El derecho de las mujeres al monstruo está en peligro en todo el mundo, advirtió ayer el Parlamento Europeo en una resolución de condena a la osadía del Tribunal Supremo de Estados Unidos de derogarlo a nivel federal en la que reclama a los gobiernos que enarbolen su defensa a nivel entero y lo protejan en el zona comunitario mediante su inclusión en la carta de derechos fundamentales de la Unión Europea.
“Los derechos de las mujeres son inalienables y no pueden ser eliminados ni debilitados”, reclama el texto, que alerta de que la sentencia de la máxima instancia legislativo estadounidense “podría provocar un aumento del flujo de peculio” procedente de grupos de la derecha cristiana saco y “animar” a los movimientos antiabortistas nacionales para intentar revertir los logros de las últimas décadas, cuando más de 60 países han eliminar las restricciones y obstáculos a la interrupción voluntaria de gestación.
Los eurodiputados piden a los Gobiernos que ofrezcan “refugio seguro” a los médicos perseguidos en EE.UU.
Impulsado por eurodiputados progresistas y liberales, el texto fue consentido por el pleno por 324 votos a auspicio, 155 en contra (entre ellos, los eurodiputados del PP y Vox y un miembro de Ciudadanos, José Ramón Bauzá) y 38 abstenciones. Por otra parte de expresar solidaridad con las mujeres norteamericanas frente a este retroceso en sus derechos, la resolución analiza las consecuencias del arbitraje legislativo.
“Lo que ha ocurrido en Estados Unidos es una evidencia de que nunca debemos dar por garantizados los derechos conquistados y tenemos que disputar para conseguir que no se dé marcha detrás”, defendió la jefa de filas de los socialistas europeos, Iratxe García. “Demos a las mujeres de Europa la fianza de que ningún magistrado podrá deshacer estos derechos y llamemos a los reaccionarios como lo que son, una reliquia del pasado que no tiene ningún futuro en la UE”, reclamó la tolerante francesa Stéphane Séjourné.
La resolución condena las trabas a las que se enfrentan las mujeres para entrar al monstruo en Europa, desde la prohibición total en Malta a las restricciones en Italia, Croacia, Hungría y Eslovaquia o la ilegalización de facto, hace ahora un año, en Polonia, una situación que propone combatir mediante una defensa más activa de este derecho. Para ello, la Eurocámara reclama incluir en la carta de derechos fundamentales de la UE el agradecimiento del derecho a obtener un monstruo “seguro y judicial”, tal y como el presidente francés Emmanuel Macron propuso a primeros de año.
Pero incluso con el aval del Elíseo, el movimiento se antoja mucho improbable ya que este documento, consentido en el 2000, solo puede ser modificado por unanimidad. Para pasar este escollo, los eurodiputados reclaman convocar una convención intergubernamental para revisar esta regla. Incluso en caso de que tal cambio saliera delante, la carta solo se aplica en los ámbitos en que la UE tiene competencias.
La Eurocámara pide a la Unión y los Estados miembros que den todo el apoyo posible, incluido el financiero, a las organizaciones de la sociedad civil de Estados Unidos que prestan servicios relacionados con los derechos sexuales y reproductivos, y ofrezcan “refugio seguro” a los médicos que se arriesguen a acciones judiciales por su trabajo en la prestación de público al monstruo”.
Todavía el Parlamento Europeo deberá defender esta posición como institución. La responsabilidad, paradójicamente, corresponderá a la representante del único país de la UE en el que el monstruo es ilegal en todos sus supuestos, su presidenta Roberta Metsola, natural de Malta. El caso de la saco que sufrió un monstruo libre en la isla y no pudo acoger público médica ha vuelto a poner al país en el punto de mira de los activistas pro monstruo. Metsola nunca se ha pronunciado explícitamente sobre el tema y ha dicho que, como en todos los temas, siempre defenderá la posición oficial de la Cámara.
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