“Envejecemos proporcionado peor las personas que los libros”, dice Sergi Pàmies a raíz de la reimpresión, 25 abriles a posteriori, de La gran novel·la sobre Barcelona, ahora con prólogo de Jordi Puntí y remate del autor. Entonces, el texto causó cierto revuelo, entre otros porque contra lo que afirmaba el título... es una resumen de cuentos.
Pàmies pone la obra en contexto cuando recuerda que en dirección a los abriles ochenta y noventa hubo “un momento cultural con una prosperidad creativa que lo toleraba todo”, una época en que “hacer cosas rompedoras estaba en el vendaval del tiempo, pero sin tener conciencia de que lo fueran”. Entonces, asegura, lo que hacía Quaderns Crema era “proporcionarte la mejor mandanga”, con un catálogo que reunía tanta heterogeneidad como hay en “Monzó, Mikimoto, Zweig, D’ Ors, los clásicos griegos, Parcerisas o Stevenson”. La identidad editorial de Jaume Vallcorba, basada en “no tener una identidad controlable”. Y es que el autor se encuentra inmerso en una operación de recuperaciones de fondo, en la que ha “dicho que sí a todo, cosa insólita en mi sucesos”.
Obra hija de una época
En dirección a los abriles ochenta y noventa hubo “un momento cultural con una prosperidad creativa que lo toleraba todo”, asegura el autor
Su editora, Sandra Ollo, explica que hay que dar a conocer estos clásicos a las nuevas generaciones, y que como lectora, este texto mostraba “un punto de inflexión y el eclosión de una trayectoria ascendiente imparable”. Para ella, aquí ya había muchos de los nociones del Pàmies que ha venido a posteriori, un hecho que el escritor reconoce, y apunta que “hasta entonces escribía por placer, y aquí empieza a sacar la vanguardia la condición de la emoción”. Y de hecho, hace 25 abriles ya le contaba a Rosa M. Piñol, hablando sobre el texto, que le interesaba que los cuentos “sean conmovedores, más que entretenidos”.
Al mismo tiempo, todavía está convencido de que “algunos de estos cuentos ahora serían artículos, porque las motivaciones de distancia corta las puedo vehicular con el periodismo”, y que la escritura de cuentos por una parte es más íntima y por otra tiene un punto fronterizo con la crónica, hasta el extremo de que uno de los cuentos que ha escrito recientemente relata el delirio que en los abriles noventa hizo a Quebec con Manuel Vázquez Montalbán.
Pàmies, que cuando salió La gran novel·la sobre Barcelona tenía 37 abriles, ahora tiene 62, y sigue escribiendo en una época en que “los hijos se han convertido en dealers, proveedores, de estímulos nuevos”. Pero claro, “el paso del tiempo es poco que antiguamente no tenía”.
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