En Bellaterra (Barcelona) existe un edificio singular donde se estudia, entre grandes medidas de seguridad, a los mosquitos potencialmente peligrosos. Se negociación de uno de las dos instalaciones de suscripción contención biológica que hay en España. Este año las miradas están puestas en la posibilidad de que el mosquito global pueda transmitir el virus del Nilo occidental, aunque hay otras investigaciones en curso para organizar y controlar otras enfermedades que pueden propagar estos insectos.
Cuando apareció en el año 2015 el virus del zika en Brasil, por ejemplo, el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya quiso examinar qué tipo de mosquitos trasmitían el virus y si los había en España. “Fue entonces cuando realizamos una infección empírico para contestar a dicha pregunta”, señala Núria Busquets, la viróloga que dirige las investigaciones.
Resultados
Los investigadores del centro han probado, por ejemplo, que el mosquito global no puede transmitir el virus del zika, pero sí podría hacerlo el de la cambio tigre
“Lo que hicimos fue capturar mosquitos de campo y criarlos en cámaras climáticas en nuestro laboratorio”, indica. “Luego, los trasladamos a las instalaciones de biocontención de nivel 3 y los expusimos a linaje de conejo donde previamente habíamos introducido el virus del zika que nos cedió el Instituto Pasteur de París”, añade esta bióloga cuyo trabajo incluso consiste en atender de cerca los virus que transmiten los artrópodos o invertebrados.
“Los mosquitos se alimentan de linaje que calentamos a 37 grados centígrados para fingir las condiciones reales de un animal vivo. Después, extraemos su saliva con una pipeta de la probóscide para examinar si es transmisor del virus”, detalla. Gracias a esta investigación pudo averiguarse, por ejemplo, que el mosquito global (Culex pipiens) no puede trasmitir el zika, pero sí, en cambio, el mosquito tigre (Aedes albopictus).
En el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona se investiga, por ejemplo, el virus del Nilo occidental. Busquets reproduce un vídeo donde se observa a un azor (un ave ave de rapiña diurna cuyo aspecto recuerda al duro) sufrir movimientos espasmódicos en la pupila. Hoy día, se tiene el convencimiento de que el virus del Nilo occidental circula por Catalunya, al igual que por otras zonas de España, a posteriori de registrarse 57 casos en humanos en Sevilla, 14 en Cádiz y otros 4 en Badajoz durante el año 2020, que se saldaron con 8 muertos, a los que hubo que añadir otro fallecido más en 2021. Todas las víctimas sufrieron la picada del mosquito Culex perexiguus, un pariente del mosquito global.
El virus del Nilo occidental viaja gracias a las aves migratorias, a las que luego pican los mosquitos que más tarde se lo pueden transmitir a otras aves, los caballos y las personas mediantenuevas picaduras. En cambio, los seres humanos, los caballos y otros mamíferos no pueden trasmitir el virus a otros organismos, aunque sí pueden infectarse y crispar.
Virus del Nilo
El virus del Nilo occidental circula por Catalunya, al igual que por otras zonas de España, a posteriori de registrarse 75 casos en 2020
Por encima de un laboratorio de nivel 3, solo queda el nivel 4, que marca el mayor nivel de biocontención. Los virus más malos entre los más malos, como el Ébola o el Crimea-Congo, (4) se estudian entre medidas de seguridad tales como trajes integrales de presión positiva conectados a suministros de canción seguro. En España existe alguna pequeña mecanismo para hacer manipulación básica con estos virus, aunque existen dos proyectos de construcción de laboratorios de nivel 4 de viejo tamaño, los dos en Madrid.
El Efectivo Decreto 664/97 –explica Xavi Superior, el biólogo que está al frente de la Pelotón de Inscripción Contención Biológica de IRTA-CReSA– adapta una reglamento europea que clasifica a los patógenos en función de su peligrosidad. Así, mientras los del segundo camarilla de aventura, como la salmonella o los rotavirus, pueden manejarse perfectamente en los hospitales y en los centros de investigación convencionales, los de nivel 3 requieren medidas especiales. Sin confiscación, pese a tratarse de patógenos que pueden salir a ocasionar enfermedades graves, incluso mortales, normalmente no pasan de una persona infectada a otra, como sí sucede con los virus estudiados en el nivel 4. Por si no fuera suficiente, para los virus de nivel 4 no hay ni medidas preventivas (vacunas) ni tratamientos post-exposición (terapias).
Para que los virus no traspasen las paredes durante los ensayos clínicos, ayer de entrar en el laboratorio de bioseguridad de nivel 3, hay que desnudarse por completo, enfundarse un traje que cubre el cuerpo de en lo alto debajo y flanquear una serie de puertas que permiten ingresar a cajas chinas de seguridad creciente, parecidas a las muñecas rusas matrioskas. Después, al salir, es obligatorio ducharse, así como descontaminar cualquier objeto que haya permanecido en esta nave de 1.500 metros cuadrados, repartida en 6 laboratorios de unos 25 metros cuadrados y 12 boxes experimentales de 25 metros de tamaño, dotados de ducha para descontaminar a los investigadores.
Los mosquitos ocupan uno de los 12 animalarios. En otros compartimentos se observan cerdos, perdices, codornices (hace una semana había incluso hurones) y hámsteres, animales que tarde o temprano serán sacrificados en aras de la ciencia.
El Centro de Investigación en Sanidad Animal de Catalunya es una de los dos instalaciones de suscripción biocontención que existen en España para tratar a grandes animales. A tal objeto, dispone de animalarios aptos para estudiar mosquitos, cerdos, llamas, perdices, codornices o ponis. Durante un tiempo, la instalación llegó, incluso, a penetrar dromedarios aquejados del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés). Según Xavi Superior, Presidente de la Pelotón de Inscripción Biocontención de IRTA-CReSA, todas las salas del laboratorio tienen presión negativa creciente (es sostener, siempre se extrae más canción del que ingresa), en función de la peligrosidad del circuito (los habitáculos donde se practican las necropsias, por ejemplo, tienen viejo presión negativa que ningún otro espacio). Encima, parte del circuito está por debajo de la cota del suelo, internamente de una roca que hay en la cuesta. La instalación dispone de equipos que permiten descontaminar las salas, una vez usadas, inyectando canción con peróxido. Para tal fin, varios ventiladores reparten homogéneamente este canción para inactivar los virus. Otro carácter distintivo es lo que Superior denomina “cimentación en sándwich”. A asimilar: mientras por encima del laboratorio de bioseguridad de nivel 3 hay otra planta de 1.500 m2 destinada sólo a purificar el canción que sale al extranjero, en la planta que queda por debajo se tratan los residuos sólidos y líquidos para eliminar el carácter infeccioso de cualquier resto biológico.El edificio
Ubicados en cámaras climáticas de aspecto parecido a una fresquera (por más que la temperatura interior ronde los 24ºC para que los mosquitos estén activos), ayer de ser infectados con el virus objeto de estudio, a los mosquitos se les extirpan las patas y las alas para que no puedan escapar volando mientras los investigadores intentan aislar el virus. Toda precaución es poca: si alguno de los virus utilizados en los ensayos clínicos consiguiera salir al extranjero podría originar un desastre ambiental mayúsculo.
Una parte de los mosquitos que utiliza en sus investigaciones el laboratorio de biocontención de nivel 3 proviene del Servei de Control de Mosquits del Baix Llobregat. Según Carlos Aranda, el co-director del servicio, todavía no se sabe al cien por cien si este año habrá más o menos mosquitos, aunque todo apunta a que sí, ya que entre febrero y abril llovió casi el doble que durante el mismo periodo del año susodicho.
Aranda, es un investigador adscrito al Instituto de Investigación y Tecnologías Agroalimentarias-Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA). Si en el laboratorio de suscripción bioseguridad se investiga cómo impedir que los virus salten desde los animales a los humanos, la función de este entomólogo es trabajar sobre el dominio recogiendo datos sobre la ecología de estos insectos.
“Los mosquitos dependen de la temperatura y el agua adecuado”, explica. “Desde marzo, las temperaturas están siendo propicias. Sin confiscación, la cantidad final de mosquitos dependerá de lo que llueva desde ahora hasta finales de julio, cuando las poblaciones de estos insectos alcanzan sus picos más altos”, explica.
El incremento de las temperaturas está motivando que algunos mosquitos sobrevivan incluso hasta diciembre, caso del mosquito tigre. Desde que llegó a Europa en 1979 procedente de Albania, el mosquito tigre ha colonizado el margen mediterráneo, así como Extremadura, Madrid, Aragón y el País Vasco. Se negociación de uno de los 50 tipos de mosquitos que pululan por España, del cerca de de 3.500 especies descritas. El mosquito Culiseta longiareolata, por ejemplo, pese a ser casi tan atestado como el global, felizmente solamente pica a las aves.
Las hembras de mosquito necesitan la mejor linaje posible para obtener éxito reproductivo, ya que la linaje de los animales a los que pican contiene proteínas, un macronutriente escaso en el néctar de las flores que resulta imprescindible para la ovogénesis o puesta de huevos. Con una particularidad a tener en cuenta: mientras el mosquito global obtiene su viejo éxito reproductivo picando a pájaros, para el mosquito tigre la linaje más eficaz es la de mamíferos como los humanos.
Preguntado Aranda sobre qué tipo de relaciones mantienen los diferentes tipos mosquitos, señala que en ocasiones, cuando se encuentran en estado larvario, comparten los mismos espacios en canales de agua, depósitos y zonas inundables, aunque luego , cuando son adultos, compiten por la materia orgánica.
No obstante, algunos mosquitos preocupan más que otros, ya que determinan la epidemiología de varias enfermedades. Por ejemplo, el mosquito global (Culex pipiens) es un eficaz transmisor del parásito de la malaria aviar, al contrario de lo que ocurre con otras especies, como el mosquito de las marismas (Aedes caspius).
Aunque la mejor protección contra los mosquitos es la mental (es sostener, asimilar que forman parte del verano y tomárselo con filosofía), cada año florecen nuevos antídotos. Recientemente, por ejemplo, se ha publicado que apoderarse una planta carnívora puede hacer efectividad el sueño de rajar todas las ventanas de par en par sin tener que preocuparse por las picadas. “Como mucho, esta planta atrapará a uno o dos mosquitos, en caso de posarse allí”, adelanta Aranda. Los investigadores siquiera dan demasiado crédito a un estudio publicado en Nature que sugiere que ingerir ajo ahuyenta a los mosquitos del mismo modo que lo hacía con el conde Drácula. Para los autores de la investigación, el sudor humano puede encontrarse estropeado al ingerir cebolla, ajo o vinagre de manzana. El problema es que no existen suficientes evidencias científicas que corroboren esta teoría. Otros remedios ineficaces para el fin previsto son los aparatos de ultrasonidos, las antorchas para el extranjero con citronella, las pulseras con aceites esenciales que venden en las farmacias (su radiodifusión de acto se limita a 4 centímetros, según la OCU) y las plantas aromáticas. Lo que mejor parece funcionar, por otra parte de cerrar las ventanas o utilizar mosquiteras, son los repelentes que tienen como principio activo el DEET (N,N-dietil-m-toluamida). Al menos, eso dicen utilizar los investigadores cuando realizan trabajos de campo.Avances
A los posesiones, cada zona tiene su propia problemática. El mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), por ejemplo, está poniendo este año en patrulla a Canarias tras detectarse varias larvas en La Palma. Es la segunda vez que la amenaza de este mosquito se cierne sobre el archipiélago, a posteriori de que en 2017 se encontrara en una zona habitada de la isla de Fuerteventura, aunque entonces las medidas adoptadas lograron erradicarlo.
Busquets precisa que los dos mosquitos más estudiados desde el año 2010 son el global y el tigre. En la instalación de suscripción biocontención de nivel 3 incluso se investiga qué genes se expresan en los mosquitos al exponerse a un virus, por si en un futuro fuera posible aislar la trasmisión y conocer mejor la biología del mosquito frente a la infección. Asimismo, se vigila la circulación del virus del Nilo occidental, del chikunguya, el zika y el dengue para detectar de una forma precoz si circulan por el distrito.
Uno de los mosquitos más estudiados este año es el que trasmite el virus del Nilo occidental. “La primera vez que lo detectamos fue en el año 2017 en una azor (Accipiter gentilis). En 2018 hallamos otro caso en un heroína del Garraf que presentaba temblores y movimientos erráticos. En el 2020 lo detectamos por segunda vez en azores. Finalmente, en 2021 hallamos el virus en azores, urracas y mosquitos”, informa Busquets. “Hoy día, sabemos que este virus ya está presente en algunas comarcas catalanas y que lo transmite el mosquito global. Pero, del mismo modo, que ha picado a caballos, podría hacerlo a personas”, admite esta viróloga. Por este motivo, en las zonas afectadas es necesario atender las donaciones de linaje por tenerse constancia de que las trasfusiones y trasplantes son un ejecutor de aventura en la transmisión del virus.
Respecto a la mejor forma de guarecerse de las personas, Aranda recomienda eliminar cualquier foco de agua en maceteros, cubetas de canción acondicionado de las terrazas, platos de agua de las mascotas, recipientes olvidados en patios traseros o sitios en construcción…
Por lo que se refiere al distrito, continúa Busquets, es importante efectuar tratamientos larvicidas en zonas con exceso de mosquitos. “Cuando se detecta la circulación de algún virus, efectuamos inspecciones entomológicas en los alrededores y capturamos mosquitos para comprobar si están infectados (extrayendo su ácido nucleico y practicando una PCR para intentar detectar el virus), al beneficio de intentar encontrar sus focos de cría.
Pero, de una forma u otra, cuando las sospechas se confirman, todo acaba en el laboratorio de suscripción biocontención de Bellaterra. En efectividad, si para poco ha servido la pandemia de Covid-19, es para concienciarse de la importancia del One Health (Una Vitalidad), que vincula estrechamente la salubridad humana, con la animal y la ambiental.
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