El ejército ucraniano reclama ayuda al Papa desde el “infierno” de Mariúpol

“Me dirijo a usted en pesquisa de ayuda: ha llegado el momento en que solo las oraciones ya no son suficientes”. Así comienza la carta que ha escrito el comandante de la 36.ª cuadrilla de infantes de escuadra ucranianos, Sergí Volina, que se encuentra defendiendo Mariúpol, al papa Francisco.
El ejército ucraniano está haciendo un citación directamente al Pontífice para requerir ayuda concreta para esta ciudad portuaria sitiada por las tropas rusas. Según le dice, se ha convertido en “el averno sobre la Tierra”.

Concretamente, Volina urge al Papa que intervenga para desocupar a los civiles que todavía se encuentran en Mariúpol –donde todavía quedarían unas 100.000 personas– y salve su vida “de las manos de Satanás, que quiere enfadar todos los seres vivos”.

“Las oraciones ya no son suficientes”, dice un combatiente ucraniano en una carta al Pontífice

“Usted seguro que ha trillado de todo en esta vida. Pero estoy seguro de que nunca ha trillado lo que ahora está ocurriendo en Mariúpol”, afirma el marcial, que confiesa que es conforme y no católico, a Jorge Mario Bergoglio. “No tengo tiempo para describir todos los horrores de lo que veo cada día –continúa–. Mujeres con niños viviendo en búnkeres. Tienen frío y están hambrientos. Cada día están bajo el fuego de la aviación enemiga. Los heridos mueren cada día porque no hay medicinas, ni agua, ni comida”.

No es la única petición que ha recibido Francisco estos días directamente de representantes ucranianos. Iván Fedorov, el corregidor de la ciudad de Melitópol, una población situada relativamente cerca de Mariúpol que ha caído en manos de las tropas rusas, ha reclamado al Pontífice que interceda con el presidente ruso, Vladímir Putin, para avalar corredores humanitarios para la ciudad en el mar de Azov.

Fedorov fue secuestrado a principios de marzo por las tropas rusas y poco posteriormente libre en un intercambio de presos. “Fueron seis días peligrosos porque entendí que mi vida y las vidas de los civiles no valen nadie para los rusos”, reconoció en una entrevista para el diario italiano Il Messaggero , describiendo las horas de “duros” interrogatorios durante su detención. Estos días ha acudido a Roma para participar en algunas de las ceremonias de Pascua en el Vaticano, y se encontró personalmente el sábado con Francisco y con el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin. “Querían que fuese un ejemplo de lo que pasaría si no aceptábamos lo que los rusos querían”, aseguró Fedorov, diciendo que ha sufrido torturas psicológicas, pero no físicas. Ayer, Fedorov se reunió con políticos italianos como el secretario del Partido Demócrata, Enrico Letta, o el presidente del Parlamento, Roberto Fico.

La aniquilamiento en Ucrania ha ensombrecido las celebraciones de Semana Santa de la Santa Sede, llegando a causar un definitivo tropiezo diplomático posteriormente que el Vaticano se viese forzado a cambiar uno de los textos del suplicio del Viernes Santo tras admitir críticas por deber unido a una mujer rusa y a una ucraniana en una de las meditaciones.

Fedorov, como el presidente Volodímir Zelenski, ha invitado al Pontífice al país, prometiendo que garantizará su seguridad. El Papa ya ha dicho que está arreglado para presentarse a Kyiv si su presencia puede ayudar a resolver el conflicto, pero hasta la vencimiento sus intentos de mediación y sus peticiones para que cesen los combates no han tenido éxito. En su mensaje previo a la bendiciónurbi et orbidel domingo de Resurrección, el Papa se refirió a la amenaza de una aniquilamiento nuclear y volvió a requerir poner fin a esta aniquilamiento “cruel e insensata”.

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