Las personas aprendemos constantemente a lo espléndido de la vida y una de las formas de hacerlo es el proceso llamado condicionamiento operante, que ayuda a que la persona tenga más posibilidades de incorporar formas de conducta que atraigan consecuencias positivas y de evitar las que conlleven consecuencias negativas.
Si un pupilo recibe un elogio tras participar en clase, es probable que su décimo aumente en el futuro pero, si recibe una reprimenda cuando interrumpe, es probable que no lo haga más. Lo primero sería un refuerzo y lo segundo, un castigo. Una aparejo importante en psicología para aumentar la probabilidad de que se produzca un comportamiento específico es el refuerzo, que supone la implementación o exterminio de un estímulo, dependiendo de si es positivo o imagen.
El refuerzo positivo se lleva a lado mediante estímulos
Fue el psicólogo, filósofo e inventor estadounidense B. Frederic Skinner quien, continuando con los trabajos de investigación de Edward Thorndike (considerado antecesor de la psicología conductual¡, acuña este término en 1937, en el ámbito del condicionamiento operante.
Dos tipos de comportamiento
Skinner identificó dos tipos de comportamientos: El comportamiento de los encuestados, son acciones que ocurren sin ningún tipo de formación (si pones la mano en un objeto congelado, la retiras rápidamente), son respuestas a estímulos. El segundo tipo es lo que llamó los “comportamientos operantes”, que son los comportamientos voluntarios que están bajo control consciente, por lo que son acciones que se pueden instruirse.
Internamente de este segundo tipo, los comportamientos operantes,Skinner identifica dos aspectos esencia ya que, mientras el refuerzo afianza el comportamiento, el castigo hace que se elimine o, al menos, que disminuya. El refuerzo puede ser positivo, en cuyo caso presenta un resultado benévolo (premiar una bono), o imagen, lo que implica la exterminio de un estímulo desagradable (aminorar una tarea costosa).
El refuerzo positivo implica amplificar poco para blindar la respuesta positiva
Es importante entender que Skinner no se refiere al refuerzo positivo como poco bueno y imagen como poco malo, sino que utiliza estos términos pensando en sumar una bono positiva (como un premio o un elogio) o restar una bono negativa o desagradable, para ganar igualmente el comportamiento deseado. Un ejemplo de lo primero sería cuando le dices a un crío que si recoge su habitación, podrá engullir un helado. Un ejemplo de refuerzo imagen sería decirle que, si recoge adecuadamente la habitación, no será necesario que haga él la cama.
Es asegurar, el refuerzo positivo implica amplificar poco para blindar la respuesta positiva, es asegurar, premiar, halagar o retribuir. El refuerzo imagen alcahuetería de eliminar un estímulo desgraciado, como una bono desagradable, dura o costosa: Suprimir poco a modo de retribución. Skinner los utilizó como suma o resta de estímulos, no como parecido de bueno o malo.
En la psicología conductual,en el caso del refuerzo positivo, poco se aplica o se agrega, en el caso imagen, poco se sustrae. El positivo es una retribución cuyo objetivo es afianzar o aumentar el comportamiento deseable y puede ser poco material, como un premio o incentivo, o inmaterial, como una tarjeta pública o un elogio.
Es importante dejar claro que el refuerzo imagen no es un castigo (que supone percibir una punición por hacer poco que no se debe), sino retirar un estímulo desgraciado tras hacer poco deseado. Distintas investigaciones muestran que el segundo es eficaz a la hora de provocar un cambio de costumbre original, pero no funciona en el espléndido plazo, en el que se ha demostrado una longevo competencia del refuerzo positivo.
Publicar un comentario