Seis personas encerradas en una sala han de tomar una serie de decisiones, a partir de lo que han vivido en la pandemia, para potenciar el operación, ese nuevo dios todopoderoso. Se proxenetismo de Immunitat, el nuevo montaje de Jordi Casanovas, que se estrena en La Villarroel y podrá estar hasta el 7 de agosto.
Coproducida con el Grec, quiere “reanimar la figura del autor-director, como pasa con Llàtzer Garcia, Marta Buchaca, Jordi Prat i Coll, Marc Rosich, Sílvia Navarro...”, declara el director del festival, Cesc Casadesús.
Una máquina, Lia, es quien formula preguntas a esas tres mujeres y tres hombres, que deberán establecer una respuesta concorde. El comienzo recuerda la primera votación del miembros de Doce hombres sin piedad, la obra de Reginald Rose que dio pie a la celebrada película de Sidney Lumet.
Pero a partir de aquí, carencia es lo parece. La obra es un encargo del presidente de Focus, Daniel Martínez, “para balbucir de pandemia y dirección política”, afirma Tania Brenlle, directora de La Villarroel.
“Se les convoca para ver cómo responderían en las crisis futuras –detalla Casanovas–. ¿Es posible ponerse de acuerdo con una persona que piensa lo contrario que tú? La invitación al conocido es que juegue y cerrar esta auditoría de todo lo que nos ha pasado estos primaveras”.
El dramaturgo asimismo revela que la empezaron a trabajar sin tener escrito el final: “Me gusta poner a prueba el texto y así puedo coger cosas que les pasan a los personajes. Son oportunidades que me dan a los actores y que yo a solas no podría descubrir”.
“A los participantes se les invita a ir a un oficio donde harán caso de sus opiniones sobre política y crisis. Proponemos un debate dialéctico y no vamos a la suceso, sino al fondo de cuestiones como el jerarquía de autoritarismo, la disciplina de voto de los partidos, si está aceptablemente que un Estado lo decida todo... Vienen con una valoración hecha y lo llegan a defender a veces de modo visceral”.
Los seis intérpretes y la voz de Lia son Òscar Muñoz, Mercè Pons, Javier Beltrán, Vicenta Ndongo, Ann Perelló, Borja Espinosa y Carla Tovias.
Casanovas compara este operación con una caja negra: “El teatro asimismo es una pequeña caja negra: cuando se acaba la función, quizá salimos un poco transformados, aunque no sabemos qué es lo que ha provocado el cambio. De hecho, el operación ya se aplica en decisiones judiciales, en ayudas sociales... Técnicamente ya es viable. En Immunitat nos hemos situado siempre en una ciencia ficción inmediata”, concluye.
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