. Porque Andreu (Sant Quirze del Vallès, 1988) lleva ya primaveras en las arenas musicales, sobre todo como la centro del dúo Cálido Home, basado en canciones en inglés y con sonoridad folk norteamericano.
Vivía sin bloqueo de otro trabajo, pero llegó un momento en que aquel tesina musical fue decayendo y eso anejo a circunstancias anímicas la llevaron a ponerse en contacto con Louise Samson, de la muy activa discográfica Hidden Track. Deseaba hacer poco propio, y con su complicidad y apoyo, Andreu dejó su trabajo y se dedicó durante un año a dar forma a sus canciones.
En ese proceso contó con la complicidad fundamental de la violinista Óleo Arrufat, que acabaría transformándose en la escuadrón de su tesina, por otra parte de su pareja. El portafolio de parto se tituló Els mals costums, y transpiraba ese pop metafísico del que han hecho bandera Ferran Palau, Núria Graham o El Petit de Cal Eril.
Pero llegó de súbito la pandemia y el confinamiento, y todo se paralizó. El divulgación se retrasó y pese a ello, con penuria de directo, y igualmente miedo, se lanzó de la indeterminación a la mañana a tocar en la primera de las Nits del Primavera en el Fòrum, abriendo el concierto precisamente de Ferran Palau en julio de 2020. Hace unos días publicó su nuevo portafolio La mida (Hidden Track), una obra que mantiene la fascinación.
Su primer portafolio, 'Els mals costums', apareció en plena pandemia pero tuvo muy buena acogida entre la diversión.
A mí sorprendió un montón, pero eran canciones que tienen un punto así como muy intimista; si hubiese hecho música más festiva igual me hubiese opuesto con un pared. Pero con esas canciones encontré a la familia en casa, confinada, pasando el tiempo, por ejemplo, poniendo un disco de determinado que no conocían. Igual son cultura que en un momento así de recogimiento les entró proporcionadamente a la familia.
De hecho eran canciones que usted escribió durante la pandemia, ¿no?
Sí, como debieron de hacer muchos otros colegas. Pero las cultura son un poco atemporales, por ejemplo Crit al cel que es una advertencia sobre el hecho de que tengo treinta y pico de primaveras, y mis padres se hacen mayores y que un momento cubo igualmente me tocará a mi cuidar de ellos. Y esto, en plena pandemia, cuando mucha familia no podía ver a padres ni abuelos y al revés, debió de incidir en mucha familia. Y yo la verdad es que me las siento vigentes muchas de ellas.
¿Cómo recuerda aquel primer concierto?
Aquello fue muy válido, porque Óleo, que es mi pareja y mi compañera de categoría, y yo solo habíamos tocado esas canciones en casa, y al salir la oportunidad de tocar en el Fòrum, delante 700 personas y en un marco enorme... aquello fue como pillar tablas en vigésimo minutos. Pero una vez tocamos allí, pensamos que si habíamos sobrevivido a eso ahora ya podríamos con lo que nos echaran.
En este nuevo La mida el impacto del coronavirus ¿cree que se nota en las cultura?
Yo creo que no. He intentado no poner imágenes directas de lo que ocurrió. Aquí creo que la idea es como lavarnos un poco los dientes y olvidarnos un poco de estos dos primaveras.
Una vez leídos esos textos, ¿cree que hay un hilo global?
Lo hay, pero es un hilo que lo vi posteriormente. Cuando tuve seis temas hechos de las ocho del disco, me di cuenta que una idea recurrente era la medida, la contención. Y al descubrirlo me ayudó a matar las dos canciones que me faltaban.
¿Y qué referencias sonoras sobrevuelan esas nuevas canciones?
Big Thief, Aldous Harding, pero en casa igualmente escucho a Paco Ibáñez desde que tengo cinco primaveras. Me gusta mucho a la hora de hacer canciones encontrar un firmeza entre las cosas bonitas y las cosas amargas u oscuras, tanto en las cultura como en los sonidos. Me gusta crear esos contrastes. Como cuando de pequeña oía las canciones de Paco, que decían cosas bonitas pero que no dejaban de estar metidas en un contexto de miseria.
Hacer un portafolio como este ¿tiene un trasfondo terapéutico delante la situación que le rodeaba, y le rodea?
Para mi este disco es fruto del cariño que he recibido de la familia. Hemos hecho ochenta conciertos en dos primaveras, que son muchísimos para estas circunstancias. Eso y notar que a la familia le gusta lo que haces te reconforta mucho y te da ganas, te envalentona. El cariño que he recibido de la familia te envalentona a seguir haciendo música.
¿Cuáles son los planes a corto y medio plazo?
Hay toda la pretensión para ser acertado, pero ya veremos cómo se hace. Para mi hacer el primer portafolio fue de alguna forma darme cuenta de que quizás este podría ser mi oficio. Yo me lo tomo como tal; es afirmar, no espero hacer un disco y cabal posteriormente irme al Palau Sant Jordi. A corto plazo, el objetivo estocar todo lo que podamos. Es una forma de devolver todo el cariño que nos da la familia, porque sin él no habrían estas canciones.
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