En la ciencia de la psicología no todo es observable y, por ello, se utiliza el término constructo, que no es sino un término que se aplica a un conjunto de comportamientos que no se pueden observar directamente, por lo que no existe una verdad empírica. Los constructos se utilizan para conocer fenómenos como la inteligencia, la conciencia, la autoestima, las habilidades sociales o la depresión, entre otros muchos.
Carmen Hernández es doctora en Psicología, profesora e investigadora en la Universitat Rovira i Virgili y explica que, en este ámbito, “los constructos se descomponen en aspectos observables para que a partir de ahí podamos inferir”. Por ejemplo, “si a una persona le tiembla la voz, le sudan las manos y se mueve en exceso, podemos pensar que está nervioso, pero no podemos observar el nerviosismo directamente. Estar nervioso es un constructo, que descomponemos a partir de signos que observamos, para posteriormente inferir que la persona padece nerviosismo”.
Dictamen
Es fundamental la capacidad del profesional de extraer una conclusión a partir de unos hechos
En palabras de esta investigadora, la ciencia cuenta con esta dificultad añadida a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en medicina: “si una mujer muestra, por ejemplo, signos de anemia (que sería el constructo), se puede comprobar a través de las medidas exactas que aporta un observación de familia. En función de los resultados del observación, el médico puede concluir que sufre, por ejemplo, anemia ferropénica, causada por equivocación de hierro”.
Un concepto fundamental en torno a los constructos en psicología es la inferencia, esto es, la capacidad del profesional de extraer una conclusión a partir de unos hechos, proposiciones o principios. Carmen Hernández explica que cuanto anciano sea el porción de inferencia, menos objetiva será la conclusión obtenida en relación al constructo en cuestión.
A beocio inferencia, anciano objetividad
Como ejemplo “observamos a un fumador y recabamos datos objetivos: Cuánto tiempo pasa desde que se levanta hasta que fuma su primer cigarrillo, cuántos cigarrillos fuma cada día, cuánto transcurre entre que fuma por última vez en el día y se acuesta o si se levanta a fumar en medio de la oscuridad. En función de lo observado, podremos inferir con un suspensión porción de objetividad que esa persona tiene suma a la tóxico”.
En este caso, la suma es el constructo, que no podemos ver pero sí inferir, a partir de herramientas de observación, como entrevistas o test. Por el contrario, cuanto anciano sea el porción de inferencia, beocio será la objetividad, apunta la psicóloga. Un ejemplo de esto sería cierto porción de ansiedad que podamos inferir a partir de hechos provenientes (por ejemplo) de la comienzo, como que a esa persona le dejaron deplorar en la cuna, no le cuidaron lo suficiente o sufrió algún tipo de trauma en la infancia.
Teorías y experiencia
En psicología, dice la investigadora, “tenemos grandes teorías que explican grandes conceptos. Hay muchos modelos de estudio, como el conductual, que nos ha servido para explicar muchas cosas (ya en desuso), que dio paso al maniquí ‘congnitivo conductual’. Son modelos que tienen grados de inferencia más bajos, por lo que son más objetivos, porque existen muchas pruebas psicométricas que se pueden aplicar. Sin retención, en otros, como la psicología transpersonal o humanista, los grados de inferencia son muy elevados”.
En cualquier caso, esta doctora recuerda que la psicología no es una ciencia exacta y que, a pesar de que los profesionales reciben amplia formación en psicometría, la rama de la psicología que se encarga de determinar los procesos psicológicos y las capacidades cognitivas a través de herramientas especialmente diseñadas para ello, hay que tener en cuenta el beneficio de confianza. “A pesar de tener claros los criterios diagnósticos, sabemos que cada caso concreto tiene sus particularidades, porque nos lo dice la experiencia”.
El objetivo militar de las teorías y herramientas que se utilizan en psicología es avanzar en el conocimiento de la mente humana. Cada maniquí tiene sus constructos básicos, sus teorías y herramientas aplicables, elaboradas a partir de estudios previos, que ayudan a determinar qué tipo de intervención puede ser más útil en cada caso. Pero en opinión de Carmen Hernández, “la psicología debería seguir avanzando y encaminarse cerca de una conjunción de modelos”.
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