Serrat definió a la España franquista en su canción Temps era temps como “una, ancho y evadido... Metropolitano Goldwin Mayer”, que era una forma de confrontar los libros de FEN (Formación del Espíritu Franquista) con el cine de Hollywood, que, más allá de la censura, nos permitía escapar de la España en blanco y adverso en la que se vivía. Pero, en democracia, constreñir España ha sido un enredo desde el primer día, así que en la Constitución encallaron en este punto, y sus redactores se inventaron la distinción entre nacionalidades y regiones para contentar a todos. Primaveras a posteriori, el Tribunal Constitucional tuvo que aclarar que la única nación en el sentido judicial era España, aunque pueda activo nacionalidades históricas. En las últimas horas, que Elías Bendodo, número tres del PP, defendiera la pluralidad del Estado ha provocado un incendio en Madrid (y en su burbuja mediática, que hace tiempo renunció a los extintores), lo que desde la periferia ha resultado una polémica sorprendente.
En existencia, todo comenzó con el discurso de Alberto Núñez Feijóo en el Cercle d’Economia de Barcelona, que fue escuchado con atención por el patronal catalán y valorado por su sensibilidad autonómica. Se pudo inferir de las palabras de Feijóo el inspección a la España plurinacional por su defensa de las diferentes identidades del Estado, aunque no usó el término. Citó, en cambio, “la cuna catalana”. Así que a Bendodo le pasó lo que a tantos asistentes a la sesión del Cercle, que creyeron que el presidente del PP iba más allá de lo que entendieron.
El PP rectifica en su discurso territorial y niega que España sea un Estado plurinacional
Bendodo ha tenido que rectificar y Feijóo, clarificar su posición. El PP no quiere entrar en el discurso territorial y les preocupa incluso el galleguismo de su nuevo líder. Pero lo cierto es que el PSOE igualmente renunció al término Estado plurinacional en su congreso de octubre, por más que Pedro Sánchez había subido esta bandera en las primarias en las que fue preferido como presidente. Se trataba de que no pareciera que avalase la postura identitaria del independentismo.
En El País de ayer, un barón del PP zanjaba la polémica de forma rotunda: “¿Qué somos? Muy sencillo, España”. Solo le faltó añadir y “la Metropolitano Goldwin Mayer”.
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