La recuperación del turismo internacional tras un parón de dos abriles ya es una efectividad. Superadas las previsiones más optimistas, el nivel de reservas de alojamiento y transporte se acerca al de 2019 -en algunos casos incluso sobrepasa al de la prepandemia-, poco que ni siquiera los más optimistas soñaban hace solo unos meses.
A las puertas del verano, quienes todavía no tienen destino se arriesgan a remunerar precios mucho más altos o, en el peor de los casos, a quedarse sin billete o alojamiento, especialmente para correr a las islas del Mediterráneo. Y es que existen numerosas islas e islotes espectaculares en los que desconectar y relajarse saboreando el mar, sus paisajes y su civilización, lo que lleva a preguntarse ¿Cuáles son las mejores islas para disfrutar de las receso de verano de 2022?
Destacan islas griegas e italianas, con presencia de una chipriota, una maltesa, una tunecina... y una española
Para dar respuesta a este interrogante, la plataforma de reservas de actividades y experiencias en destino Musement ha confeccionado un estudio que ha permitido identificar las más idóneas para una escape veraniego, entre todos aquellos territorios con más de cinco mil habitantes. Para admitir a extremo el crónica, ha tenido en cuenta distintos parámetros: el número de atracciones, de sitios patrimonio de la humanidad y de banderas azules de cada isla; el presupuesto semanal por persona (sin contar los vuelos); las horas de sol mensuales, y la temperatura del agua durante el verano. El resultado, un top ten en el que destacan por encima de todo las islas griegas, pero en el que aparecen igualmente, otras de italianas, una chipriota, una maltesa, una tunecina... y una española.
Italia
1. Sicilia
Cefalú, uno de los pueblos más bonitos de Sicilia
No nos sorprende que Sicilia, la isla más magnate del Mare Nostrum, ocupe la primera posición en el ranking de Musement. Situada frente al tacón de la bota italiana, es una deliciosa aleación de historia, civilización y belleza natural. Un total de 19 de sus playas luce bandera cerúleo y cuenta con siete sitios patrimonio de la humanidad (y dos más inmateriales). El valle de los Templos de Agrigento, las islas Eolias, el Etna o el circuito árabe-normando de Palermo, Monreale y Cefalú son solo algunos de ellos; rincones que, conexo a playas tan increíbles como la de Conigli -considerada la mejor de Europa- o la Escuadra di Ragusa, convierten la región en toda una tentación.
Grecia
2. Creta
Loutro, una de las localidades más pintorescas de Creta
La isla más magnate del archipiélago incomprensible tiene todos los ingredientes para ser un destino fascinante: desde altas montañas que superan los dos mil metros, hasta zonas prácticamente vírgenes, con decenas de playas paradisíacas, como la de Elafonissi, de arena rosada y aguas poco profundas, cálidas y turquesas. La isla puede presumir, adicionalmente, de un importante dote histórico y cultural, ya que ha contado con la presencia de grandes civilizaciones, como la minoica. De esta época todavía se conservan grandes palacios, como el de Malia, Gnosos, Festos y Zakros.
3. Chipre
El popular puente del inclinación, una formación rocosa sobre el mar cerca de Cavo Greco, en Chipre
Al igual que Creta, Chipre -cercana a Líbano, Siria y Turquía- es una isla salpicada de vestigios históricos, como Pafos, la antigua hacienda del país, que cuenta con infinitos monumentos, desde templos a castillos, pasando por construcciones romanas o catacumbas. Aunque, para muchos europeos el gran atractivo son el sol -con 365 horas de radiación al mes- y sus extraordinarias playas de aguas turquesa -es el caso de la Nissi Beach, de Ayia Napa-, que alcanzan los 26º en verano. Lo que posiblemente la mayoría desconozca es que el país, con una isla de bosques mediterráneos y paisajes salvajes que bordean el margen, tiene el 57% de su superficie protegida.
Italia
4. Cerdeña
Panorámica aérea de Bosa, famosa en Cerdeña por sus casas coloridas
El principal aliciente turístico de Cerdeña, situada al sur de Córcega, frente a la península italiana, son sus playas y calas de aguas turquesas y arena blanca, como las de Santa Teresa Gallura, Aglientu o Palau. Flanqueadas por la densa plantas de la maquia mediterránea, sobre todo en la costa ártico, se suceden a lo generoso de casi dos mil kilómetros de margen. La isla atesora, sin retención, un destacado patrimonio arquitectónico, visible en los cascos históricos de Cagliari y l'Alguer y, sobre todo, en Barumini, un poblado prehistórico de finales del segundo milenio a.C.
Grecia
5. Rodas
Lindos una de las localidades históricamente más importante de Rodas
Rodas, en el sureste del mar Egeo, ocupa la casa de campo posición en el relación de mejores islas del Mediterráneo para este verano. Perteneciente al archipiélago del Dodecaneso, nació, según la mitología griega, fruto de la pasión entre Helios -el dios del sol- y la náyade Rode. Cuenta con un extenso margen de playas que contrasta con zonas de acantilados y árboles en los que destacan los cultivos de olivo. Más allá del mar, la ciudad medieval, reconocida como patrimonio de la humanidad, permite un paseo por el interior de los cinco kilómetros de muralla que la protegía de los ataques externos. Vale la pena acercarse hasta el puerto de Mandraki, especialmente al atardecer, ya que las vistas de la fortaleza son espectaculares.
España
6. Mallorca
Puerto de Sóller, en Mallorca
Mallorca es la única isla española en el top ten. Y es que la veterano de las Baleares es un destino que lo tiene todo: playas y calas monumentales; deliciosos pueblos y ciudades -como Sóller o Fornalutx-; un interior desconocido por muchos de los turistas que la visitan; una extraordinario hacienda, Palma, e innumerables senderos para recorrrerla a pie o en bici. Por otra parte, ¿sabías que la Serra de Tramuntana, la peso dorsal de la isla, es patrimonio de la humanidad desde 2011?
7. Malta
'Luzzus', barquitos de colores de la época fenicia en el puerto pesquero de Marsaxlok, en Malta
El país más pequeño de la Unión Europea, con 316 km2 de superficie y poco más de medio millón de habitantes, es un archipiélago formado por siete islas, la veterano de las cuales es Malta. Situada al sur de Sicilia y al este de Túnez, es conocida por sus espectaculares playas de aguas turquesa, sus calas rocosas y su fondo marino, que la han convertido en ambiente de grandes series y películas y en uno de los rincones más instagrameables del Mediterráneo. Crisol de civilizaciones, conserva numerosos tesoros arqueológicos y artísticos de fenicios, griegos, romanos o árabes. Su hacienda, La Valeta, es patrimonio de la humanidad desde hace más de 40 abriles.
Grecia
8. Cefalonia
Asos, en la isla de Cefalonia
Situada al sur de Corfú y Lefkada, Cefalonia es una de las islas del mar Jónico más tranquilas e inexploradas. De naturaleza desbordante, es especialmente preciada por sus playas -tiene 40 diseminadas por los 250 kilómetros de litoral-, entre las que cerca de destacar la de Xi, de arenas anaranjadas, o las de Antisamos o Myrtos, considerada esta última por muchos como la más bonita de Grecia. Entre otras maravillas sobresalen el marisma Melissani, sus cuevas, y pequeños pueblos pesqueros como Asos, una colorida población con castillo incluido.
Túnez
9. Hierba
Una paradisíaca playa de Hierba, Túnez
La isla que inspiró a Homero para escribir su épica Odisea es un paraíso de calma del vago de Gabés, en el sudeste de Túnez, que presume de unas extraordinarias playas salvajes de aguas turquesa, sin duda, su veterano atractivo. Destacan las de Seguia, Sidi Yati y El Hachen y, por supuesto, la de Sidi Mahrez, una de las más grandes de la isla. En los pueblos y ciudades descubrimos su historia, como en Houmt Souk, la hacienda, donde hallamos la fortaleza de El Kebir, del siglo XIII, o en Er Riadh, la sinagoga de La Ghriba, cuyos orígenes apuntan al 586 a.C. Pero no hay falta más recomendable que perderse por sus callejeuelas estrechas de casas encaladas y ventanales azules, entrar en un feria y descubrir el arte del regateo.
Grecia
10. Zante
Bahía Navagio, en la isla griega de Zante
El verde domina gran parte de esta isla del Jónico salpicada de acantilados, playas y calas de aguas esmeralda, como la bahía de Navagio, la más popular de Zante. Este rincón, al que solo es posible aceptar en barco, fue ambiente en los abriles 80 del siglo pasado de un desmoronamiento, del que hoy todavía se conservan restos y que le proporciona un encanto peculiar. Una zona importante del margen sur de la isla es una reserva natural en la que las tortugas bobas en peligro de acabamiento incuban sus huevos en la arena. El interior, por su parte, es montañoso y está salpicado de pueblos de piedra. Zante estuvo bajo dominio veneciano entre los abriles 1484 y 1797 y su influencia todavía es perceptible hoy.
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