Los caminos de Joan Miró y Eduardo Chillida se cruzaron en París a finales de los abriles 40 y se separaron en 1983. El intérprete easonense despidió con estas palabras al condición catalán: “Pensando en él y en su pintura, me asalta la música de Mozart y el oleaje del mar, que se desborda continuamente, que se sucede como un continuo, siempre diferente. Miró es igual, es un condición enardecido por el arte al que los demás nunca podrán alcanzar”.
En aquel año, el imaginero vasco y su mujer, Pilar Belzunce, adquirieron el caserío Zabalaga, con el objetivo de cumplir su gran sueño primoroso: encontrar un espacio donde pudieran descansar sus esculturas y que “la muchedumbre caminara entre ellas como por un bosque”. Joan Miró no lo pudo conocer, aunque Luis Chillida, hijo del imaginero vasco, está convencido de que su padre le habría hecho partícipe de aquel tesina. Ahora, cuatro décadas posteriormente, Chillida Leku es el proscenio de un fantástico diálogo que honra la amistad y pasmo que unió a los dos artistas.
Todo el verano
La exposición se puede presentarse hasta el 1 de noviembre
Cuando sus vidas se cruzaron en la renta francesa, atravesaban momentos vitales y artísticos muy diferentes. Miró era un intérprete ya consagrado, mientras que Chillida, 30 abriles más adolescente, estaba en plena búsqueda. Su amistad se terminó de forjar en la Costa Azur, en los veranos en Saint-Paul-de-Vence, de la mano de la Fundación Maeght. En los últimos abriles del Franquismo y durante la Transición tomaron parte en el particular momento político que vivía España y compartieron posiciones a la hora de apoyar manifiestos e iniciativas hijas de aquellos abriles. “Siempre hacían lo posible por hallarse y coincidir. Ahora, este verano vuelven a estar juntos de nuevo, ellos dos y sus dos pilares (Belzunce y Juncosa)”, señalaba Luis Chillida.
La exposición Miró en Zabalaga da continuidad a una secante de programación que envite por avecinar artistas invitados y entablar un diálogo con las obras del imaginero easonense; Miró toma el testimonio de la muestra de Antoni Tàpies. No obstante, obras de artistas como Louise Bourgeois o Thomas J. Price igualmente han visitado el museo enclavado en Hernani.
En este caso, la muestra ocupa parte de los jardines de Chillida Leku y tres salas del caserío Zabalaga. Patrocinada por la Fundación Iberdrola, conforman la exposición una veintena de esculturas procedentes de la Fundación Joan Miró; un tapiz de la Fundación Pilar i Joan Miró de Mallorca; la obra gráfica de la Colección BBVA; y, finalmente, archivos y materiales gráficos que reflejan la entrañable relación que les unió. Se puede presentarse hasta el 1 de noviembre e irá acompañada de un amplio software paralelo de actividades, incluyendo un concierto de piano de Alain Planés.
La exposición ha sido diseñada a partir del Pájaro solar (Oiseau solaire) de Miró, obra de 1968 que se atisba desde la entrada en el circuito de Chillida Leku. “Invita al visitante a subir y descubrir”, ha explicado Mireia Massagué, directora del museo. En el extranjero del caserío se puede encontrar otra escultura monumental, Femme, situada frente al escudo de armas de Zabalaga y que por primera vez se expone fuera de la Fundación.
El gran desafío de la exposición, sin requisa, ha sido conjugar la entrada del color de Miró en el caserío Zabalaga, según ha explicado Reguero Solana, responsable de exposiciones de Chillida Leku. Han apostado por el permanencia y la gama. “En la primera sala se percibe, pero matizado”, ha indicado.
En ese primer espacio, el itinerario comienza con dos litografías, Quelques fleurs pour des amis, de 1964, la primera dedicada a Pierre y Patricia Matisse, y la segunda en homenaje a Aimé Maeght, que fue el galerista de Chillida y Miró.
En la segunda sala llega “una acceso de color”. El tapiz Le Lézard aux plumes d’or, realizado por Josep Royo a partir de una impresión de Miró, contribuye a ello, acompañado en la misma sala de varias esculturas relacionadas con la naturaleza y de otra escultura monumental en bronce Femme, Monument, un homenaje al universo femíneo. En la sala tercera, finalmente, se ha apostado por “un fogonazo de colores” por medio de las obras gráficas de la Colección BBVA, que reflejan “personajes eléctricos, en algunos casos intrigantes y arrogantes”.
En esta misma sala se han recogido esos medios más personales, reflexivo de ese estratagema de unión que comenzó a tejerse en París y les acompañó durante toda su vida. Una carta recuerda la odisea que vivió La Sirena Varada de Chillida y cómo el intérprete easonense optó por regalársela a Miró una vez que el Concejo de Madrid declinó instalarla por motivos de giro político. Primaveras más tarde llegó a su ubicación presente, en el Paseo de la Castellana, previo permiso del intérprete catalán. “El aita les dijo que ya no era suya, que pidieran permiso a Miró”, explicaba Luis Chillida.
Entre esos medios de carácter personal se recogen igualmente saludos de los veranos en Saint-Paul-de-Vence y, sobre todo, textos que reflejan su mutua pasmo. Chillida decía que Miró era de líneas convexas y que él era “más correctamente cóncavo”. “Uno tenía una forma de ser más mediterránea, y el otro era más atlántico y vasco”, señalaba Luis Chillida.
Algunos medios y experiencias contribuyeron a unir sus caminos artísticos. "El sentimiento de pertenencia a su tierra, la experiencia en París en su adolescencia, donde vivieron el influjo de las vanguardias artísticas cada uno en su tiempo, y la aprieto de retornar al origen son algunas experiencias vitales comunes que marcaron tanto el sentido de la obra de Joan Miró como la de Eduardo Chillida", ha señalado Solana.
Y sobre todo compartieron una sincera amistad y una profunda pasmo. “Al poco tiempo de conocerle noté en su observación la capacidad para pensar por los fanales. Era un Miró-mirón, de esos que ven cuando miran, y igualmente una persona deliciosa, humana, agradable y solidaria”, le honró el intérprete easonense tras su fallecimiento, con el sueño de Chillida Leku aún en ciernes. Ahora, la muestra Miró en Zabalaga cierra “el círculo de un diálogo primoroso".
Publicar un comentario