Con solo 19 abriles y cuatro temporadas en la élite, Unai Aguirre (Barcelona, 2002) se ha convertido con sus paradas en uno de los mejores porteros del mundo. ¿Algún lo duda todavía? Puntada con observar su acto crucial en el Mundial de Budapest con España, a la que ha guiado a la final de hoy contra Italia (20.00 h), con sus salvadas, gritos, gestos de furor y un inteligencia y un liderazgo que parece inspirado en el mítico Jesús Rollán. Será la tercera ocasión para España de pescar un oro mundial que le ha esquivado los últimos 21 abriles. La fama de Fukuoka 2001 ya merece un dimisión.
El mejor, con números
Los números de Aguirre son elocuentes: 46 paradas en 66 lanzamientos, un 70% de efectividad, en cuatro partidos, en los que fue designado mejor atleta
Vuelve a cruzarse en el camino el Settebello, equipo incómodo como pocos para España, bestia negra histórica que ya privó del oro altanero en las Picornell en aquella dramática final del 92, o en la más flamante final del Mundial 2019 de Gwangju (10-5), la última final perdida de las tres que ha jugado la selección en la era de David Martín. Tras perder dos veces el oro europeo y una el mundial, en Budapest toca premio.
Sobran las razones: porque el agrupación es suficientemente compacto -casi el mismo de Tokio-, sensato y competitivo, porque ya ganó a Italia en la escalón de grupos en un partidazo (un 14-12 con un estupendo Aguirre), y porque el meta barcelonés es toda una señal que apuntala una defensa mejorada, presionante, pegajosa, anticipativa, made in Martín.
Los números de Aguirre son elocuentes: 46 paradas en 66 lanzamientos, un 70% de efectividad, en cuatro partidos, en los que fue designado mejor atleta. En los cuatro.
“La secreto es que intento disfrutar jugando, pero si la defensa no hubiese estado como ha estado, no hubiese parado tanto”, cuenta Aguirre, que ha suplido con oficio y una entereza de experto a un puntal como Dani López Pinedo, tanto en la selección como en su club, el Atlètic Barceloneta.
“Ya llevaba mentalizado toda la temporada que iba a ser mi momento, y lo está siendo, me siento admisiblemente y con confianza, que es lo mejor que puede tener un zaguero”, explica en Budapest Unai, que se inició de caprichoso en la puerta, pero la de fútbol del Can Vidalet de L’Hospitalet. Se le deba mejor en el agua, primero en el Medi, luego en el CN Barcelona ocho temporadas, de de niño al primer equipo –con el que debutó con 16 abriles en la Alianza– y de allí, el año pasado, al Barceloneta. En cuatro temporadas, afianzado en la élite, ha jugado unos Juegos y está a las puertas de un oro. “Datar a un círculo así y poder arriesgar una final mundial es un sueño que tiene todo chaval que juega a waterpolo”.
Waterpolo femíneo
España cierra con la 5.ª posición al triunfar a Australia, y EE.UU. se corona por cuarta vez consecutiva
En el torneo femíneo, Estados Unidos impuso la deducción y se llevó su cuarto Mundial consecutivo -el séptimo de su palmarés- al derrotar en la final a Hungría, con sufrimiento, por 9-7. El bronce fue para los Países Bajos, que superó a Italia por 7-5.
Por su parte, España acabó 5.ª del mundo al vencer a Australia por 8-5, tras dos ediciones seguidas de plata.
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