Rusia está preparando en julio la larga batalla de invierno del 2023. El próximo lunes, día 11, empiezan las labores de mantenimiento que cada año paralizan durante unos días el gaseoducto Nord Stream 1, la principal autopista del gas entre Rusia y Alemania. Existe la sospecha de que el colosal gaseoducto del mar Báltico no volverá a funcionar a pleno rendimiento una vez finalizadas las tareas de mantenimiento. Rusia dificultaría así el objetivo de la Unión Europea de venir a las puertas del próximo invierno con unas reservas de gas del 80%. A menores reservas, viejo vulnerabilidad delante una amenaza de corte total o parcial del suministro en invierno. Posteriormente de malograrse en la operación relámpago del pasado mes de febrero en Ucrania, Rusia está optando claramente por una querella de desgaste con tres frentes: el marcial, el energético y el comestible. La progresivo ocupación del este de Ucrania mediante la destrucción sistemática de núcleos urbanos. La amenaza de cortar el canilla del gas a los países europeos, con la consiguiente subida de precios en el mercado internacional. El encarecimiento de los fertilizantes artificiales, en cuyo proceso de fabricación igualmente interviene el gas. Y la variación del precio de los cereales, mediante la paralización de las exportaciones de trigo ucraniano, botellín productor mundial, con unos 18 millones de toneladas anuales.
La combinación de todos estos factores ha acentuado la inflación, ha hecho crecer el temor a un colapso de la industria europea en invierno, acentuando una perspectiva negativa sobre la progreso de la posesiones, en la que ya han aparecido los agoreros de una gran recesión. (Agoreros que en algunos casos desean fervientemente que esa recesión se produzca).
Rusia prepara en julio la larga batalla del invierno y saco provecho de los sensores nerviosos de la posesiones occidental. El ciudadano ruso de a pie aún no percibe en su vida cotidiana el impacto de las sanciones occidentales, tal y como informaba La Vanguardia el pasado domingo, con datos recabados por su corresponsal en Moscú. Rusia, país en el que la información no fluye independientemente, en el que murmurar la querella puede conducir a la prisión y en el que no se puede anunciar el fin del mundo financiero desde tribunas políticas y periodísticas, se ha preparado para resistir y prepara la batalla de invierno.
El Consejo Europeo celebrará a finales de julio una reunión de aprieto para estudiar la situación. Diversos países están programando restricciones del consumo energético y comienza a hablarse de posibles medidas de racionamientos del gas si las reservas son insuficientes para atravesar el invierno.
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