La período auténtico de la covid-19 produjo una reducción relativa de un 13% en la prevalencia común del tabaquismo (la proporción de la población que fuma) en todo el mundo respecto de los abriles anteriores a la pandemia.
Así se recoge en un nuevo estudio realizado por investigadores de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), el Centro Daffodil (de la Universidad de Sidney y el Consejo del Cáncer del Estado de Nueva Gales del Sur, en Australia) y sus socios.
Los científicos realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis al reunir datos de 31 artículos científicos con información sobre comportamientos de tabaquismo de 269.164 personas en 24 países.
El estudio se realizó a partir de los datos de casi 300.000 personas de 24 países
Descubrieron que la proporción de personas que fumaban era último durante la pandemia que antaño de ella. Entre las fumadoras, un 21% fumaba menos, un 27% más, el 50% la misma cantidad y un 4% dejó el túnica. Entre las no fumadoras, un 2% empezó a hacerlo durante la pandemia. En común, los cambios en los comportamientos tabáquicos durante las primeras fases de la pandemia de covid-19 fueron muy variados en 2020.
"La pandemia de covid-19 ha tenido un impacto profundo en la vitalidad mental y física de las personas, y esto puede conducir a cambios sustanciales en los comportamientos de vitalidad que, si no se abordan temprano, tendrán impactos a holgado plazo en la vitalidad", apunta Peter Sarich, investigador postdoctoral en el Centro Daffodil y autor principal del estudio.
Las primeras encuestas en lista aportaron evidencia disconforme sobre los cambios en los comportamientos de fumar durante la pandemia. Mientras que algunas personas pueden ocurrir fumado más como mecanismo de afrontamiento de la angustia psicológica, otras pueden haberlo hecho menos por el paso corto a los minoristas y las interacciones sociales limitadas.
El nuevo estudio no identificó datos suficientes para evaluar los cambios en los comportamientos de fumar en subgrupos de población (por ejemplo, por nivel socioeconómico), lo que podría informar estrategias de prevención más personalizadas y específicas.
“El conocimiento de los cambios en los comportamientos de tabaquismo durante las primeras fases previas a la prevención de la pandemia es importante para informar los esfuerzos de recuperación y prevención”, indica Isabelle Soerjomataram, directora adjunta de la Subdivisión de Vigilancia del Cáncer en la IARC -órgano que forma parte de la Ordenamiento Mundial de la Vigor (OMS)- y autora principal del estudio.
El consumo de tabaco sigue siendo la principal causa de homicidio prematura en el mundo. En 2019, representó 8,71 millones de muertes (un 15,4% de todas las defunciones), en gran parte adecuado a enfermedades no transmisibles relacionadas con el tabaquismo, como el cáncer.
En 2019, el tabaquismo produjo 8,71 millones de muertes en todo el mundo
“Este estudio destaca la importancia de robustecer la implementación de medidas de control del tabaco y la prestación de servicios para dejar de fumar”, añade Soerjomataram, que apunta: “Esto es para permitir que aquellos que han corto o dejado de fumar durante la pandemia mantengan estos cambios positivos en los comportamientos y apuntar a aquellos que han aumentado su consumo de tabaco para certificar que la pandemia de covid-19 no exacerbe la pandemia del tabaquismo”.
Publicar un comentario