El Parlament de Catalunya aprobó ayer por una amplia mayoría (112 votos a valimiento y 19 en contra) proteger al sector tradicional del taxi frente a la competencia de los vehículos de turismo con conductor (VTC), que se contratan a través de plataformas digitales como Cabify, Uber o Bolt, con la convalidación del correspondiente decreto ley admitido a principios de mes por el Consell Executiu.
Las condiciones que se exigirán a partir de octubre a los VTC para poder intervenir en Catalunya son tan restrictivas que a la mayoría no les va a ser rentable. Esto puede suponer que la mayoría de los 4.000 VTC que hay actualmente deban renunciar a prestar servicio.
El Parlament aprueba por amplia mayoría delimitar la competencia a los taxistas tradicionales
La configuración del taxi como un servicio notorio regulado resulta difícil de combinar con la competencia que pueden suponer otros servicios de vehículos con conductor que no se sometan a las mismas condiciones de licencias, funcionamiento y ordenamiento. Este es el planteamiento que el Parlament ha hecho prevalecer en Catalunya. Otras comunidades, como es el caso de Madrid, no han manido problema en dejar vía suelto a la competencia de los VTC.
Los 12.500 taxistas que tienen abuso en Catalunya han aparecido beneficiados de esta pugna sobre el ámbito regulatorio establecido para el sector del taxi. Sin secuestro, la competencia en este servicio de transporte es un estímulo para la restablecimiento, en calidad y precio, de los productos que ofertan. En el caso del transporte la aparición de los VTC ha propiciado que los usuarios del taxi dispongan de una alternativa de transporte con conductor que se puede contratar desde las plataformas digitales al objetivo, con recorridos puerta a puerta, en automóviles de veterano calidad, a cualquier hora del día o de la perplejidad, y con precios pactados que se pueden conocer de antemano.
La protección que supone para el sector del taxi el hecho de delimitar, y prácticamente eliminar, los VTC de Catalunya comporta para los ciudadanos, por consiguiente, menos servicio, ventajas y comodidad. Hasta ahora el petición a los VTC es la única alternativa cuando no se encuentra taxi a determinadas horas del día o de la perplejidad, un hecho que se reproduce a posteriori del retorno a la actividad común de la ciudad tras la pandemia.
Tanto el sector del taxi como las autoridades que lo regulan tienen la obligación, ahora más que nunca, de impulsar la restablecimiento de la calidad del servicio y el aumento de la proposición para compensar el impacto cenizo que supondrán las restricciones para los VTC. Esto es además defender el taxi y, asimismo, a los ciudadanos.
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