* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
El Cine Padró abrió en la calle de la Cera, 31. Fue construido en el antiguo Teatro Bufet Barcelonés, que había estado funcionado hasta octubre de 1904. Y estuvo funcionando, luego de una reforma, como restaurante Palacio París.
El Padró fue inaugurado como cine el sábado 16 de septiembre de 1922. Lo anunciaba Solemnidad Cinematográfica. Se proyectaron las películas: Entre llamas, un drama pasional en tres partes, por Lyda Curanifa, y monopolio de esta empresa; El compañero noctívago, por José Lychy; El fracaso de los apóstoles, un emocionante drama social que se proyectaría en tres partes; la primera parte de las cuatro de Añico, un drama gabacho interpretado por Frank Mayo y Edith Roberts; y, finalmente, la graciosa película en dos partes Melitón, príncipe y suegro.
Rápidamente se convirtió por la calidad de su programación y por situación en la ciudad (finalizando la calle Hospital y cerca de la Ronda de San Antonio), en uno de los cines más populares del distrito del Raval.
Como la mayoría de cines de la época, programaba los jueves, sábados domingos y días festivos
En principio programó conjuntamente con los cines Monumental, Walkyria y Excélsior, para acaecer luego a encuadrarse en la empresa Cinaes, programando indistintamente próximo con diferentes cines de la empresa. Pasó seguidamente a formar parte de la empresa Kursaal.
El sábado 18 de julio de 1936, día del toque de Estado, programaba en solitario: Reunión, Aquí viene la armada, Deuda saldada, con dibujos animados y el noticiario.
Con el principio de la refriega y la colectivización de la CNT, abrió nuevamente sus puertas, el viernes 21 de agosto de 1936, proyectando: Bodas de despecho, A mí los valientes, No me dejes y Dibujos. Continuó ofreciendo asiduamente proyecciones de cine, hasta finales de 1938, cuando la mayoría de las salas cerraron sus puertas.
Finalizada la refriega civil, luego de que los propietarios volvieron a controlar sus locales, el Padró abrió sus puertas el domingo 5 de febrero, una semana luego de la entrada de las tropas franquistas, proyectando: Tres lanceros bengalíes, Vía Láctea y Noticiarios.
El sábado 24 de noviembre entró a formar parte de la empresa que llevaba la cartelera de los cines Comedia y el Cinemar programando: El clavo y El sueño Blanco. No obstante, esta vez no logró empatizar con los vecinos del distrito.
La Filmoteca Franquista
El 6 de diciembre de 1977 tomó la dirección el cineasta Pedro Fagés, que inició una nueva etapa, cediendo en octubre de 1979 el circunscrito al Tarea de Civilización castellano para realizar las proyecciones de la Filmoteca Franquista en Barcelona.
1981 fue un año convulso para el cine Padró, la Filmoteca Franquista que hasta entonces había cuidado de la dirección del cine, había traspasado el 1 de junio la dirección del circunscrito a la Filmoteca de Catalunya.
Los trámites del traspaso fueron muy problemáticos y provocaron fuertes tensiones entre las dos administraciones
Los trabajadores del cine Padró se quejaban de la errata de plazo de sus salarios, mientras que los antiguos compañeros que trabajaban en las oficinas de la Plaza Urquinaona número 14 percibían puntualmente su salario. Pero no solo no lo cobraban, sino que habían sido dados de depreciación en la Seguridad Social.
Según los trabajadores, el Resolución del Estado con el cine Padró había finalizado el 31 de diciembre de 1980 y la Generalitat, les debería favor hecho firmar un huevo resolución.
Las dificultades económicas, alegadas por la parte de la Generalitat (a entendimiento de los trabajadores) no estaban proporcionadamente justificada, puesto que la Generalitat recibía, como conjunto de sus salarios anuales, cuatro millones y medio de pesetas, que eran fácilmente deducibles de la subvención estatal, que era de doce millones anuales.
Los trabajadores pedían que el fortuna no pasase por el contemporáneo patrón y, como la Generalitat se hacía cargo del cine, cobraran ellos su parte de la subvención y luego de favor cobrado ellos, se le diera al patrón el resto.
Este situación provocada por las discrepancias entre las dos administraciones, provocó, el mes de julio, una reunión entre Albert Manent, secretario de Civilización; Luis de Carreras, secretario técnico del mismo unidad, y Agustí Pons, secretario adjunto del conseller Max Canher.
El sábado 11 de julio de 1981, La Vanguardia en su página 49, publicaba el artículo: "Siguen los problemas en el cine Padró". El 8 de agosto de 1981, el unidad de Civilización de la Generalitat trataba de aclarar los graves problemas económicos surgidos con el traspaso realizado por la Filmoteca Franquista a la Filmoteca de Catalunya a partir de primeros de junio.
El cine estuvo cerrado dos abriles, al punta de los cuales el jueves 22 de diciembre de 1983, luego de que se hiciera una reforma importante, el nuevo circunscrito hizo su presentación a los medios informativos con una inauguración oficial. La Vanguardia del día venidero, en un artículo hacía este comentario:
Anoche tuvo motivo la inauguración para los medios informativos del cine Padró, circunscrito en el que tuvo su sede en su día la Filmoteca de Barcelona y con una dilatada trayectoria antecedente como cine de distrito. El nuevo cine tiene un contenido de 438 butacas y su ornato ha sido reformada en esta nueva etapa cuya comprensión tendrá huella el próximo día 23, con la película “Misterios”, interpretada por Silvya Kristel, aquí heroína de una novelística de Knut Hamsun. Asimismo se repondrá “Rat- taplán”. Los viernes, sábados y domingos habrá inicialmente sesiones especiales de medianoche, con el film “Trenes rigurosamente vigilados”.
El Padró intento revivir en un tiempo en que los cines empezaron a tener problemas para la subsistencia y esto repercutió sobre la sala y sus trabajadores, que empezaron a no cobrar las mensualidades estipuladas.
Una huelga de cine
El mes de marzo, el Cine Padró había iniciado una "huelga de cine", consistente en proyectar durante todo el día sin interrupción para protestar por la errata de apoyo institucional.
A raíz de esta "huelga" empezaron unas negociaciones con el unidad de Civilización del Comunidad, pero, según informaban representantes del equipo apoderado del cine Padró, el Consistorio les había prometido medio millón de pesetas, así como la posibilidad de firmar un convenio según el cual el Padró realizaría una programación inmaduro subvencionada, así como otras actividades culturales.
El jueves 15 de abril de 1985, La Vanguardia comunicaba que el Padró había cerrado sus puertas definitivamente, al favor fracasado las negociaciones con el Comunidad para solventar la difícil situación económica en la que se encontraba, cifrándola en una deuda de dos millones y medio da pesetas.
El cine Padró estaba dirigido desde hacía un año y medio por un colectivo independiente que alquilaba la sala a un propietario particular. Considerado como un cine de arte y opúsculo, entre sus proyectos estaba el de convertirse en un servicio permanente de cine, ofreciendo todo tipo de actividades sobre este arte.
En este convenio, el Padró debería favor cubierto el 35% de los gastos de la citada sala. Sin secuestro, cuando los responsables del Padró acudieron al Comunidad para percibir la subvención, el responsable municipal se encontraba fuera de Barcelona.
Al no poder percibir el cobro pidieron poder conversar con la responsable del unidad, María Aurèlia Capmany, para intentar poder cobrar, pero no accedió a recibirlos y se marcharon sin ninguna posibilidad. Delante esta situación, decidieron cerrar definitivamente la sala cinematográfica.
Delante estas informativo, el Comunidad manifiesto un escrito en el que informaba a la opinión pública que el año antecedente el Consejo del Distrito de Ciutat Vella había entregado al cine Padró una subvención de 300.000 pesetas y que había ofrecido realizar una subvención a la propiedad del cine, siempre que se convirtiera en sala inmaduro y que todavía no había recibido respuesta de la dirección.
Delante la errata de ayudas por parte de la Generalitat para poder revertir la situación, de cero sirvió que hubiera obtenido un premio de RNE por la calidad de su programación. No se salvaron los puestos de trabajo y se perdió un circunscrito de civilización. El Padró sufrió el problema de la demagogia de los políticos.
El Cine Padró, aquel mismo año, fue incautado oportuno a una orden de desahucio.
Publicar un comentario