Detección precoz del cáncer de pulmón

Todas las comunidades autónomas, representadas por algunos de sus mejores centros sanitarios e instituciones científicas, y por profesionales de la medicina, participan en la elaboración de un plan de detección precoz del cáncer de pulmón. La materialización de dicho plan depende ahora de que el Empleo de Sanidad lo apruebe.

Cuando se haya obtenido esa luz verde, cinco mil grandes fumadores y ex fumadores de entre 50 y 70 abriles serán invitados a participar en un software piloto de detección de la mencionada enfermedad.

Las autoridades y la población deben ser sensibles a las ventajas del nuevo plan

La eficiencia de este plan viene avalada por anteriores estudios realizados en otros países europeos y en Estados Unidos, cuya conclusión entero es que la detección precoz permite diagnosticar el cáncer de pulmón en cerca de del 70% de los fumadores analizados, cuando este es todavía susceptible de ser extirpado mediante cirugía.

De lo que se manejo, en definitiva, es de dar al cáncer de pulmón un sistema de detección preventivo similar al que se aplica ya a los cánceres de mama, de cérvix o colorrectales, para los que semejantes pruebas se efectúan ya con cierta frecuencia y alentadores resultados.

Este plan, que puede montar a tener posesiones sanitarios y económicos muy convenientes, apela a la responsabilidad de dos sectores. El primero es el de las autoridades sanitarias, que deben observar una propuesta que cuenta ya con tan amplio apoyo médico, verificado y territorial, con los mejores fanales posibles, y tratar de implementarlo cuanto antiguamente. Porque el tiempo cuenta, de modo dramático, en una cuestión como la aquí abordada: estamos hablando de prevención, cuyo éxito va asociado a la premura con que se lleve a término.

El segundo sector al que apela dicho plan es mucho más amplio y comprende a toda la población de peligro, e incluso a aquella que sin tener fumado puede encontrarse afectada además algún día por esta variedad del cáncer. Por ello, si el plan ahora en ciernes acaba concretándose y, pasada su período de estudios pilotos, generalizándose, es preciso que toda la población sea plenamente consciente de los beneficios de la medicina preventiva. Y, en maduro medida si cerca de, quienes han fumado. Dicho en otras palabras, la mejor prueba de la pertinencia de una medida como la que nos ocupa sería una amplia respuesta popular.

La medicina no deja de progresar y nos ofrece, casi a diario, nuevas herramientas contra la enfermedad. Sería insensatez no hacer uso de ellas.

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