Los estudios ya no buscan historias originales sino la guisa de reciclar aquello que ya tienen en el catálogo. Miran los títulos como si fueran marcas comerciales y no solo como obras artísticas, de aquí que vivamos un tsunami de reboots , revivals , remakes , secuelas, precuelas o híbridos de estos conceptos. Cómo conocí a tu padre , que llega hoy a Disney+, es un ejemplo claro. En noviembre del 2013, cuando se emitía la temporada final de Cómo conocí a vuestra causa , el canal CBS y 20th Television dieron luz verde a la producción de un piloto que tenía que reinventar la fórmula creada por Carter Bays y Craig Thomas con una perspectiva femenina: tocaba que una mujer contara cómo había conocido al padre de sus hijos. El esquema no salió delante, ni siquiera teniendo detrás una autora de moda como Greta Gerwig, que acababa de escribir y protagonizar Frances Ha y más delante firmaría Lady Bird o Mujercitas . La obstinación para resucitar la marca, sin secuestro, no murió allí y en el 2017 se volvió a desarrollar el esquema pensando en elstreaming con Isaac Aptaker y Elizabeth Berger, dos guionistas de This is us .
Ellos son quienes han creado a Sophie, una mujer enamoradiza en tiempos de idilios de consumo rápido, que Hilary Duff interpreta en el presente y Kim Cattrall en el futuro. Al tándem creativo se le puede corresponder que no se obsesionen con aprovecharse del intriga de quién será el padre o inquirir mil y una maneras de alterar los mecanismos narrativos, lo que sirvió a la serie llamativo para diferenciarse pero que además acabó cansando en el tramo final. La nueva traducción es una comedia romántica más clásica que en todo momento deja con la sensación de que ni se merece las carcajadas que suenan de fondo, ni le acaban de funcionar las dinámicas cómicas entre los miembros del reunión millennial que completan Chris Lowell, Francia Raisa, Suraj Sharma, Tom Ainsley y Tien Tran.
Uno de los errores es destinar los primeros episodios a mostrar cómo se forma la pandilla: es rebuscado, innecesario y forzado. Siquiera se acaba de entender que se junten con la misma desesperación con la que un chaval indagación amigos el primer día del curso en el patio de la escuela. Pero sobre todo no ayuda un guion previsible en la construcción de situaciones y de chistes poco afilados, a ratos pasados de moda, a ratos demasiado amables, a rato falsamente irreverentes. Tiene potencial para ser una serie simpática: qué disgusto que no le salga en este intento que es la primera temporada.
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