Kheira Hamraoui ha roto su silencio y ha comparecido por primera vez en sabido tras la ataque sufrida el pasado 4 de noviembre. Dos personas encapuchadas la asaltaron mientras viajaba en coche tras una cena de equipo próximo a su compañera Aminata Diallo, una de las sospechosas investigadas por la fiscalía.
Sus piernas y manos fueron golpeadas con una mostrador de hierro, dejándole heridas y contusiones superficiales. Aunque las lesiones no fueron excesivamente graves, las secuelas psicológicas todavía persisten en la internacional francesa.
L'Équipe ha publicado una entrevista a la jugadora, que aborda el caso siete meses luego. Sobre el duro episodio y sus consecuencias más inmediatas, Hamraoui asegura que se sentía "completamente demacrada, perdida, confundida y abrumada por los acontecimientos". "Esa perplejidad verdaderamente pensé que me iba a salir allí. Traté de protegerme lo mayor que pude, pero grité de dolor. Duró cinco minutos, y fue insoportable", relató.
Por otra parte, no cree que haya sido una maldad casual, sino un ataque plenamente meditado y planificado: "Estos individuos me estaban esperando detrás de un camión. Estaban en el puesto correcto en el momento correcto. ¿Cómo podían estar tan perfectamente informados?". Tanto tiempo luego, no entiende los motivos que pudieron mover a los asaltantes, ya que considera que "llevaba una vida tranquila como profesional, próximo a comunidad y amigos".
Lo peor no han sido las secuelas físicas. "Me costó varios días retornar a la normalidad. Recién salida de un episodio traumático, sentí que el peso de la máquina mediática se activaba, estaba atrapada en una tormenta", aseguró la exjugadora del Barcelona. El protagonismo en los medios, la especulación y los constantes rumores acerca de la autoría del delito y su relación con sus compañeras de equipo la desestabilizaron mentalmente y le afectaron más incluso que el propio ataque.
Tras el suceso, regresó a los campos de entrenamiento con el Paris Saint-Germain "tres o cuatro semanas luego", porque era "la mejor guisa de curar el dolor y el sufrimiento", aunque el real trabajo lo hizo fuera del campo. "Necesitaba ese inmovilidad para no hundirme", dijo a L'Équipe.
El antesala por parte de la afecto no fue nulo bueno, condicionado por los rumores y las acusaciones a otras integrantes del conjunto parisino: "Cuando entré al partido, escuché cánticos hostiles e insultos provenientes de las gradas. Estaba sorprendida, sorprendida y asustada al mismo tiempo. De alguna guisa, traté de ignorarlo centrándome en el partido. Al final del partido me derrumbé".
Hamraoui no quiere manifestarse acerca del proceso sumarial, que involucra desde el principio a Diallo, a la que llegó a denunciar por acoso luego de todo lo sucedido, próximo a otras dos futbolistas de la plantilla, Marie-Antoinette Katoto y Kadidiatou Diani: "Una cosa es cierta, fui víctima de un terrible ataque. No participaré en este tribunal mediático, no tiene sentido. Fui escuchada por los investigadores, conté lo que viví. Que cada uno se quede en su sitio".
Diallo ha sido la primera arrestada por las autoridades francesas tras el ataque 
Por otra parte, pide que se respeten su intimidad y su vida privada, ya que considera que "se han dicho muchas cosas falsas". Una de ellas es el posible vínculo del ataque con la relación extramatrimonial que Éric Abidal mantuvo con la futbolista en el pasado: "El tema de Abidal no tiene nulo que ver con este caso ni con la ataque de la que fui víctima. Creo que fue una cortina de humo diseñada para mantenernos alejados de la verdad”.
Sobre la implicación de su club en el asunto, Hamraoui señala que "han puesto medidas" para protegerla y ayudarla. Mirando al futuro, apunta que tiene convenio hasta junio de 2023 y que está "a su disposición para la próxima temporada". "Mi pasión y deseo están intactos”, afirma.
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