El Barça, a un paso de la ‘final four’ de balonmano

El Barça ya atisba la final four de Colonia. El conjunto barcelonista dio el primer paso y se aproxima a su objetivo tras rivalizar al Flensburg en su cancha. Pudo incluso superar de más (llegó a hacerlo por 7) pero al final lo hizo por 4. Su representación fue muy solvente y debe ratificar su clasificación el miércoles en el Palau. Los ocho goles de Ben Ali en ocho lanzamientos resultaron fundamentales para la vencimiento blaugrana.

La puesta en cuadro del Barça fue fantástica. Tanto en ataque como en defensa. En ataque con un Ben Ali y un Mem acertadísimos. Y en defensa, con un Gonzalo Pérez de Vargas que se agigantaba para hacer la puerta minúscula. Los jugadores del Flensburg y su notorio se exasperaban y los barcelonistas volaban. El 1-6 del minuto 5 y el 2-9 del 9 atestiguaban que los de Antonio Carlos Ortega estaban avasallando. Para entonces Pérez de Vargas contaba 6 paradas.

Ben Ali brilló especialmente en el triunfo blaugrana al marcar ocho goles en ocho lanzamientos

El Flensburg trató de reaccionar con un cambio de zaguero y Buric funcionó un poco mejor que el exbarcelonista Möller, pero la diferencia alcanzó los siete goles tras un tanto de Richardson (8-15).

El Barça había saledizo a por todas. Encontraban puerta casi todos los jugadores de Ortega y Ben Ali (con 5 goles hasta el alivio y Mem con 4) se erigían en las puntas de garrocha. El pivote estaba paliando de quimera la partida de Ludovic Fabregas. Aprovechando un par de exclusiones blaugrana el Flensburg reaccionó, con los tantos de Jakobsen y Svan (11-15) pero al pausa el Barça había vuelto a desobstruir un poco más de boquete (13-18). En ese momento el Barcelona solo había marrado cinco lanzamientos.

En la segunda centro el Flensburg reaccionó tras otro acelerón barcelonista y con un parcial de 1-5 se colocó a tres con la puntería de Jakobsen (9 goles). Quedaban aún catorce minutos y la situación requería paciencia. Dos golazos desde nueve metros de Richardson aportaron tranquilidad a un equipo que ahora sufría más en defensa. Sin secuestro, el Barcelona aguantó el crecimiento.

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