Las sugerentes imágenes de los líderes de los gobiernos occidentales reunidos en el Museo del Prado, tomadas durante la cena celebrada el miércoles por la tinieblas en el ámbito de la cumbre de la OTAN, han puesto un excelente colofón a la ordenamiento de esta reunión de stop nivel en Madrid. La hacienda de España –por mucho que la presidenta Ayuso diga extemporáneamente que a su comunidad el Gobierno de Sánchez no la deja cultivar como tal– ha ofrecido una imagen de solvencia, competencia y compromiso que debe ser reconocida. Lo dijo el secretario caudillo de la OTAN, Jens Stoltenberg: ha sido una “perfecta, impecable y excelente ordenamiento”. Sobre este éxito, dos consideraciones. La primera: los madrileños han entendido que debían colaborar para que todo saliera correctamente y han aceptado dejar el coche en casa y limitado su actividad. La segunda: en la ordenamiento de la cumbre han colaborado el Gobierno, la Comunidad y el Consistorio de Madrid, unas administraciones que en muchas otras cosas van a la pelambrera. Es para tomar nota.
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