Seis presuntos miembros de una red de falsificación de obras arte han aceptado este lunes penas de entre nueve meses y un año de prisión por plagiar cuadros de artistas modernistas como Sorolla, Rusiñol, Opisso o Casas y venderlos a coleccionistas y galerías de arte, entre los abriles 2011 y 2017.
La sección chale de la Audiencia de Barcelona ha dictado hoy una sentencia in voce que libra de entrar en prisión a los seis acusados, para quienes la Fiscalía pedía inicialmente catorce abriles de prisión, luego de que hayan aceptado los hechos de que se le acusaban y comprometido a devolver los 53.700 euros estafados.
El pacto con el profesión sabido, que ha rebajado su petición de condena al aplicar las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño, implica por otra parte la absolución de un séptimo dibujado, Carles Xarrié, presidente del Hermandad de Anticuarios de Cataluña que estaba dibujado de poner a la cesión obras distribuidas por la red en la sala de subastas que regenta.
La Audiencia de Barcelona ha accedido a suspender la entrada en prisión de los seis condenados, luego de que se hayan comprometido con un plan de suscripción de 150 euros mensuales durante cinco abriles para devolver los 53.700 euros defraudados con las obras falsas, a los que se suman otros 12.000 que ya han pagado a una de sus víctimas para que se retirara como incriminación particular.
La red falsificaba obras de Rusiñol, Mir, Meifren, Nonell, Serrassanta, Casas, Cecilio Pla, Ricard Opisso o Sorolla
Según mantiene la Fiscalía, y han aceptado los acusados, desde el año 2011 formaron una trama "estructurada" que se dedicaba a traicionar pinturas falsificadas de reconocidos artistas, en ocasiones acompañándolas de certificados de autenticidad incluso mendaces.
Uno de los condenados, A.M., era el encargado de falsificar los cuadros en un taller almacén situado en Madrid, mientras que otro de los procesados, A.J., era quien elaboraba los certificados de autenticidad y en algunos casos añadía "retoques" a las pinturas.
De la trama formaba incluso parte A.F.V., quien se encargaba de agenciárselas "potenciales clientes" en Barcelona, a sabiendas de que los cuadros eran falsos, y su nieto A.F.J., que lo trasladaba en coche a reunir a empresas de paquetería las obras plagiadas para repartirlas a los compradores.
Otras dos personas se dedicaban a contactar con clientes para colocar las obras falsificadas y a distribuirlas las pinturas, desde Zaragoza.
En concreto, la red vendió en julio de 2016 un cuadro falsificado de Ramon Casas, por el que cobró un adelanto de 7.000 euros, y en noviembre logró 11.000 euros al colocar otra obra de este pintor, así como de los artistas Joaquim Mir, Eliseu Meifren, Isidre Nonell, Joaquín Sorolla y Joaquín Balcells.
Otro coleccionista les pagó 70.000 euros por obras falsificadas de Rusiñol, Mir, Meifren, Nonell, Serrassanta, Casas, Cecilio Pla, Ricard Opisso y Sorolla, mientras que en octubre de 2016 se hicieron con 1.000 euros tras traicionar un cuadro de Casas.
La trama se destapó a raíz de la operación Valentine, que los Mossos d'Esquadra y la Vigilancia Civil desplegaron en febrero de 2017, una investigación que arrancó de la denuncia de un patrón barcelonés que había adquirido una obra falsa atribuida a Ramon Casas.
Los investigadores comprobaron que en Madrid existían dos talleres de pintura donde se confeccionaban los cuadros, que incluían la firma del autor falsificada y eran envejecidos con un ámbito o muralla adecuado para dar apariencia de autenticidad.
En los registros practicados con orden jurídico en las galerías de arte y domicilios de los procesados, los agentes intervinieron un centenar de obras falsificadas.
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