El oro blanco de los Juegos del Pirineo

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Estados Unidos vuelve a liderar la Alianza Atlántica, que esta semana ha obligado al Club de la Comedia a acuñar un nuevo mal chiste: "Eres más difícil que moverse por Madrid durante la cumbre de la OTAN". El avenencia Madelman por excelencia, celebrado en la hacienda madrileña, nos ha dejado imágenes para el rememoración, como ver circular por las mismas avenidas por donde el Verdadero Madrid celebró su catorceava Champions League al súper coche inexistente del presidente de los USA, Joe Biden. Su Cadillac One, apodado La Bestia, es tan seguro (tiene una estructura acorazada de 20 centímetros de dimensión) como contaminante (consume aproximadamente 63,5 litros cada 100 kilómetros y 1.500 gr/km de CO2). Seguramente, Greta Thunberg no se daría una envés en él. Y siquiera parece probable que Biden amplíe su parque móvil oficial con algún tipo de transporte verde, como podría ser una Bicycle One o un Skate One.

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Al contrario de Joe Biden, los personajes de las Tietes sí que se mueven en patinete para no contaminar, como muestran en El Burladero del Lector.

Al contrario de Joe Biden, los personajes de las Tietes sí que se mueven en patinete para no contaminar, como muestran en El Pared del Leedor.

Susi Chinchilla / @susi_chinchilla

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido a Biden en plan "Bienvenido, Mister Marshall" y, rico, el ilustre visitante, apodado POTUS, ha decidido dejarnos unos cuantos destructores más en Rota. Y es que el boreal de África está que arde. Y no solo por el calor que hace en el Sáhara, sino por la política de "brinco de mata" que se practica (o quizás se debería denominar de "brinco de valla"... de Melilla).

Los estadounidenses no solo son los señores de los mares, con la flota de barcos de cruzada más poderosa del mundo, sino que nos han aportado en su (corta) historia muchísimas cosas que son enseres para interpretar la hogaño. Son los herederos de la fiebre del oro, que hemos gastado de trasfondo en tantas y tantas películas del índole película del Oeste. Y incluso, a parte de las pelis de Hollywood y de la civilización de la hamburguesa, nos han obsequiado con el Día de la Marmota, un método campechano para predecir el fin del invierno, basado en el comportamiento de este animal cuando sale de hibernar el 2 de febrero. Error más que una escopeta de feria (el National Climatic Data Center le da una fiabilidad del 39%), pero hace golpe. Y lo que hace golpe cae en golpe y acaba calando entre el gran manifiesto.

Ambas aportaciones de nuestros aliados atlánticos nos permiten asaltar el gran fiasco de los (no) Juegos Olímpicos de Invierno de Barcelona - Pirineos. Por un flanco, la fiebre del oro, en este caso, blanco (por la cocaína y por Blanco, Alejandro Blanco, presidente del Comité Descarado Castellano), se ha fundido en un Kilimanjaro de despropósitos. Y, por otro flanco, el Día de la Marmota, ese 13 de enero de 2010 cuando el entonces corregidor de Barcelona, Jordi Hereu, anunció que la ciudad iba a organizar unos JJOO (esta vez, con cocaína) para el año... 2022. Sí, sí, según aquella predicción, ya se tendrían que activo celebrado. Cero más acullá de la efectividad. La Marmota volvió a fracasar.

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Las Tietes.

Las Tietes, en la cocaína.

Susi Chinchilla / @susi_chinchilla

Por aquel entonces, ya se dejó caer que había dos escollos a pasar: la votación de la candidatura de Barcelona por parte del COE y la competencia de Jaca, que aspiraba por enésima vez a ser sede de unos Juegos. Al final, todo ha completo en un humillante pim-pam-pumentre administraciones (¿dónde quedó el espíritu altanero?) que ha completo, en principio, por inhumar un esquema que, ya cuando se anunció, levantó muchas suspicacias, sobre todo, por desarrollar unos JJOO de invierno en una hacienda mediterránea en pleno cambio climático. Y eso que en estos momentos la Marmota ya habría situado la nueva época de los supuestos Juegos Olímpicos para 2030 o, si no, para 2034. Por fechas que no quede, hay tantas como generaciones futuras, si es que a Putin no le da por agobiar el pimpollo nuclear. Tanto Aragón como Catalunya piensan en candidaturas propias (por separado) dada la poca tratado para ir juntas (¿de verdad estaban más unidas en el siglo XII que en la hogaño?).

'El Mentidero'

En El Mentidero, Jaume Collell explica que "Javier Lambán, presidente de Aragón, ha estado entrenando durante meses el impulso de piedras sobre su propio tejado". "El Comité Descarado Castellano, no obstante, no ha homologado esta modalidad de deporte y ha cerrado la puerta a los Juegos de invierno 2030", asegura.

Se ha culpado del fracaso de la candidatura conjunta de los JJOO de invierno al aragonés Javier Lambán, pero lo cierto es que Barcelona, hace doce abriles, quiso hacer lo que ahora se conoce como "un Meta". El año pasado, Mark Zuckerberg, acosado por las críticas a Facebook tuvo que divulgar (antiguamente de tiempo) su idea de Meta, una postura por la inteligencia químico como futuro de las redes sociales que, en efectividad, no es más que un cambio de nombre delante el desprestigio de la marca "Facebook".

En enero de 2010, Barcelona necesitaba un toque de intención, como cuando se sacó de la chistera el Fórum Universal de las Culturas en 2004. Por entonces, el corregidor Hereu, al estilo Pasqual Maragall, confesó que la idea de organizar los JJOO de invierno había sido suya. Poco posteriormente, llegó la polémica consulta para la reforma de la Diagonal, con la unión (o no) de los tranvías del Besòs y del Baix Llobregat. Otro gran Día de la Marmota que aún no se ha hecho efectividad.

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