575 aniversario del más antiguo gremio: Revenedors

El comunidad de Revenedors de Barcelona fue una entidad relevante desde su fundación en 1447. He aquí algunos hechos que lo confirman, aunque ahora no sean visibles.

Solo habían discurrido ocho primaveras del acto fundacional, y ya fue indicativo que hiciera un encargo de tanta envergadura a un pintor muy destacado como Jaume Huguet. Igualmente es cierto que lo había facilitado el tener trasladado la sede sindical de una capillita conventual a la destacada capilla de la enorme iglesia del Pi. El retablo de Sant Miquel Arcàngel, patrón de la entidad, es una pintura de gran categoría en la producción del comediante. Allí lució hasta mediados del siglo XVII, cuando adecuado al mal estado de conservación del altar y su conjunto se decidió reemplazarlo todo por una obra barroca. El retablo fue trasladado entonces a la sindical Sala de Juntes; ahora solo figura una reproducción fotográfica del igual tamaño, pues la pintura gótica la atesora el MNAC.

Los retablos de Huguet y de Gurri, el paso de Campeny y la bella frontispicio esgrafiada indican su categoría

El nuevo retablo de la capilla encargado en 1797 sintonizaba con el estilo que entonces imperaba. Fue tallado en madera por el renombrado grabador Salvador Gurri, quien encarnaba con autoridad aquel período transitorio del barroco al neoclásico. La obra sigue presidiendo con imponente excelencia la mencionada capilla sindical de los Revenedors.

En 1816 y destinado a ilustrar la procesión de Semana Santa, Revenedors encargó el Paso del Santo Ocultación. Y es que había de estar a la categoría, máxime si el desfile religioso era organizado por la vecina Confraria de la Puríssima Sang, sita en el número 1 de la misma plaza del Pi. El prestigio en equipo indujo a contratar a un grabador tan destacado como Damià Campeny, quien talló en madera cuatro figuras que encarnan el Dipòsit del Senyor al sepulcre. Al ser guardado en la casa sindical, el comediante ingenió la decisión diferente mediante un conjunto desmontable para así manejar con facilidad su entrada y salida. Lo conserva el MNAC.

La frontispicio de la plaza del Pi atrae la ojeada

EDUARD OLIVELLA / IMAGEN CEDIDA POR EL ARXIU FOTOGRÀFIC DE BARCELONA

Es de reconocer su espectacular visibilidad enriquecedora del paisaje urbano al estar recurso su sede en Pi, 3, plaza intensa, emblemática y delicada. Construida en 1678, su frontispicio se hace tener en un altar por uno de los esgrafiados más destacados de la ciudad, tal como lo encomió el doble Ramon Nonat Comas. La tienda que domina la planta quebranto está a la categoría.

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