La mayoría de los españoles tiene una plástico de crédito. En total, hay más de 38 millones en circulación en nuestro país, según el Costado de España. No es raro ver a determinado avalar la negocio del supermercado o, incluso, el pan con una plástico de crédito. Lo cierto es que si se saben usar, son un medio de suscripción muy cómodo, más aún ahora que se pueden contratar tarjetas de crédito online sin salir de casa y con ventajas muy atractivas.
Pero, estos plásticos esconden una serie de peligros que pueden zanjar jugando una mala pasada a más de uno, señalan los expertos del comparador de productos financieros HelpMyCash.com.
Gastos
Cuidado con los intereses
El principal peligro de las tarjetas de crédito es zanjar pagando el doble por una negocio. ¿El culpable? Los intereses. Según el regulador gachupin, el tipo de interés medio de estos plásticos fue del 18,2% en febrero, lo que significa que por cada mil euros devueltos en un año se pagan, de media, 101 euros en concepto de intereses.
Un consumidor que decida, por ejemplo, financiar una negocio con su plástico de crédito de 3.000 euros y devuelva el pasta en tres primaveras acabará pagando más de 900 euros en intereses de media.
¿Es caro? Desde luego que el interés es mucho más elevado que el de los préstamos, pero incluso es cierto que son una utensilio de financiación muy cómoda. Si se usan para financiar compras puntuales de valía estrecho y durante un período de tiempo corto, pueden ser bártulos. El problema llega cuando avalar a crédito se convierte en un traje y hasta los recibos del hogar o la negocio del supermercado se pagan a plazos.
Plazos
Deudas infinitas
Los expertos de HelpMyCash señalan que otro de los grandes peligros de las tarjetas de crédito es el peligro de zanjar sobreendeudado. El hecho de que con un simple movimiento de muñeca se pueda lograr a una renglón de crédito hace que endeudarse sea muy sencillo y si no se devuelve rápidamente el pasta, la deuda se puede acercar mucho.
Muchas tarjetas de crédito permiten reembolsar un tanto por ciento de la deuda muy estrecho cada mes. Previamente, parece una delantera, pero lo cierto es que avalar poco acaba saliendo muy caro.
Volviendo al ejemplo precedente, si el consumidor, en área de devolver los 3.000 euros en tres primaveras, decide avalar una cuota mensual fija de 60 euros, tardará casi ocho primaveras en saldar la deuda y al final habrá pagado unos 2.660 euros en intereses. Y eso si no sigue usando la plástico durante ese tiempo.
Problemáticas
Usar demasiado el suscripción aplazado
Por otra parte, avalar a plazos puede hacer que el consumidor no sea positivamente consciente de cuánto pasta está gastando y de cuánto debe. Y incluso se corre el peligro de zanjar financiando compras que positivamente no se necesitan.
La esencia para avalar con una plástico de crédito es usarla con responsabilidad. En el día a día, lo más recomendable es avalar a fin de mes sin intereses. Esta modalidad de suscripción es inofensiva, siempre cuando a final de mes se tenga el pasta suficiente en la cuenta para avalar el recibo. De esta guisa, al final de cada mes se devolverá todo el pasta utilizado sin sobrecostes.
Y si en algún momento se quiere avalar a plazos, conviene separar una cuota reincorporación, interiormente de las posibilidades de cada uno, para saldar la deuda lo ayer posible y recortar los intereses. Por otra parte, si el valía es muy suspensión, conviene valorar si no saldría más módico solicitar un préstamo personal.
Por otra parte, “es importante revisar la composición pequeña de la plástico que llevamos en la cartera”, señalan fuentes de HelpMyCash. “Si tenemos previsto avalar una negocio a plazos, podemos contratar un plástico de crédito sin intereses”, añaden. Alternativa: tarjetas sin intereses
Por ejemplo, la plástico WiZink Click sin comisiones permite avalar compras de entre 85 y 1.000 euros en tres meses sin intereses ni comisiones, al 0% TAE. Así, si se hace una negocio de 600 euros, se podrá avalar en tres cuotas de 200 euros cada una. La plástico no tiene cuotas de difusión ni de mantenimiento y se puede solicitar por internet sin cambiar de bandada.
Otras tarjetas incluso permiten avalar compras sin intereses, aunque abonando una comisión de gobierno. Un ejemplo es la plástico de crédito Tú de Abanca, que permite atrasar compras en 3, 6, 9, 10 o 12 meses con una comisión de entre el 1% y el 4%. La plástico no tiene gastos de mantenimiento el primer año ni siquiera los siguientes si se hace un uso insignificante y se puede contratar si se abre una Cuenta Clara sin comisiones.
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