La situación de las reservas hídricas en Catalunya es la más crítica desde 2008 tras dos abriles consecutivos de sequía, a los cuales se le suman veranos más calurosos y con más olas de calor. El año pasado por estas fechas los embalses de la comunidad rozaban el 85% de su capacidad máxima. Este julio al punto que llegan al 50%.
Desde la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) informan que desde el mes de octubre de 2021 se encuentra activado el Pla de Sequera con el objetivo de hacer frente a episodios de sequía en embalses e imponer medidas específicas en las zonas más afectadas.
El único motivo en situación de alerta es el acuífero de Carme Capellades (Anoia)
Actualmente, el único motivo en situación de alerta es el acuífero de Carme Capellades (Anoia), donde ya se ha constreñido el riego de jardines y zonas verdes, el uso de fuentes ornamentales, el llenado de piscinas y la exactitud particular de las calles y los coches. Incluso, se ha limitado el uso del agua para agricultura (un 25%), hato (un 10%) y usos industriales (un 5%).
Martí Costal, jerarca sectorial del Agua de Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Catalunya (JARC, por sus siglas en catalán), asegura que el sector está “preocupado” por la errata de agua. “Las reducciones de agua no solo afectan a la cosecha de un año; el árbol puede acordar dañado y que tenga consecuencias en las cosechas de abriles próximos”, asegura.
En Catalunya, la mayoría de zonas del circunscripción están en nivel de prealerta 
Con todo, Costal se muestra jovial. “La situación coetáneo no es agonizante, puesto que en Igualada, zona que está en alerta, la mayoría de los cultivos son de sequero”. En relación al resto de Catalunya, está confiado y sostiene que, si no se limita el uso del agua durante el próximo mes, la mayoría de cultivos siquiera se verán perjudicados porque para entonces la temporada de riego ya habrá finalizado.
La gran mayoría de las zonas del circunscripción catalán se encuentran en nivel de prealerta (ver despiece al final del texto). Aunque en esta situación aún no se establecen restricciones, ya se empiezan a controlar las reservas hídricas y a utilizar desalinizadoras, unas infraestructuras que solo se usan en caso de aprieto y aumentan su producción conforme la sequía empeora.
La zona del Ter Llobregat, en prealerta, abastece a 5 millones de habitantes del campo de acción metropolitana de Barcelona
Una de estas zonas en prealerta es la del Ter Llobregat, sistema que abastece a 5 millones de habitantes del campo de acción metropolitana de Barcelona. Está al 49% de su capacidad. Aunque no hay restricciones al uso del agua, se ha incrementado la producción de las desalinizadoras hasta el 85% de su capacidad.
Es un escena preocupante, si acertadamente las reservas de agua aún doblan las del 31 de marzo de 2008, cuando los embalses de este sistema llegaron al 20% de su capacidad y se alcanzó el nivel de excepcionalidad, que comporta restricciones. Las zonas de Darnius Boadella, Siurana, Riudecanyes, Anoia-Gaià, Prades-Llaberia, Serralada Transversal, Estany de Banyoles y Empordà igualmente están en prealerta.
Preocupa cómo se encontrarán los embalses de cara a los meses venideros dadas las intensas y continuas olas de calor de este verano. Un aumento de precipitaciones evitaría que la situación empeore. Sin retención, las predicciones del Meteocat para los próximos tres meses son pesimistas. “Habrá carencia de precipitaciones. En los próximos tres meses, las predicciones estacionales dicen que no mejorará. Es más, septiembre, que suele ser inclemente, será más seco de lo habitual”, asegura Marc Prohom, jerarca del Campo de acción de Climatología del Meteocat.
En presencia de estas predicciones, desde la ACA no descartan que en más de algún motivo de Catalunya se llegue a niveles de alerta durante el verano, especialmente de cara a finales de agosto, tal como la misma portavoz del Govern, Patrícia Plaja, afirmaba este martes. Pese a todo, no se prevé un escena donde haya peligro de restricción para el consumo humano, aunque la reserva de agua ha bajado a 8 o 9 meses.
“En Catalunya existe un peligro en campos de regadío, sobre todo en aquellos que se practica el riego a presión. Puede suponer un problema para la agricultura de las zonas cercanas al río Ter y al río Muga; la zona del Ebro, incluso, puede sufrir más”, explica Narcís Prat, catedrático en la UB y Exdirector del Grup de Recerca Freshwater Ecology, Hydrology and Management (FEHM). Esto es consecuencia directa del cambio climático, el hielo antaño se fundía en junio, ahora, lo hace en el mes de mayo, justifica.
Los problemas de reserva de agua empezarían si no hay lluvias abundantes en los próximos 6 meses. “Con precipitaciones de 20 litros por hora no se hace nulo en beneficio de la reserva de agua, la ciudadanía debe ser consciente del problema y cambiar sus usos de agua”, comenta Prat.
En el resto de España, la situación es similar. En términos promedios, los niveles de reservas de agua son los más bajos de los últimos 15 abriles. Actualmente, el agua embalsada peninsular acumula 24.917 hm³ de agua de los 48.217 hm³ posibles, disminuyendo en la última semana en 523 hm³ (el 0,9% de la capacidad total coetáneo de los embalses).
La situación varía en función de la comunidad autónoma que se observa. Mientras que en el boreal los embalses cuentan con bastantes reservas, en el sur la situación es especialmente crítica. Aquellos con menos reservas son los del Tajo (44,4%); el Guadiana (28,0%); el Guadalete-Barbate (30,95%); el Guadalquivir (27,1%) y el Segura (42,3%).
Ya han surgido las primeras tensiones a consecuencia del bajo nivel de agua: la Región de Murcia ha denunciado la audacia del Gobierno de España de recortar de 20 a 13 hm³ la cantidad enviada a Saliente en el Trasvase Tajo-Segura.
En concreto, la cuenca del Guadalquivir se encuentra en una situación especialmente amenazador: la reserva de agua no ha aumentado en todo un año hidrológico. El suministro de agua para regadío en esta zona ya se ha pasado limitado un 85% para intentar combatir la sequía.
En la demarcación Miño-Sil, en Galicia, los embalses se encuentran al 53%, un 25% inferior al promedio histórico. La errata de sirimiri acumulada durante el presente año hidrológico ha hecho que sea de los más secos desde 1980.
En contraposición, la situación en la cuenca del Júcar, en Valencia, es estable. “Nuestra situación no se puede etiquetar de óptima, pero sí de buena”, remarcan desde la Confederación Hidrográfica del Júcar. Su presidente ha claro que no tendrán problema de escasez ni para este verano ni para el próximo si hay unas precipitaciones medias.
Aseguran los expertos
Se está muy preparado para resistir si hay un estado de excepcionalidad
En la misma situación de estabilidad se encuentran las cuencas del Cantábrico. Según Gonzalo Gutiérrez de la Roza, comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica de esta zona, la mayoría de los embalses para abasto a la ciudadanía superan el 85% de su máxima capacidad.
Tras los episodios de sequía de 2007 y 2008, se elaboró un Plan de Sequía y, según los expertos, se está muy preparado para resistir si hay un estado de excepcionalidad.
1Normalidad (por encima del 60% de capacidad total)
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En este escena no se produce ningún tipo de inconveniente en los usos del agua.Prealerta (60%-40%)
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Si se llega al nivel de prealerta, se intensifica el seguimiento del estado de las reservas y se ponen en marcha planes de información y sensibilización. Incluso se hace una preparación para la aplicación de medidas por si se llega a la escalón de alerta. En este escena se activan los posibles de agua no convencionales y las desalinizadoras comienzan a trabajar para incrementar el mantenimiento de las reservas de agua, poco que depende de las lluvias y el deshielo. Las desalinizadoras son infraestructuras de fianza que solo funcionan en caso de aprieto, y se intensifica su producción conforme bajan los niveles de reservas de agua.Alerta (39%-25%)
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En primer motivo, la producción de agua desalinizada se incrementa progresivamente del 50-75%. Al mismo tiempo, se aplica una intensificación de los controles de usuarios y el refuerzo de las medidas de hucha en las redes de abasto. Se reduce el consumo de agua en los usos recreativos (5% en usos asimilables a urbanos y 25% en riego) y una reducción de los consumos de agua de los usuarios industriales no ligados al proceso productivo. Finalmente, se establece una dotación máxima de 250 litros por ciudadano y día.Excepcionalidad (25%-16%)
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Si se presenta este escena se intensifica la reducción de las extracciones de agua en los embalses, especialmente en lo referido a usos prioritarios. Las desalinizadoras empiezan a trabajar incrementando su producción del 75% al 100%. El suministro para riego agrícola se ve limitado en un 45%. Incluso aumenta la reducción para el consumo de agua industrial y en los usos recreativos (15% en usos asimilables a urbanos y 50% en riego). Queda prohibido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes de carácter conocido o privado y la exactitud de calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas o edificios con agua potable. En cuanto a afectación directa de la ciudadanía, se establece una dotación máxima de 230 litros por ciudadano y día.
Emergencia (menos 16%)
El escena de emergencia es el peor de todos, por lo que las restricciones en este caso son las más estrictas. En presencia de la carencia de posibles hídricos, se generalizan las restricciones a todos los usos para certificar el abasto para el consumo humano con carácter prioritario.
Se suspende el riego agrícola (se puede autorizar solo el riego de supervivencia de cultivos leñosos) y se reduce el consumo de agua en los usos recreativos (25% en usos asimilables a urbanos y supresión total del riego).
Incluso se prohíbe el riego de jardines y zonas verdes (públicos y privados), el uso de agua para fuentes ornamentales, lagos artificiales o piscinas de agua dulce. Finalmente, se aplica una dotación máxima de 200 litros por ciudadano y día, la cual puede descabalgar hasta los 160 en caso de emergencia extrema.
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