La inflación sigue disparada con más de un 10% interanual en junio. La primera pregunta es cuán persistente será y si subirá mucho más. Muy probablemente empezará a disminuir a finales de año o a principios del que viene. La predicción se basamento en el meta estadístico de que los precios de la energía y otras materias primas subieron en el segundo semestre del 2021 y por lo tanto un año más tarde ya se contará desde una almohadilla más elevada. Adicionalmente, las subidas de tipo de interés y las perspectivas de recesión enfrían la demanda. El postrero hacedor depende del avance de la enfrentamiento. Putin ofrecerá un pacto en el momento de máxima cariño de Europa el próximo invierno, previo corte del suministro de gas que provocará una recesión en Alemania y en el resto de la eurozona, adicionalmente de un aumento del malestar social por la carestía de la vida. El pacto consistirá en detener la enfrentamiento a cambio de quedarse todas las conquistas en Ucrania . Si esta y las potencias europeas ceden, habrá una tregua (hasta la próxima asalto de Putin tal como pasó en el 2014 con la anexión de Crimea). En caso contrario, la enfrentamiento se alargará y la recesión podría ser más profunda.
Planta de Gazprom en Lensk, Rusia
Los países europeos intentan disculpar las consecuencias para la población de la subida de precios mediante controles, subsidios y ayudas. Los controles y subsidios a los precios fomentan todavía más el consumo y acaban favoreciendo a los productores, mientras que las ayudas directas a los más necesitados son más efectivas. Los gobiernos buscan desesperadamente cómo financiar estas medidas y la mayoría se han fijado en los beneficios extraordinarios de las compañías energéticas. Serían beneficios producidos por el hecho fantástico de la enfrentamiento y rentas susceptibles de imposición sin distorsionar las decisiones empresariales. De hecho, la Comisión Europea recomendó la imposición a las eléctricas siempre que no fuera retroactiva, fuera tecnológicamente neutra y permitiera cubrir costes adicionalmente de no distorsionar ni los precios de mercado ni el precio de las emisiones de C02.
Las ayudas directas a los más necesitados son más efectivas que los controles y subsidios a los precios
El Reino Unido subirá temporalmente el impuesto de sociedades en empresas energéticas e Italia incluso lo hará gravando los beneficios extra con relación al año precursor. España (con Portugal) introdujo un frontera al precio del gas en la formación del precio mayorista de la electricidad y las últimas medidas anunciadas por el Gobierno Sánchez quieren edificar 7.000 millones de euros correspondientes a 2022 y 2023, 4.000 de las energéticas y 3.000 de los bancos. La imposición en los bancos, aún por determinar sus detalles, se justifica porque la subida de tipo de interés les aumentará los beneficios.
El problema de estos cambios en los impuestos es que generan incertidumbre e inseguridad jurídica si son retroactivos y tienden a retraer la inversión. En el caso de las energéticas se puede argumentar que han pasado hechos excepcionales como el impacto de la enfrentamiento, en el de los bancos no se puede argüir que la subida de tipo de interés es fantástico ya que es parte del ciclo financiero. En Europa solo Viktor Orbán en Hungría lo ha hecho con los bancos (y Polonia se lo está pensando). En todo caso, la medida no parece que tenga que ser bienvenida por el Sotabanco Central Europeo (BCE), ya que, como avalista de la estabilidad financiera, puede pensar que puede afectar al permanencia de los bancos al alentar los beneficios a la capitalización del sector. El BCE ya se pronunció desfavorablemente cuando Lituania propuso introducir impuestos a propósito a la banca para alentar el presupuesto notorio en el 2019.
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