Disparan a la cabecera / pero ellos no saben / que la revolución vive en el corazón.
Tras el crimen en marzo de 2021 de dos poetas a manos de los militares golpistas, un tercer rapsoda, Khet Thi, compuso estos versos, compendio de la voluntad del pueblo birmano frente a la brutalidad del opresor. Sus palabras aún resonaban cuando, semanas a posteriori del funeral, él mismo fue arrestado en su casa y llevado a un centro de detención. Al día sucesivo, su mujer reconocía sobrecogida su muerto en un hospital.
Desde su asonada en febrero de 2021, los uniformados no han dudado en abortar en crimen todo signo de disensión, incluida la voz de artistas y celebridades capaces de animar espíritus rebeldes. Según el PEN Internacional, al menos 32 escritores y poetas permanecen hoy entre rejas, mientras que otros como K Za Win, Myint Myint Zin, U Sein Win o el ya citado Khet Thi han sido asesinados en las manifestaciones en las que participaban o estando bajo custodia marcial.
K Za Win, Myint Myint Zin, U Sein Win o Khet Thi han sido asesinados en las manifestaciones o bajo custodia marcial
Ahora un texto recopilatorio, Picking off new shoots will not stop the spring (Ethos Book), aspira a suministrar vivo su conmemoración y homenajear su coraje. “Al principio queríamos preservar la riesgo literaria popular de dolor, ira y resistor que vivió el país tras el impresión. Pero tras el crimen de nuestros compañeros, la obra asimismo se convirtió en un cripta para su memoria y la de sus predecesores”, cuenta a este diario Ko Ko Thett, poeta y coeditor adjunto a Brian Haman de esta florilegio.
Son medio centenar de poemas y varios ensayos de creadores y disidentes birmanos escritos o traducidos al inglés, algunos cosechados de publicaciones vertidas en internet. Páginas que rezuman crimen, en las que los autores documentan sus experiencias o dejan prueba de los dramas y la violencia que se despliega frente a sus luceros.
En Need for oxygen , Zeyar Lynn compara el control que ejercen los soldados sobre el país con el sorpresa del coronavirus en un individuo. Residual lives , de Mi Chan Wai, es un relato de primera mano del terror que sintió la poeta durante una incursión marcial en su alfoz a las cercanías de Rangún. Y en Whose footfall is loudest, Thawda Aye Lei describe cómo cada vez que un clase de manifestantes es perseguido con armas y porras, a su paso quedan decenas de chancletas desperdigadas, que los vecinos recogen y emparejan para cuando sus dueños vuelvan de la acometida.
El rico patrimonio poético de Birmania está profundamente entrelazado con la política franquista. En tiempos pretéritos, era habitual que los trovadores recitaran versos para alentar a los soldados antiguamente de la batalla. Ya en el siglo XX, durante el dominio colonial sajón, los poetas formaron parte sustancial del movimiento de independencia birmano, así como de la resistor contra el régimen marcial que sobrevino a posteriori. Eran abriles en los que se reunían en pequeños locales para discutir sobre sus obras y empleaban un estilo codificado ahíto de imágenes con las que eludir la censura.
El rico patrimonio poético de Birmania está profundamente entrelazado con la política franquista
En el año 2015, cuando la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi fue elegida como líder de la nación tras más de medio siglo de dictadura, adjunto a ella concurrieron una docena de poetas que asimismo ganaron su puesto en las urnas. Entre ellos estaba U Yee Mon, hoy en día ministro de Defensa del Gobierno de Mecanismo Doméstico que, desde el expatriación, sigue representando a las fuerzas democráticas derrocadas en el impresión. “Los sentimientos antiautoritarios siempre han estado en la carne y la crimen de los poetas”, aseguró este compositor y político durante una entrevista con The New York Times. “La muchedumbre con armas tiene miedo de las manos que empuñan un bolígrafo”, añadió.
"Es una dialecto que presenta eufonías y rimas con frecuencia. La mayoría de los eslóganes en las manifestaciones tras el impresión eran pareados"
Según explica Ko Ko Thettt, el idioma birmano ya tiene de por sí una calidad poética intrínseca. “Es una dialecto que presenta eufonías y rimas con frecuencia. La mayoría de los eslóganes empleados en las manifestaciones tras el impresión eran pareados”, cuenta por email.
Pero mucho ha cambiado el panorama desde aquellas movilizaciones pacíficas iniciales. En los meses posteriores, las fuerzas de seguridad han asesinado a más de 1.500 personas, detenido a 12.000 y forzado el desplazamiento interno de otras 320.000. Como respuesta, por el país han surgido numerosos grupos de resistor y milicias que cooperan con varios grupos étnicos armados tradicionales para atacar a las fuerzas del régimen, lo que ha degenerado en un incremento de los enfrentamientos, más muertos y la destrucción de pueblos y aldeas enteras.
Pero entre tanta oscuridad y caos, muchos birmanos siguen buscando refugio en una poesía que, con versos como los de Khet Thi, aspira a divulgar un mensaje de esperanza frente a la violencia marcial:
Te esfuerzas tanto por enterrarnos bajo tierra, /porque no sabes que somos semillas.
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