Las relaciones entre ERC y el Gobierno de Pedro Sánchez son prácticamente inexistentes desde que estalló el espionaje a los líderes independentistas. La marcha de explicaciones del Ejecutor central ha irritado al president Pere Aragonès, que pese a seguir tendiendo la mano para restablecer la confianza perdida, empieza a dar muestras de cansancio por el ninguneo que, dice, practican los socialistas.
En este ámbito de tensión, la valor del Tribunal Supremo (TS) de cambiar de criterio y aceptar los fortuna contra los indultos, concedidos en junio del año pasado, ha caído como una bala.
Los republicanos denuncian que el Poder Sumarial ha notorio la hostilidades al independentismo y acusan al PSOE de no hacer nulo para evitarlo.
“En absoluto ayudan”, clamó ayer Gabriel Rufián en relato al PSOE, tras conocerse la resolución del Supremo. Una valor que podría conllevar la nulo de la medida de clemencia que el Gobierno otorgó a los nueve líderes independentistas, condenados por un delito de sedición por el procés .
El enfado de los republicanos con los socialistas es mayúsculo y la relación de agravios se va acumulando. Un signo de esta pérdida de confianza es visible en las votaciones en el Congreso de los Diputados en estas últimas semanas. ERC ha pasado de ser uno de los socios preferentes a objetar con “noes” a la memorándum legislativa del Gobierno.
En el Congreso de los Diputados, los republicanos han votado “no” en cinco de las últimas votaciones
Los republicanos han votado en contra en cinco de las últimas nueve votaciones. Las más sonadas fueron por el decreto ley de medidas económicas para combatir las consecuencias de la hostilidades de Ucrania –se aprobó gracias a un pacto con Bildu– y la ley de Seguridad Franquista que Sánchez pudo sacar delante gracias al apoyo del PP de Alberto Núñez Feijóo. En breve, se debatirán la ley mordaza, la de Vivienda y la de Memoria Democrática y está por ver qué hara finalmente ERC. Si todo continúa como hasta ahora previsiblemente el Gobierno se encontrará con un “no” por respuesta.
Con todo, Aragonès no da la relación por rota. Ayer durante la conferencia de vaivén de la hecho del primer año de Govern volvió a tender puentes con el PSOE. El president aseguró sustentar abierta la vía del diálogo y volvió a defender la mesa de negociación. Sin retención, la porte del president da síntomas de cansancio y exige a Sánchez un movimiento y una reunión que no se materializa.
“Tenemos que susurrar”, le dijo el presidente del Ejecutor en el coincidencia del Cercle d’Economia en Barcelona el pasado 6
de mayo. El saludo en pleno
Catalangate se limitó a unas pocas palabras, mientras esperaban a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Dos semanas posteriormente no hay telediario de la cita y ni tan solo se ha producido una llamamiento telefónica.
Los republicanos consideran que esta reunión no se producirá hasta pasadas las elecciones andaluzas, el 19 de junio. Critican que el Ejecutor ponga otra vez por delante el calendario electoral. Ya ocurrió a principios de año cuando estaba previsto celebrar la mesa de diálogo, que no se reúne desde septiembre del año pasado, pero los comicios de Castilla y Valeroso llevaron a Sánchez a diferir la cita.
De momento, esperan las explicaciones que el presidente del Gobierno pueda ofrecer mañana en el Congreso de los Diputados sobre el espionaje de Pegasus, entre ellos al móvil del propio Aragonès. Han dejado de poner nombre y patronímico a los posibles ceses por el Catalangate, pero continúan reclamando la desclasificación de los documentos del CNI en las que un enjuiciador autorizó el uso del spyware.
Aragonès prórroga una reunión con Sánchez, pero el calendario electoral andaluz lo complica
El cambio de parecer del Supremo, que meses antiguamente había donado por buenos los indultos, abre un marco procesal incierto que deberá resolverse en los próximos meses.
Lo cierto, es que más allá de las tensionadas relaciones con ERC, el cambio de criterio del tribunal, tras un coreografía de magistrado, pone en un cepo al Gobierno a las puertas de una complicada campaña andaluza. Y no solo eso, vuelve a mostrar las difíciles relaciones que mantiene el Ejecutor con el Poder Sumarial.
Ayer la Moncloa se afanó a defender “legitimidad y utilidad” de los indultos y aseguró esperar en que el cambio de criterio de un Supremo no tenga longevo repaso. Esperan que el argumentario de Sánchez que impulsó “la memorándum del refriega” con Catalunya sirva para no tumbar los indultos.
De hecho, la portavoz del Ejecutor, Isabel Rodríguez, defendió ayer tras la reunión del Consejo de Ministros “la utilidad en aras a la convivencia y a la recuperación de la normalidad en Catalunya”.
Para sustentar estos argumentos, el Gobierno recuerda que la Memoria de la Fiscalía constata una reducción de los delitos de odio del 62% en Catalunya.
El Gobierno defiende la “legitimidad y utilidad” de la concesión de las medidas de clemencia
La defensa que hacía el Gobierno de los indultos, contrastaba con las declaraciones de los líderes del PP, Ciudadanos y Vox, partidos que interpusieron los fortuna al Supremo. Para Feijóo, Sánchez “rompió el consenso” con su valor “fragmentario” de conceder las medidas de clemencia.
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